“Considerando que esta sociedad es injusta porque divide a sus miembros en dos clases desiguales y antagónicas: una, la burguesía, que poseyendo los instrumentos de trabajo es la clase dominante; otra, el proletariado, que no poseyendo más que su fuerza vital es la clase dominada.
Que la sujeción económica del proletariado es la causa primera de la esclavitud en todas sus formas: la miseria social, el envilecimiento intelectual y la dependencia política.
Que los privilegios de la burguesía están garantizados por el Poder Político del cual se vale para dominar al proletariado […].
El Partido Socialista tiene por aspiración:
Primero: La posesión del poder político por la clase trabajadora.
Segundo: La transformación de la propiedad individual o corporativa de los instrumentos de trabajo (la tierra, las minas, los transportes, las fábricas, etc.) en propiedad común de la sociedad entera […].
En suma, el ideal del Partido Socialista es la completa emancipación de la clase trabajadora. Es decir, la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una solo de trabajadores libres e iguales, honrados e inteligentes […]
20 de julio de 1879
Contextualización
Redactado el 2 de mayo de 1879 y firmado el 20 de julio de ese mismo año, el
fragmento propuesto se corresponde con un manifiesto político, de carácter
público, aunque clandestino, presentado por veinticinco personas, entre las que
cabe destacar a Pablo Iglesias, García Quejido, Victoriano Calderón, Jaime
Vera, Francisco Mora y Tomás Robledo. Se trata del documento por el cual se
constituye el Partido Socialista Obrero Español, grupo con un importante papel
en la historia contemporánea de nuestro país y que el texto propone como
representante de los intereses obreros, para acabar con el sometimiento de este
grupo social. Desde un punto de vista cronológico, el fragmento pertenece al
período conocido como Restauración. El fracaso del Sexenio democrático lleva en
1874 a la restitución de la monarquía borbónica a la que, en 1868, se había
puesto fin. La abdicación de Isabel II en su hijo Alfonso dio paso a un reinado
caracterizado por la Constitución de 1876, el bipartidismo y el turno pacífico
en el poder de los partidos conservador y liberal, proporcionando al nuevo
régimen una gran estabilidad que favoreció a la burguesía conservadora. Sin
embargo, el contexto de desigualdad política, social y económica de finales del
XIX, genera un auge nacionalista y un creciente movimiento obrero.
Así, concienciar al proletariado de sus posibilidades como grupo para cambiar
su situación, dando para ello apoyo al partido que les representa (el marxista,
frente a su gran rival, el anarquismo), y plantear su programa e ideologías la
intención del texto, con una clara influencia por parte de la I Internacional.
Análisis
Como todo manifiesto, el fragmento presenta una estructura lógica compuesta por
dos bloques de contenido. En el primero de ellos, que abarca hasta la séptima
línea, se lleva a cabo el planteamiento de un problema: el papel político y
económico preferente de la burguesía, propietaria de los medios de producción y
partícipe única en el juego electoral, provoca la situación de malestar que
vive el proletariado. El soporte de la Restauración fue una aristocracia más
atenta a conservar sus intereses que a buscar la renovación política, que
enfocó el sistema parlamentario según las necesidades de cada momento. Un
sufragio censitario controlado por caciques daría paso, a partir del parlamento
de Sagasta, a uno universal, que no haría sino más palpable un sistema
electoral amañado, definido en ese momento por el bipartidismo.
En el segundo bloque, que se corresponde con el resto del documento, una
declaración de intenciones del recién nacido Partido Socialista Obrero Español,
que busca la representación de la clase trabajadora, una colectividad de medios
de producción, que junto con las tierras eran propiedad de los burgueses, pues
la desamortización eclesiástica de Mendizábal y más tarde la civil de Madoz
habían diversificado en número los propietarios, si bien no habían hecho
propietarios a los campesinos, y una eliminación de las clases sociales que
pasara por la llegada al gobierno de su partido, algo que impedía la
alternancia en el poder de sólo dos partidos: el liberal y el conservador, pero
que no sería así con las reformas de Sagasta.
