Esta es una historia muy dura, que nos duele en el alma a las que somos católicos. Pero hay que contarlo. Para redimir a la víctima de su pena y señalar con un palo grueso a los causantes, por acción y por omisión. Y ya puestos pedir a los que tienen en el presente autoritas que hagan limpieza y pidan perdón por todos nosotros.
Hace unas semanas, Ángel Campos, de 57 años denunció haber sufrido abusos sexuales, físicos y psicológicos en un orfanato religioso de Valladolid entre 1976 y 1984. El hombre afirmó que fue víctima de hasta cinco adultos distintos, entre ellos dos curas, un religioso salesiano, una monja e incluso un responsable de la Diputación Provincial.
El hombre relató que los abusos comenzaron cuando tenía nueve años y que se prolongaron durante sus años de estancia en el orfanato. Según su relato, los abusos sexuales eran de naturaleza diversa, incluyendo tocamientos, penetración y masturbación. Los abusos físicos, por su parte, incluían palizas, insultos y humillaciones.
El hombre también afirmó que los abusos psicológicos eran constantes y que le hacían sentir sucio, despreciado y culpable. Según su relato, los adultos que le abusaban le decían que era un niño malo y que merecía ser castigado.
El hombre decidió denunciar los abusos después de años de silencio. Según afirmó, decidió hablar para que otras víctimas pudieran sentirse apoyadas y para que los responsables de los abusos fueran juzgados.
La denuncia del hombre fue tramitada por el arzobispado de Valladolid, que reconoció haber tenido conocimiento de otros cinco casos de abusos sexuales contra menores por parte de sacerdotes y religiosos en los últimos tres años. Sin embargo, ninguno de estos casos había sido denunciado a la justicia ordinaria y todos habían prescrito.
La denuncia del hombre de Valladolid es un caso más de los muchos casos de abusos sexuales a menores que han salido a la luz en los últimos años en España. Estos casos han puesto de manifiesto la necesidad de establecer mecanismos más eficaces para la prevención y la detección de los abusos sexuales a menores, así como para la protección de las víctimas.
En el caso del orfanato religioso de Valladolid, el arzobispado ha anunciado que va a abrir una investigación interna para esclarecer los hechos denunciados. Sin embargo, es importante señalar que esta investigación no tiene carácter judicial y que, por lo tanto, sus resultados no podrán ser utilizados para juzgar a los responsables de los abusos.
Es necesario que las autoridades españolas tomen medidas para garantizar que los casos de abusos sexuales a menores sean investigados de forma efectiva y que los responsables sean juzgados. También es necesario que se pongan en marcha medidas para prevenir estos abusos, como la formación de los profesionales que trabajan con menores y la sensibilización de la sociedad sobre este problema.
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