En ciencias sociales de La Paz estamos trabajando en este principio de curso en la coevaluación y en la evaluación en ecosistemas digitales. Uno de los pasos es la implementación de las rúbricas de un solo punto, una simplificación de las rúbricas analíticas habituales, pero que resuelve el problema que sea menos calificadora y más evaluadora.
La rúbrica de un solo punto está pensada más para los alumnos que para el docente porque es el alumno quien debe ver cuáles son sus puntos fuertes y cuáles los puntos que debe mejorar. Presenta importantes ventajas, como:
1. Reflexiona a cerca de lo que se está trabajando y es una invitación para que docente y estudiante tomen conciencia de lo que se está haciendo realmente bien y en qué se debe mejorar
2. Favorece la regulación del aprendizaje por parte del alumno. Además, no es tan exhaustiva como una rúbrica analítica y la comprensión por parte del alumno es, por tanto, mayor.
3. Evita que los estudiantes se comparen o compitan entre ellos porque cada estudiante recibe una retroalimentación personalizada.
4. No prioriza la calificación, es decir, es un instrumento que evalúa, pero no necesariamente califica una tarea.
5. Es mucho más simple, ya que no aparecen tantos indicadores como en una rúbrica analítica, lo que permite al estudiante centrarse en los puntos de mejora con mayor claridad.
6. Funciona muy bien cuando hay que coevaluar y autoevaluar una tarea porque los comentarios que se realizan, además de estar por escrito, son mucho más específicos que en una rúbrica tradicional.
Es por tanto un instrumento que no está pensado para poner notas, si no para la reflexión y mejora del alumno, por lo que si lo que se quiere es calificar una tarea, lo normal es que se use la rúbrica analítica. Si, por contra, lo que se pretende es la evaluación de un proceso de aprendizaje, trabajar la reflexión, fomentar la metacognición mediante la escritura, la rúbrica de un solo punto es una herramienta muy válida dada su simplicidad y concreción.
Esta rúbrica consta de tres columnas
La primera columna correspondería a los aspectos a mejorar.
La columna central se correspondería con los objetivos y la descripción de cada criterio.
La tercera y última columna se correspondería con los aspectos destacados.
Si te fijas, la diferencia con la rúbrica analítica o tradicional es significativa porque desaparecen los niveles de desempeño y los indicadores de dichos niveles. En su lugar aparecen los aspectos destacados y mejorables.
Fuentes Santiago Moll y Jennifer González