Vacunarse, ¿para que?

Digamos que es bastante complicado convencer a los negacionistas. Para situarnos vamos a aclarar un aspecto, existen tres grupos distintos del movimiento antivacunas: quienes dudan, quienes se resisten y quienes directamente rechazan la dicha vacunación.

Los pertenecientes al grupo de los que dudan o se resisten pueden permitir ser informados e incluso llegar a cambiar su opinión. Los integrantes al tercer grupo se niegan rotundamente a siquiera considerar la información sobre la vacuna, defienden conspiraciones sin una base y prefieren prácticas médicas alternativas. No se vacunarán y será imposible convencerles de lo contrario.

Para la gente que apoya esta causa o movimiento, la información científica carece de cualquier valor frente a los que aportan teorías conspiranoicas. Los seguidores de la banda QAnon, que patrocina a los antivacunas estadounidenses, comentan tomar la metafórica “píldora roja” de la saga de películas MATRIX, la cual les permite ver la realidad que esconden los creadores o dueños del Estado reprogramando así la mente de las personas para ser tratados como “monos de feria”.

La vacunación es nuestra mejor opción para protegernos de la Covid-19, y tenemos pruebas de ello. Aunque la protección total contra la infección no esté asegurada, vacunarse limita el riesgo de enfermedad peligrosa, hospitalización o muerte por la Covid. Debido a esto, la vacunación generalizada es la llave para que los gobiernos puedan relajar las medidas sanitarias.

El caso de EEUU es particularmente especial e interesante, porque la medida esconde enormes diferencias entre grupos socioeconómicos y entre Estados del país. Mientras que una cifra mayor al 63% de los ciudadanos de Massachusetts y Maine están completamente vacunados, tan sólo un 34% de la población de Mississipi y Alabama lo están. Entre pueblos, ciudades y condados las diferencias son sorprendentemente mayores.

Yo creo que esto es menos un problema de acceso, que de aceptación. Se ha estudiado y demostrado, que por lo menos en USA, la disposición a vacunarse está claramente relacionada con la rama política. Las búsquedas demuestran que alrededor de un 54% de los adultos republicanos se han vacunado, y por el otro lado los demócratas enfrentan este dato con un 86% de adultos vacunados. En las zonas donde el voto estuvo a favor de Donald Trump (republicano), las tasas de vacunación son más de los diez puntos porcentuales por debajo que en las zonas con voto a favor de Joe Biden (demócrata). Estos datos sacados tras las elecciones presidenciales del 2020.

Hay que recalcar que el movimiento antivacunas no ha nacido ayer: el movimiento NoVax ya existía bastante antes de la pandemia del coronavirus.

Se cree también que la creencia en la evolución está relacionada a la aceptación de la vacuna.

Esta controversia con dos puntos de vista distintos ha generado que el gobierno no vea otra salida más que tomar unas medidas un poco extravagantes para mi gusto personal, como puede ser la medida que se llevó a cabo en Estados Unidos hace unos meses la cual consiste en pagar a los ciudadanos por el simple hecho de vacunarse.

Las vacunas nos proporcionan una de las medidas sanitarias que más eficiencia han producido y siguen produciendo cada día. La vacunación previene grandes enfermedades que antes causaban pandemias, epidemias, fallecimientos y secuelas a toda la humanidad.

Las vacunas ayudan y benefician a las personas vacunadas al igual que a las personas no vacunadas, término llamado “inmunidad de grupo”

Por esta serie de razones, creo que el tema vacunas y su importancia debería de ser tratado desde que somos pequeños, porque es más importante de lo que pensamos y no le damos la importancia que deberíamos.

BIBLIOGRAFÍA: periódico “La Razón” y la página web de “La RiojaSalud”