Si una madre fumadora, o la
persona que se quede a cuidado del recién nacido, lo exponen al humo de un
cigarrillo, duplican o incluso triplican un riesgo de la salud del bebe que
puede acabar en el caso mas extremo en una muerte súbita.
El tabaco es un elemento muy dañino para el feto. Cuando una mujer fuma su bebe
recibe menos oxigeno. La falta de oxigeno le puede causar un retraso en el
crecimiento. Al fumar durante el embarazo se puede producir un parto prematuro
u otras complicaciones durante el embarazo.
Hace un año se hizo un estudio en el que se verificaba que fumar durante el
embarazo causa trastornos en la conducta de los hijos. Los hijos de madres que
habían fumado más de media cajetilla por día tuvieron más posibilidades de
provocar un trastorno en la conducta de los hijos durante la preadolescencia y
adolescencia, que los nacidos de madres no fumadoras o que lo habían hecho de
forma ocasional.
Uno de los criterios del estudio es que en una evolución de seis meses están
presentes por lo menos tres de estos síntomas: mentiras, provocación de
incendios, vandalismo, crueldad física, actividad sexual forzada, hurtos.
Un problema serio del tabaco es, por otra parte, la lactancia. Esta comprobado que la nicotina pasa a la leche materna. Aunque el nivel de esta no es una proporción que pueda ser nociva o toxica para el bebe. La nicotina tiene un efecto estimulante lo que le causa al bebe que este menos predispuesto al reposo y al sueño. Por estos y más motivos es por lo que no se puede fumar en horario que precedan a su hora de siesta o sueño nocturno.
La nicotina tarda 95 minutos en desaparecer totalmente del cuerpo. Fumar una cantidad de entre 20 a 30 cigarrillos al día puede reducir la producción de leche materna e incluso en ocasiones puede producirle al bebe, nauseas, vómitos, diarreas…
El problema del tabaco es el
humo. Los hijos de fumadores son propensos a padecer infecciones respiratorias
como asma y similares.
Un dato observado es que la placenta de mujeres fumadoras es mayor que la de
mujeres no fumadoras. Esta placenta es mayor por que actúa como un
contrarrestarte de la falta de oxigeno. Al ser de mayor tamaño hay más
posibilidades de desprendimientos prematuros.
Estas complicaciones ocurren con mucha más frecuencia en mujeres con un consumo
alto.
Los hijos de madres fumadoras pesan entre 150 y 250 gr. menos de aquellos de
madres que no fuman. Además hay una relación dosis-respuesta cuanto mayor sea
el numero de cigarrillos consumidos mayor será la tasa de nacidos con bajo
peso.
Las mujeres que dejan de fumar durante su embarazo consiguen que el feto pese
como el de una madre que nunca ha fumado.
De todas las mujeres fumadoras un 11 %, 734 niños en total en gran bretaña,
tenían síntomas sospechosos o definitivos de psicosis.
Cada vez que una persona enciende un cigarrillo, debería parar a pensar un
momento todo el daño que le hacen a los animales en laboratorios financiados
por las compañías tabaqueras.
En los experimentos que les hacen se incluyen:
• En algunos casos a los beagles se les hace un agujero en la garganta y muchos
perros son sometidos a respirar humo de tabaco durante un año.
• Experimentan con varios tipos de animales como: ratas, ratones, perros,
gatos, monos…
Y al final de todo este sufrimiento solo consiguen demostrar cosas que ya sabia
los
médicos, como, por ejemplo:
– Fumar produce cáncer de pulmón, laringe, lengua, estomago, cervix, glándulas
salivares y boca.
– Fumar también contribuye al cáncer de: estomago, páncreas, vejiga y riñón.
Todas las compañías tabaqueras prueban sus productos en animales. En este mismo
momento monas preñadas y sus fetos, son expuestos a la nicotina.
Además, estos experimentos han engañado a la gente durante años por que los
animales no desarrollan cáncer de pulmón, como lo hacen los humanos.
La gente tendría que darse cuanta de que, si fuma, no solo perjudica su salud y
la de las personas que la rodean sino que también ayuda a infligir sufrimiento
en animales inocentes.