El síndrome de Asperger, descrito por primera vez en 1943 por Hans Asperger, es un trastorno neurobiológico del espectro autista. Considerado enfermedad rara, hace que sus poseedores tengan unas características y una visión del mundo totalmente diferente.
El Asperger es un trastorno neurobiológico que se manifiesta en cada persona de manera diferente, pero siempre con algunas características comunes: les cuesta sociabilizarse porque les gusta la soledad; tienen fijación por temas restringidos en los que pueden llegar a ser expertos; la rutina les tranquiliza, por lo que se alteran si se producen cambios en sus actividades habituales; no tienen muchas habilidades motoras y no entienden un doble sentido o la ironía y el sarcasmo.
Este trastorno está más cerca de lo que nosotros creemos. Albert Einstein, Isaac Newton y Bill Gates, por ejemplo, padecieron esta enfermedad. Hay muchas películas y series en las que aparecen personajes con este Síndrome. Un claro ejemplo es la serie Big Bang Theory, cuyo personaje principal, Sheldon Cooper, es asperger y se pueden apreciar en él todas las características más notables de la enfermedad.La gente que padece esta enfermedad son personas de aspecto e inteligencia normal, a veces por encima de la media (lo que diferencia el asperger de otras enfermedades del espectro autista es precisamente el coeficiente intelectual), por lo que a simple vista no se sabe que tienen un problema. Lo difícil es poner al corriente a la gente de su entorno sobre cómo tratar a estas personas. Hay casos de niños asperger que reaccionaron violentamente contra su profesor al no estar este enterado de su trastorno y no saber cómo tratarle, lo que es una falta grave por parte del centro educativo.
Hay que ser muy cuidadosos con el comportamiento que se tiene hacia personas que padecen el Síndrome de Asperger y hay que saber entenderles. Ellos no sienten la realidad como lo hacemos nosotros, tienen otra percepción del mundo y, además, viven en el suyo propio. Francisco, de cuarenta y cinco años expresa su realidad con unas emotivas palabras que nos ayudan a entenderlo un poco mejor: “Es difícil vivir en el mundo de los normales aparentando ser normal y cuando llegas a casa y te metes en la cama piensas que por fin estás solo. He aprendido a aceptarme como soy, ni mejor ni peor, diferente”.