Comentario
Desde 1875 (llegada al poder de Alfonso XII) y hasta 1931 (proclamación de la segunda República tras el fracaso de Primo de Rivera) situamos La Restauración, un periodo caracterizado por el restablecimiento de la monarquía liberal propia del reinado de Isabel II principalmente. En este periodo podemos situar la regencia de María Cristina de Habsburgo y los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII.
Desde 1873 la situación del Sexenio era insostenible, la abdicación de Isabel II a favor de su hijo Alfonso quien en su estancia en Inglaterra (uno de los países más avanzados de su época) formándose, fue incitado por Antonio Cánovas del Castillo (político liberal y conservador) gracias a su forma de ser comprometida en torno a 1875 ante el caos de la República y el golpe de estado promovido por Serrano que había instaurado un gobierno provisional sin definición ni ideología; proponiéndole a través del manifiesto de Sandhurst acceder al trono español. En este manifiesto le expondría como un hombre moderno, flexible y liberal, dispuesto a restablecer el orden, la legalidad, los procedimientos parlamentarios y la monarquía.
A lo largo de su reinado y ante la crítica situación del país (1874), un grupo de militares dirigidos por el general Serrano (políticos demócratas y radicales) disolvieron el congreso y proclamaron un nuevo gobierno que trató en controlar la rebelión cantonal, obrera y carlista y centrado en restablecer el orden. Cánovas por otro lado era consciente de que la república no era la solución por lo que se veía obligado a convencer a los dirigentes y propietarios que el gobierno el pasado tampoco lo sería; siendo la llegada de un nuevo monarca de un modo pacífico a través de las cortes la mejor solución. El periodo isabelino, defensa del liberalismo doctrinario (predominio político de propietarios agrarios beneficiados por la desamortización y las clases obreras) surgido tras la crisis del Antiguo Régimen. Tras la caída de esta monarquía se situaría el Sexenio (intentó de crear un país democrático).
El pronunciamiento militar del general Martínez Campos a favor de la monarquía, aceleraría el ascenso de Alfonso a causa de una intervención militar no deseada por Cánovas.
Hemos de tener en cuenta la situación internacional del momento, la guerra Franco-prusiana y la revuelta de la Comuna de Paría, habían finalizado años atrás. Europa se encuentra saliendo de la crisis y en una situación tensa señal de una nueva guerra entre naciones, Primera Guerra Mundial. Los avances tecnológicos nos sitúan ante la Segunda Revolución Industrial y con ella el colonialismo que facilitará la evolución de la industria. Los estados europeos son más conservadores (repúblicas y monarquías). La Primera Internacional ha expuesto las ideologías marxistas y anarquistas ante la represión que sufre el proletariado. Será a partir de la Segunda Internacional en 1889 cuando el movimiento obrero español nacido con este manifiesto, dejará de estar aislado y de ser presa fácil de la represión. Estas situaciones, frente a la república, harán fácil el ascenso de Alfonso XII al poder quien nombrará a Cánovas primer ministro (destacará su labor en: concluir con los últimos focos de rebelión, hacerse con el control del país y sentar las nuevas bases del régimen).
En un principio se procuró concluir con la violencia:
a) La movilización de los recursos financieros, permitió derrotar a los
carlistas a través de la supresión en consecuencia de los fueros vascos
(Manifiesto de Somorrostro).
b) La Paz de Zanjon ponía fin a la acción militar de Cuba tras prometer el
desarrollo, la autonomía y las libertades del comercio de la rica colonia.
Estas promesas no cumplidas conllevarán grandes problemas en el futuro.
El control político del país, se vio promovido ante la fidelidad a la monarquía
de las provincias y ayuntamientos. El gobierno de Canovas, se encargaría de
expulsar a los políticos de izquierda y a los partidos del Sexenio no
monárquicos; la restauración del Concordato con el fin de obtener el apoyo de
la iglesia.
El elemento más importante consistía en sentar las bases del nuevo régimen
(originado a partir de la razón y la legitimidad, no de la fuerza). La
convocatoria de las elecciones a cortes constituyentes, mostraba la creación de
una nueva constitución (influencia por las constituciones del 45 y del 69, eclecticismo),
sufragio universal masculino del Sexenio continuaría vigente, la prohibición de
partidos republicanos o antisistema. Se mantuvo el caciquismo facilitando así
el ascenso de Cánovas, a su llegada a esta, las leyes del sexenio fueron
sustituidas gracias a una comisión de notables.
