“Sin Novedad en el Frente” es una novela antibélica publicada en 1929 situada durante la Primera Guerra Mundial, una de las más cruentas de la historia que duró desde 1914 hasta 1918 en la que se enfrentaron la triple Entente (Inglaterra, Francia, Rusia) y los Imperios Centrales (Alemania, Astro Hungría). El autor es Erich María Remarque y la editorial Plaza & Janes Editores.
La intención del autor es denunciar la destrucción de su generación por culpa de la guerra, ya que él tuvo que combatir durante su transcurso. Remarca que no solo fue la causa de millones de bajas, sino que además creo un profundo trauma en la sociedad. Pretende hacerlo de forma objetiva, narrando los hechos. “Este libro no pretende ser ni una acusación ni una confesión. Quiere ser sólo el intento de hablar de una generación que fue destruida por la guerra aun cuando pudo escapar de sus granadas”. Además, es una novela de costumbres, cuenta como cada día los soldados jugaban a las cartas, combatían, comían, pero sobre todo como no pensaban, porque pensar, en la guerra, es una mala costumbre.
Está contado desde el punto de vista de Paul Baümer, un joven alemán de 18 años. Es un soldado que piensa cuando no debería hacerlo.
Al principio, se aprecia su ilusión por alistarse con sus compañeros de clase, ya no solo por la presión de sus profesores y familias “A nadie le era fácil no alistarse, pues por aquellos días hasta nuestros padres estaban dispuestos a lanzarnos al rostro la palabra cobarde” sino también por un sentimiento de patriotismo y por sus ganas de cubrirse de gloria.
Según va trascurriendo el libro podemos notar que sus reflexiones ya no son inocentes sino pesimistas y más desesperadas. Da mucha importancia al valor de la camaradería entre soldados “Lo más importante fue el sentido de solidaridad que se despertó en nosotros que más tarde se convirtió en lo mejor que produjo la guerra: la camaradería”, sufre por las pérdidas de sus compañeros y por la locura de la guerra, recalca el poder del azar y como los soldados no tienen ninguna posibilidad en la decisión sobre la vida y la muerte. La brutalidad de la guerra y como se transforman a la hora de combatir. “Vemos a algunos que siguen viviendo con el cráneo arrancado, con los dos pies segados por una explosión, pero por cada metro, hay un muerto.” En numerosas ocasiones se plantea el sentido de la guerra, si de verdad merece la pena e incluso si aquellos, los enemigos a los que se está enfrentando no son iguales que él, unos jóvenes a los que han arrancado de la vida y no pueden hacer más que combatir. “La guerra nos ha incapacitado para todo. Tiene razón, ya no formamos parte de la juventud, hemos dejado de creer en todo, ya sólo creemos en la guerra”
Cuando le dan un permiso y vuelve a casa, su madre le pregunta por cosas de la guerra que los civiles no pueden comprender, no saben de esa vida ni de lo que es luchar por ella, porque la batalla se está desarrollando en el frente mientras que en las ciudades todo ha seguido parecido, pero sin ellos, los soldados. Ya no pertenece a ningún sitio y recalca, una vez más cuánto la guerra le ha quitado. “Soy joven, tengo veinte años, pero no conozco de la vida más que la desesperación, el miedo, la muerte y el tránsito de una existencia llena de la más absoluta superficialidad a un abismo de dolor. Veo a los pueblos lanzarse unos contra otros y matarse sin rechistar, ignorantes, enloquecidos, dóciles, inocentes. Veo a los más ilustres cerebros del mundo inventar armas y frases para hacer posible todo eso durante más tiempo y con mayor rendimiento”.
En la última parte, Paul ha perdido la esperanza, ya no solo por seguir luchando, sino también porque Alemania tiene muy pocas posibilidades de ganar la guerra. La artillería alemana no tiene nada que hacer contra la superioridad técnica de los ingleses.
El final es devastador, la ilusión de vivir ha huido de él y la guerra le ha superado por completo. Ya no le importa nada y lo único que quiere es poder liberarse.
“Me levanto, estoy muy sosegado, ya pueden llegar los meses y los años. no podrán quitarme nada más, no me quitarán nada más. estoy tan solo y tan desesperado que puedo recibirlos sin temor”.
“Cayó en octubre de 1918, un día tan tranquilo, tan sosegado en todos los sectores, que el comunicado oficial se limitó a la frase <Sin Novedad en el Frente>”.
“Había caído boca abajo, como dormido sobre la tierra. Su rostro tenía una expresión tan serena que parecía contento de haber terminado así”.
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