Se cumplen 33 años de la independencia de Ucrania de la URRS y vamos a centrarnos en un tratado internacional que la posibilitó. La Declaración de Budapest sobre Garantías de Seguridad fue un acuerdo internacional firmado en 1994. En este documento, Ucrania, Bielorrusia y Kazajistán (las tres repúblicas soviéticas que heredaron la mayor parte del arsenal nuclear soviético) renunciaron voluntariamente a sus armas nucleares.
A cambio de esta desnuclearización, las potencias nucleares signatarias (Estados Unidos, Reino Unido y Rusia) se comprometieron a:
Respetar la independencia y soberanía de Ucrania.
Respetar las fronteras existentes de Ucrania.
Abstenerse de la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o independencia política de Ucrania.
La Declaración de Budapest se consideraba un hito en los esfuerzos para no proliferación nuclear. Sin embargo, la anexión rusa de Crimea en 2014 y el conflicto en el Donbás se interpretan como una violación clara de las garantías de seguridad proporcionadas a Ucrania en este acuerdo.
En realidad Ucrania no entregó su arsenal nuclear a Rusia. Los materiales fisibles y las armas fueron desmantelados bajo la supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El acuerdo no especificaba a qué país se transferirían los materiales. El objetivo principal era eliminar las armas nucleares, no transferirlas a una potencia específica.
La violación de la Declaración de Budapest ha generado una gran preocupación internacional y ha puesto en tela de juicio la eficacia de los acuerdos de no proliferación nuclear. Ucrania, al renunciar a sus armas nucleares, se quedó desprotegida frente a una agresión rusa, lo que ha generado un debate sobre la conveniencia de mantener armas nucleares como disuasión.