A partir de estas reformas se desarrollarían las bases de la Restauración.
En esta situación, se ocasionarán varias características:
– El ejército no puede intervenir en política, su única labor debe ser defender
el país.
– La monarquía es la forma de gobierno por tradición (cortes representan a la
nación y la monarquía constructora de España y ungida por Dios) respondiendo a
una constitución interna.
– Los partidos que no aceptasen la monarquía quedarían excluidos de la
política. El sistema se vería compuesto por un bipartidismo, no serán grupos de
masas sino de líderes, los partidos dinásticos no diferirán en gran medida en
el campo de la ideología o la política.
– Conservadores (Canovas) representan a los antiguos moderados y unionistas.
Defendían los interese de la propiedad agraria, la oligarquía y la monarquía;
su política proteccionista no mostraba grandes cambios sociales.
– Los liberales (Sagasta) nacen de los componentes de los restos de la Unión del
Sexenio; representaban una ideología progresista y demócrata monárquica;
defensores de una monarquía librecambista, defensora de las libertades, el
sufragio universal masculino; a partir de ellos, defenderán los intereses de la
burguesía urbana, intelectuales y pequeños propietarios.
– A partir de los partidos ya citados, se decidió alternar el poder
pacíficamente dando al país cierta estabilidad para evitar así golpes de
estado. En consecuencia, se desarrollaría el caciquismo para controlar que en
las elecciones el resultado fuese el esperado para asegurar así la alternancia
de gobierno.
– La base social se compondrá de hombres de negocios y militares que lucharan
por proteger sus intereses, el orden social y la propiedad. En oposición nacerá
el movimiento socialista.
Estos aspectos quedarán demostrados en la constitución de Cánovas de 1876;
daría una configuración liberal progresista en donde reafirmar el deseo por
parte del rey de proteger los logros del Sexenio firmados en Sandhurst. La
protección de estos derechos regulados en leyese posteriores, no tratarían los
derechos colectivos.
El gobierno sería muy conservador. Las cortes se componían de dos cámaras: el
senado muy conservador se encontraba compuesto por miembro elegidos por
elección popular, de la corona, vitalicios o por derecho propio; por otro lado,
el congreso se elegía por sufragio censitario.
El estado declarado confesional, recibiría el apoyo del Vaticano con el fin de
poder defender la posición colonial española en el Pacífico y Cuba. Además, las
promesas de la Paz de Zanjon no se cumplirían ante una política centralista.
La evolución del gobierno demostraba el desarrollo del capitalismo español
amparado en una legislación en donde no se defendía al obrero (explotado); ante
esta facilidad, España se convirtió en un buen país para la inversión
favoreciendo la exportación. Actividades como la siderurgia, la minería o la
industria algodonera entre otras, fueron mejorando frente a una serie de
problemas nacionales que no se solventaban (diferencia de renta,
capitalización, tecnología). Los obreros industriales amparados por el partido socialista
intentarán forzar cambios constitucionales acabando así con la represión.
A la muerte inesperada de Alfonso XII en 1885, su viuda María Cristina embarazada,
sentó un momento de dificultad ante la posibilidad de perder el bebe o tener
una niña. El partido conservador junto al liberal, firmaron el Pacto de El
Pardo en donde ponían de manifiesto que respetarían a la regente, defenderían
el turno pacífico y apoyarían el sistema. La regenta situaría al liberal
Sagasta al frente del poder (periodo estable y largo) que se conocerá como el
Parlamento Largo en el cual iniciaría una gran cantidad de reformas.
– Sufragio universal masculino.
– Libertades de prensa, asociación y expresión.
– Reimplantación de los jurados.
– Mejora de la legislación laboral.
– Abolición de la esclavitud en Cuba.
Las reformas cubrirían las necesidades de la población, aunque daban gran
facilidad a la oposición naciente.
