Hace unos días hemos tenido la oportunidad de charlar con el famoso piloto de rallys cántabro, Dani Sordo. Quisimos centrarnos un poco en lo que ha sido toda su carrera, preguntándole desde sus inicios hasta el día de hoy.
Háblanos de tus inicios, ¿cómo fueron?
Empecé un poco con el motocross. Desde pequeño sabía que lo mío eran los coches, pero no podía competir con ellos, así que empecé con las motos. Cuando fui teniendo la edad empecé a competir en montaña con 16 años, con 18 ya tenía carnet en rallys, y así hasta llegar aquí.
¿Qué sacrificios has tenido que realizar para llegar a donde has llegado?
Estar fuera de casa yo creo que es el peor sacrificio, y los inicios siempre son duros. Hay mucha gente joven que se esfuerza día a día para conseguir estar en la élite, y lo peor son los viajes y estar todo el día por ahí.
Aparte del motocross, karting y rallys, ¿qué otros deportes practicaste de joven?
Bueno, gustar me gustan todos los deportes: andar en bici, correr… Pero lo mío siempre ha sido el autmovilismo.
¿Y no practicabas ningún deporte a nivel escolar?
Practiqué una vez fútbol, pero saqué una vez de banda con la mano y me echaron (entre risas). Hice kárate también, pero solo eran actividades extraescolares.
¿Alguna vez pensaste en dejar tu deporte?
En dejarlo nunca. Siempre hay momentos difíciles, cuando no te van bien las cosas que te comes la cabeza, pero dejarlo dejarlo no.
¿Qué es lo mejor que te llevas de tu etapa en Citroen?
Hombre, muchas cosas buenas. Gracias a ellos tengo lo que tengo. Me llevo lo mejor: campeón del mundo júnior, campeón de España con el C2, muchísimos podios en el Mundial. He aprendido mucho con ellos, son muy profesionales. Me llevo muchas más cosas buenas que malas.
¿Cómo era tu relación con Loeb?
La verdad es que buena, llevaba muchos años con él como compañero de equipo, nos conocíamos bien, habíamos cogido un poco de relación
.¿Una relación profesional y poco más?
Amigos son los que tienes aquí, los de siempre. Yo creo que tanto como amigo no era.
¿Cuándo conduces en qué piensas?
Normalmente solo pienso en la carretera, aunque igual en un tramo largo de 30 minutos se te pasan por la cabeza algunas cosas. Ahí está el factor concentración, pero es muy difícil estar 25 minutos en el coche y que en una recta no se te pase por la cabeza algo. También es parte de la concentración saber estar relajado.
¿Y antes de una carrera piensas en algo en especial?
Simplemente pienso en la carrera, en los tramos…Cuando estás mal es más fácil desconcentrarse. Lo bueno o lo malo de los rallys es que son varios días y te da tiempo a pensar en todo.
¿Alguna vez has sentido miedo en un gran premio?
¿Miedo? Una vez que me encontré un coche de frente. Miedo miedo, alguna vez en un rally de Finlandia, que tiene muchas curvas difíciles, y si te vas, te vas contra los árboles. Pero más que miedo es respeto. Cuando te pones el casco solo piensas en ganar.
¿Tu mayor accidente?
Afortunadamente no he tenido accidentes graves nunca. En 2006 fueron una serie de accidentes, pero pequeños.
¿Qué es lo que te llevas del 2013?
De este año lo más bonito ha sido la victoria en el rally de Alemania. Algo que llevaba esperando mucho tiempo, en un rally que me gusta.
¿Qué expectativas tienes para tu nueva etapa en Hyundai?
No tenemos altas expectativas, porque el equipo sabe que tiene un coche que no es competitivo y que tienen mucho margen de mejora a largo plazo. Mi objetivo es rodar, y a final de año conseguir algún buen resultado.
¿La retirada de Loeb después de tantos éxitos ha sido una motivación para ti?
Loeb ha sido un mito, y está claro que le deja las puertas más abiertas a todos. Sinceramente me da igual, eso sí, será un poco más fácil para todos.
¿Cuál es tu mejor recuerdo después todos estos años?
Creo que 2005 fue un muy buen año para mí, después la etapa en mini, este año con la victoria.
Esto muy poca gente lo sabe, pero Dani, con 17/18 años tuvo una gravísima enfermedad, y estuvo 6 meses sin andar y en silla de ruedas.
Sí, después de eso te das cuenta que lo importante es la salud, pero a mí lo que más daño me hacía no era no poder andar, sino no poder correr. Pero yo siempre tuve fe.