Un triple lejano

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Marta Gómez es el reflejo de una generación de mujeres que han debido labrarse el futuro deportivo emigrando a ligas extranjeras

Marta Gómez es una chica de 20 años nacida en Valles, un pequeño pueblo de Cantabria. “Todavía sigo intentando descubrirme a mí misma y persigo un sueño desde hace muchos años”, nos relata la joven.

Marta nos cuenta como ahora mismo el baloncesto es su vida, toda ella gira alrededor de ese deporte. “Gracias al baloncesto he viajado, he estudiado y he disfrutado mucho. Se podría decir que el baloncesto me lo ha dado todo y a la vez me ha quitado muchas cosas, pero puedo decir que todos los sacrificios han merecido la pena, aunque en su momento tomar ciertas decisiones fue muy difícil”.

El baloncesto es un deporte que te enseña el significado de la palabra equipo, crea unidad y cooperación entre personas. En cada equipo puede haber una o dos estrellas, pero esas estrellas necesitan a su equipo para conseguir logros. Es un deporte que requiere concentración, muchos cambios y una toma rápida de decisiones. La deportista nos explica: “siempre ha sido un deporte que me ha gustado, y empezar a practicarlo solo me ha hecho amarlo más”.

El día de la video entrevista, con un cartel de “enredados”, la versión de eolapaz para el País de los estudiantes

Marta empezó a jugar al baloncesto en el Colegio Cantabria de Puente San Miguel. Jugaba en el equipo de sus hermanos, todos chicos y 3 o 4 años mayores que ella. El equipo de La Paz se interesó por su hermano Daniel y quisieron ficharle. Solo tenían un coche en casa por lo que se cambiaron todos al equipo de La Paz. En ese club empezó a jugar con chicas de su edad, pero ella era la jugadora más alta de toda la liga y poseía mucha diferencia técnica. Durante ese periodo en La Paz fue convocada con la Selección Cántabra para participar en los campeonatos de España y en concentraciones de la Selección Española. Después de su segundo año en infantil el club barcelonés Siglo XXI la ofreció una beca para jugar y estudiar allí. En Barcelona estuvo 4 años donde hizo numerosas amistades que aún perduran. Después de acabar el bachillerato la llegó la oferta para jugar en la universidad de Wyoming en EEUU, gracias a que uno de los entrenadores de la universidad contactó con ella antes de su graduación para jugar y estudiar allí. Habló con sus padres y se decantó por viajar, así que cogió el vuelo y dos años después sigue allí. “No me equivoqué tomando aquella decisión” nos asegura la joven.

El juego entre EEUU y Europa es muy diferente, “aquí el juego es más físico y en Europa es más técnico, aunque en EEUU, en general, la gente es más individualista”, nos afirma Marta. En España casi nadie va a los partidos de baloncesto femenino, allí tienen a más de 3.000 personas en cada partido animando.

“Mi experiencia con la Selección Española se puede calificar de agridulce. Ha participado en la mayoría de las convocatorias y ha ido a muchos torneos representando a España. Pero en los últimos años las cosas no han salido como yo me esperaba porque me he llevado las desilusiones más grandes de mi carrera”, nos cuenta la deportista.

Marta opina que los deportes en general consiguen un ambiente de respeto e igualdad. “Por mi experiencia puedo decir que es así, por lo menos durante lo que dura un partido los rivales se respetan en la pista y los fans en las gradas”, nos afirma Marta. Aunque también nos dice que no es así en todos los casos, por desgracia…

La deportista nos dice como la situación en España con el deporte femenino está cambiando.  “Todavía nos queda mucho por recorrer. últimamente en los medios de comunicación se habla más de cómo visten, de si son guapas o no, dejando atrás su deporte”.  Para Marta la diferencia entre en deporte femenino y el masculino es el físico, pero no todo lo que importa en un deporte es el físico. En la opinión de Marta muchas mujeres son mejores que muchos hombres deportistas en ciertos deportes, y no se les da importancia.

Marta no sabe aun lo que la depara el futura, simplemente quiere seguir estudiando y jugando al baloncesto. Quiere graduarse en la universidad de Wyoming y después jugar profesionalmente al baloncesto en algún equipo de Europa. También dice que cuando se retire quiere entrenar a un equipo de baloncesto, aunque ella prefiere disfrutar del momento que la toca vivir ahora y aprovecharlo al máximo. “Lo importante es entrenar duro y sobre todo disfrutar, como he dicho antes, nunca sabes cuándo se va a acabar”.

Para Marta sería un sueño que todo el mundo jugara al baloncesto y les manda el siguiente mensaje: “es un deporte que requiere mucho del trabajo en equipo, que promueve la diversidad y ayuda a desarrollar muchas facetas necesarias para el día a día y nuestra vida en general, como la disciplina o la perseverancia.  El baloncesto es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, y puedo decir que ha influido mucho en mi carácter y en mi forma de afrontar la vida”.

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