En 1890, el régimen nacido en Sandhurst entró en crisis.
a. Europa en un periodo recesivo, las tensiones coloniales, el regreso del
proteccionismo, perjudicaron la situación española ante la caída de las
inversiones. Los grupos antisistema podrían votar y presentarse a las
elecciones siendo consideradas algunas libertades y el caciquismo símbolo de
burla
b. El hambre colonial ocasionó fuertes tensiones económicas. EEUU vuelve a
desear Cuba, una nueva guerra significaría las mayores pérdidas españolas, el
prestigio y la vida de un gran número de proletarios.
c. La oposición que estaba tomando fuerza principalmente el bando republicano
carente de apoyo popular pero muy influenciado por los intelectuales del
momento.
El movimiento obrero había sido suprimido en 1876 pero en 1890 resurgió debido
a las leyes del Parlamento Largo, el desarrollo industrial que invitó a que las
diferencias económicas se acentuasen. Ante esta situación, el gobierno intentó
mejorar las condiciones de vida, aunque no era capaz de hacer frente a los gastos
que conllevaba.
El anarquismo rebrotó (1881) ante la Federación de Trabajadores de la región
Española comenzando con su labor con el apoyo extranjero. Su división en:
anarcosindicalistas, partidarios de la autoayuda y la evasión social; frente a
los de la acción directa, más radicales ante el empleo del terrorismo y el
deseo de eliminación del estado (asesinato de Cánovas).
Es aquí, explicado el marco histórico, donde debemos afrontar el origen de
este movimiento obrero. El obrerismo español había nacido, como en otras partes
de Europa, de las malas condiciones del proletariado, surgido de la Revolución
Industrial. Malas condiciones con las que nos referimos a las mala situación
social (malas viviendas, carencia de servicios públicos y marginación de la cultura
y la educación), malas condiciones laborales (largas jornadas de trabajo,
ausencia de vacaciones, jubilación o seguros, carencia de higiene y seguridad
en el trabajo..), malas condiciones económicas (bajos niveles de renta e
imposibilidad de emancipación económica, no ahorran, casi no consumen, luego no
pueden acceder a la propiedad) y malas condiciones políticas (el sufragio
restringido, su analfabetismo y el caciquismo les marginan del sistema, que no
reconocen como suyo. Si a ello le sumamos las ideologías obreras, tenemos un
cóctel explosivo.
Hasta el Sexenio los obreros habían creado pequeños grupos de protesta (los
mecanoclastas que destruían maquinas, acusándolas de ser las causantes de sus
males) o de reflexión cultural (Ateneo de la clase obrera o Fomento de las
artes), pero siempre manteniendo una unidad de acción los burgueses
progresistas, demócratas o republicanos. Los triunfos de estos en 1854 y 1868
no reportaron a los obreros ningún beneficio, con lo que el proletariado
comienza a tomar conciencias de clase y a crear sus primeras organizaciones.
El momento, en un mayor clima de libertades, e influidos por la AIT será el
Sexenio.
En 1868 llega a España Giuseppe Fanelli, seguidor del anarquismo de Bakunin
y miembro de la AIT. Fanelli entra en contacto con grupos obreros locales y
organiza grupos de seguidores en Madrid y Barcelona. El crecimiento de estas
federaciones obreras hace que su secretario, Rafael Farga, representa al
anarquismo español en el Congreso europeo de Basilea. Esta organización se
desmarca ya de los grupos republicanos y burgueses y crea su primer congreso,
como sección de la I Internacional en Barcelona, en 1870. La represión
comenzaría en 1871, ya con Amadeo, tras los sucesos de la Comuna de Paris, que
hacen temer un hecho parecido en España, y por la implicación anarquista en el
fenómeno cantonal y en las revoluciones de los meses siguientes.
Como respuesta a la influencia anarquista entre el proletariado español, los
socialistas de la AIT envían a España, en 1871, a Paul Lafargue, partidario de
Marx, que entrará en contacto con lideres como Pablo Iglesias, creando la
sección marxista de la AIT en España, el origen de nuestro documento. Arraigada
en Barcelona y Madrid, entre los sectores textil, artes gráficas y construcción
(frente a la química, metalurgia y campesinado, que eran coto anarquista), los
socialistas alcanzaron pronto los 25.000 afiliados, hasta que el fracaso de la república
y el golpe de Serrano iniciaron una represión brutal, que acabo con los
socialistas en la clandestinidad, hasta este texto.
Para entender el hecho de que el movimiento obrero español sea uno de los más radicalizados y violentos de Europa hay que tener en cuenta las dificultades del paso del viejo al nuevo régimen en España. Las viejas fuerzas tradicionales se organizaron en torno a una potente oligarquía financiera y agrícola que controlaba el poder. Por otra parte, el retraso en la industrialización española hizo que el estado tuviera que aplicar una estricta legislación proteccionista de la industria española para que los productos industriales españoles pudieran competir al menos en el mercado interior con los más competitivos extranjeros. Estas dos variables condicionaron que el estado defendiera siempre los intereses de los patronos y obstaculizaran y reprimieran los intentos de mejorar las condiciones de vida de los obreros y campesinos. Ante ello, el movimiento obrero reaccionó radicalizándose y dirigiendo sus iras contra los que a su juicio eran los culpables de sus pésimas condiciones de vida; los patronos, los políticos de los partidos dinásticos y la Iglesia (esto explica el anticlericalismo típico del movimiento obrero español).
Hay que hacer una clara diferenciación entre los obreros y los campesinos. En el campo los jornaleros estaban peor organizados y la convocatoria de huelgas eran boicoteadas por los patronos trayéndose jornaleros de municipios próximos. Esto hizo que las protestas campesinas fueran incontroladas y muy radicalizadas. Son las típicas insurrecciones campesinas de finales del XIX y del XX que correspondían a un mismo modelo (Toma del pueblo, comunicación a las autoridades, quema de los registros civiles, enfrentamiento con la Guardia Civil, llegada de refuerzos y gran represión). La organización de los obreros industriales era más efectiva, así como la utilización del instrumento fundamental; la huelga. Un ejemplo de ello fue la huelga de la Canadiense. La utilización de la huelga era acompañada de otras medidas como las manifestaciones, los piquetes informativos, las barricadas, etc. Todo ello organizado por potentes sindicatos como la UGT y la CNT. En el proceso de radicalización antes descrito, apareció la huelga general, pero no ya como un instrumento de reivindicación laboral o sindical, sino como un instrumento de cambio político. El ejemplo más claro de esto fue la huelga general de 1917.
España, mayoritariamente rural, sería el país de Europa en el que más éxito
tuvo el anarquismo. Cataluña y Andalucía serían las regiones donde más
incidencia tuvo este movimiento. No obstante, la gran heterogeneidad de este
movimiento hace que tengamos que dividir su estudio en diversos apartados.
Durante gran parte del siglo XIX se habían sucedido las revueltas campesinas,
sobre todo en Andalucía. La llegada de las ideas anarquistas dotó a los
campesinos de un programa claro y sencillo, comprensible para una población
analfabeta, recelosa y mal alimentada. Frente a la participación política de
los socialistas, los anarquistas promulgaban la acción directa a través de la huelga.
A principios de los años ochenta se produjeron en el campo gaditano robos,
incendios y algún atentado contra los terratenientes, la policía informó en
1883 del descubrimiento de la sociedad secreta “La Mano Negra”, pese
a que los anarquistas desmintieron cualquier relación con ella, el caso es que,
excusándose en su persecución, las fuerzas de seguridad lanzaron una gran
represión a los anarquistas, con detenciones, torturas y sentencias de penas de
muerte. En la actualidad todavía no se sabe si existió “La Mano
Negra”
A finales del siglo XIX el anarquismo se escindió en dos tendencias; los
partidarios de la acción pacífica y los de la propaganda por el hecho-
terrorismo-. Estos causaron mucho daño al anarquismo. Se sucedieron los
atentados a los personajes políticos (Cánovas o Martínez Campos) a la burguesía
(bomba del Liceu) o la Iglesia (bomba en la procesión del Corpus Cristi). Los
atentados fueron seguidos de una gran represión y provocaron una espiral de
violencia basada en una dinámica de acción/represión/acción. El momento clave
de esta espiral fueron los procesos de Montjuic de 1897 donde fueron condenados
y ejecutados cinco anarquistas.
Los partidarios de la acción sindical y de masas, contrarios al terrorismo
crearon en 1910 un sindicato que los agrupara: la CNT.
Por su parte el socialismo crecería desde una perspectiva más pacífica y con intenciones de integrarse en el sistema para así conquistar el poder electoralmente, y ya en él acabar con la propiedad, y por tanto con las clases y las injusticias. En esa conquista resultarían decisivas las aportaciones del diario El socialista y de la central sindical UGT.
Ambas ideologías, por tanto, tienen en común la crítica al capitalismo y la necesidad de destruir el sistema e implantar una sociedad sin clases. La gran diferencia es el método para la consecución de estos objetivos, los socialistas piensan que hay que hacer una revolución, pero antes de implantar la sociedad sin clases habría que implantar una dictadura del proletariado, un Estado, una democracia obrera porque la burguesía no se iba a quedar parada; después se extinguiría y surgiría el comunismo.
Los anarquistas no creen necesario el Estado, se pueden administrar ellos solos, la dictadura del proletariado es otra forma de Estado que no aceptan. Los anarquistas rechazan los partidos políticos, de hecho nunca se organizaran como tal, sino como sindicatos, como la CNT. Por su parte, los socialistas sí que organizan partidos políticos, el PSOE es un ejemplo de ello.
El anarquismo en su lado radical ha defendido el terrorismo, atentando a personas representativas como a Cánovas del Castillo o Alfonso XIII. El socialismo no defiende los atentados, ya que son ineficaces, porque siempre existen sucesores y posteriormente los obreros sufren una dura represión; para ellos lo ideal es que el pueblo se revolucione en conjunto, ya que en esas condiciones sería imparable.
En el Socialismo surgen 2 organizaciones básicas, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el sindicato Unión General de Trabajadores (UGT). Ambos basaron su programa en la necesidad de que los trabajadores tuvieran la posesión del poder político, en que se produjera la extinción de la propiedad privada, ya que de este modo se abolirían las clases sociales y todos los hombres serían “libres, iguales, honrados e inteligentes”. Para los socialistas todas las medidas políticas y económicas que debían adoptarse debían tender a que acabara la esclavitud de los obreros, que debían tener libertad de asociación, derecho a voto, jornada de 8 horas, etc.
La primera gran organización anarquista legal fue la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), fundada en 1881. Las diferentes asociaciones fueron ilegalizadas frecuentemente y cambiaban de nombre. De 1890 a 1897 practicó atentados, sobre todo en Barcelona como la bomba en el Liceo de la Opera. La respuesta del gobierno fue la represión. La respuesta anarquista fue un atentado más importante, ya que en 1897 asesinan a Cánovas del Castillo, provocando represión aún más dura.
Mientras que los anarquistas perdían fuerza en Europa, en España ganaba influencia por la situación de miseria. Siguiendo el lema de la tierra para el que la trabaja, creyendo en una revolución inmediata, a pesar de todo a finales de siglo entró en declive y hubo una reforma doctrinal y práctica, el anarcosindicalismo, por la que se dejaba de lado la acción revolucionaria para aceptar una acción colectiva sin violencia, a pesar de todo no dejarán los actos terroristas definitivamente, ejemplos claros son los dos intentos de atentado sobre Alfonso XIII y el asesinato en 1912 de Canalejas. De especial importancia es el sindicato CNT, fundado en 1910.
Ya en 1879 y más centrados en nuestro documento, el movimiento socialista
se comienza a formar de un modo clandestino ya que como citaba anteriormente,
la reforma de Sagasta se realizaría a mediados de los 80. Funcionaba una acción
sindical (UGT) y un partido político (PSOE fundado por Pablo Iglesias). Tras
las leyes de Sagasta, comenzaron a presentarse a las elecciones con el fin de
abolir como trataba en el análisis las clases sociales, la liberación de los
trabajadores, la llegada al poder y la colectivización de la propiedad
(propuesta de Karl Marx, filósofo de la teoría marxista o socialista). La
Segunda Internacional haría que el partido adquiriese mayor poder llegando a
formar parte de las cortes a finales del siglo y en diversas concejalías. A
partir de esta situación, el monopolio del poder comenzaría a desmoronarse.
Los partidos conservadores, serían los más preocupantes ya que dividirían a la
burguesía.
Los regionalismos surgidos como reacción al centralismo político,
reivindicarían la identidad de la región rechazando la política económica tras
acusar al gobierno de no democratizar la clase obrera que se veía perjudicada.
Son partidos que buscarían a través de la burguesía comercial e industrial la
descentralización de la política ante un sistema corrompido e incapaz de asumir
nuevos retos. Encontramos esta situación en Cataluña a través del movimiento
cultural Renaixenca en donde reivindican la recuperación de las señales de
identidad de Cataluña a través de las Bases de Manresa, de aquí surgirá la
Lliga (defensa de la autonomía, la lengua y los cargos públicos para los
catalanes) que resultaría pacífico y colaborador del gobierno central. El
vasquísimo sería más agresivo al mezclarse con las reivindicaciones foralistas
(pérdidas de los fueros en última guerra carlista) al igual que la Lliga,
desean destacar la cultura, la lengua y su oposición al proceso; sería Sabino
Arana el fundador del PNV en 1895, ultraconservador y opuesto al liberalismo.
El verdadero drama, sería el final de Cuba, originada por:
– Una inadecuada política colonial que no satisfacía los intereses y les
consideraba ciudadanos de segunda fila.
– El deseo de expansión de los Estados Unidos.
– El incumplimiento de las promesas hechas en Zanjón.
– La independentista de la población indígena.
– La división de los colonos entre burgueses y plantadores.
La Guerra del 98 ocasionada en Cuba y promovida por el deseo de autonomía
nacido en 1868 y concluido por la paz de Zanjón en 1876 en la que se había
abolido la esclavitud y acordado un régimen de autonomía para la isla. Una
nueva guerra originada en 1895 de la mano de José Marti y de EEUU concluiría con
la independencia de la colonia. Ante esta situación a lo largo de esta tercera
guerra, España mando sucesivamente tropas que fracasarían de la mano de
Martínez Campos y Weyler. Con el fin de evitar las guerrillas y saqueos,
concentran a los campesinos en ciudades. EEUU ofrecería 300 millones de dólares
a España con objeto de la isla, oferta que resultaría rechazada. EEUU acusaría
a España tras el atentado que había sufrido uno de sus barcos en la costa
cubana; exigiendo por ello: las disculpas, el abandono y una indemnización.
Ante la negativa del gobierno español, Cuba sería invadida por EEUU. España por
medio de una inferioridad tecnológica y una lejanía del escenario de combate,
se vería derrotada. La intervención de Francia y el Vaticano, evitarían un mayor
desastre. La Paz de Paría, las islas serían cedidas a Estados Unidos.
Las consecuencias de este drama. Grandes pérdidas humanas se verían destacadas
en las clases más humildes ya que el pago en metálico por parte de la clase
acomodada liberaba del servicio militar a muchos hombres.
La pérdida de los restos del Imperio, ocasiono una conmoción social.
Republicanos y socialistas que habían criticado la política colonial, junto a
intelectuales y economistas como Joaquín Costa, reclamaron una regeneración del
sistema a través de una revolución desde “arriba” que regenerase el sistema
electoral, sacase al país de su atraso social y económico, reformase y
extendiese la educación y finalizase con la corrupción. Serían los
regeneracionistas, que no crearon ningún poder político, los responsables de
encabezar la crítica a las miserias del régimen nacido en Sandhurst.
Esta crisis nacional, se vería demostrada en la Generación del 98. Propuestas
de mejora y modernización política definirían el regeneracionismo, un movimiento
de reforma y reconstitución de España influido por partidos políticos como el
PSOE. Demandaba una revolución desde arriba, que acabara con la corrupción
política y e fraude electoral, el inicio de una reforma educativa y cultural
junto al impulso de la economía y la tecnología. Sería a partir de estos
desastres, cuando el espíritu nacional se encontraría en auge.
El desastre colonia resulto ser el comienzo de la disolución del sistema de la
restauración, la demostración de la incapacidad de la monarquía, la inoperancia
de los partidos y las diferencias entre el centro y la periferia de España. La
opinión pública se vería dividida siendo ejemplo de ello el rechazo que sufría
la monarquía (forma de gobierno ilegítima e inadecuada) como demostraba en mayor
medida los republicanos.
El socialismo tenía más adeptos en Madrid, País Vasco y Asturias. La UGT en los primeros años del siglo XX triplicó el número de afiliados. En 1920 fue un año difícil, pues tuvieron que decidir si se integraban o no en la III Internacional comunista, con sede en Moscú. Tras fuertes discusiones, la minoría partidaria de incorporarse … se escindió del PSOE y creó el P.C.E. en 1921. El anarquismo renació entre 1907 y 1910. Comenzó en Barcelona, que junto con Andalucía y Valencia fueron las que más afiliados tuvieron. En el anarquismo se dieron dos posturas: 1) el anarcosindicalismo, defendido por Pestaña o Seguí, que propuso la defensa de los interese obreros a través de los sindicatos. 2). Los libertarios o socialrevolucionarios que deseaban la destrucción del capitalismo con todas las armas posibles. Las huelgas y manifestaciones son efectivas en las ciudades, pues sus efectos son inmediatos. La existencia de numerosos braceros disponibles en el campo provocó la sustitución de unos trabajadores por otros (esquiroles) cuando se efectuaba una huelga. Por ello, el campesino desde 1878 prefería la acción directa (quema de cortijos, asesinatos, destrucción o robo de cosechas…) La CNT y UGT actuaron conjuntamente desde diciembre de 1916 y en 1917 huelgas generales se convirtieron en auténticos movimientos revolucionarios. La huelga de la Canadiense de 1919 empezó siendo un gran éxito de los trabajadores (se consigue la ley que impone la jornada laboral máxima de ochos horas) pero acabó con una enorme represión de las fuerzas de orden público y la persecución de los líderes obreros. Desde entonces y hasta 1923 creció el pistolerismo y el gobierno, a través del gobernador civil de Barcelona, general Martínez Anido, aplica la “ley de fugas” contra los terroristas” García Almiñana y otros. Como hemos venido explicando, en 1879 Pablo Iglesias fundaba en un bar próximo a la Puerta del Sol en Madrid, el Partido Socialista Obrero Español. El PSOE va a ser el gran partido hegemónico y de masas de la izquierda española. Junto con el PNV son los dos únicos partidos del siglo XIX que se mantienen activos en la actualidad. Hasta 1980 funciono como un partido de clase, un partido obrero, un partido que defendía exclusivamente los intereses de los trabajadores. En 1910 obtenía Pablo Iglesias la primera acta de diputado para el PSOE, pero su protagonismo no se va a consolidar hasta la llegada de la segunda república. Gobernó en coalición con Izquierda república (de Azaña) durante el bienio progresista y apoyó a Azaña durante el gobierno del Frente Popular. Durante la Guerra Civil mantuvo su protagonismo en el bando republicano, presidiendo Largo Caballero el gobierno en 1937. En esta etapa en el PSOE había dos claras tendencias; la parlamentaria, más moderada, dirigida por Indalecio Prieto y la sindical, más radicalizada, liderada por Largo Caballero. Durante la dictadura pasó al exilio, donde las divisiones internas y el protagonismo del PCE (escisión nacida en 1921 con Santiago Carrillo que, siguiendo el ejemplo soviético, demandaba la acción revolucionaria), lo relegaron a un segundo plano. Durante la transición democrática consiguió de nuevo la hegemonía en la izquierda. En 1980 renunció a su carácter marxista (“hay que ser socialista, ante que marxista” Felipe González) dejando de ser un partido de clase, para abarcar el espacio político del centro y la izquierda. Otra constante en el PSOE ha sido que en sus fusiones con otros partidos de la izquierda ha absorbido siempre a estos partidos integrando a sus miembros en la organización, pero nunca cambiando de siglas. En 1982 el PSOE llegó al gobierno con una mayoría absoluta abrumadora (diez millones de votos) y se mantuvo en él hasta 1996 que se lo arrebató el PP. En la actualidad es el principal partido de la oposición y está dirigido por José Luis Rodríguez Zapatero. Con este dirigente se cambió el tradicional carné socialista que incluían los principios programáticos de 1879.