Rosalind Elsie Franklin

Rosalind Elsie Franklin nacida el 25 de julio de 1920, en Londres, en una familia judía acomodada e influyente.

Su educación discurrió por las mejores escuelas privadas para señoritas, sobresaliendo siempre en sus estudios y en la práctica de deporte. Entro en la universidad a los 18 años, graduándose en química y física en 1941, gracias a sus excelentes notas consigue una beca para realizar su tesis doctoral pero un año después, en 1942 en plena Guerra Mundial, pasa a formar parte de la Asociación para la Utilización del Carbón y con sus investigaciones ayuda al esfuerzo de la guerra. Hizo un trabajo importante en sus estudios sobre el carbón lo que le permitió, al acabar la guerra y en 1946, defender su tesis doctoral.

Después de presentar su tesis en Reino Unido, viajó hasta París donde vivió tres años estudiando una técnica que permitía determinar la estructura molecular de diferentes cristales.

Después de ampliar sus conocimientos en el tratamiento de los cristales en 1951 regresó a Inglaterra donde pasó a formar parte del laboratorio de Kings College, como investigadora asociada del laboratorio de John Randall.

Durante ese periodo trabajo con Maurice Wilkins, con quien tuvo una tensa relación laboral ya que, como era costumbre en la época, la infravaloró al considerarla únicamente una asistente cuando, en realidad, era la líder de su propio proyecto. Aún así Franklin continuó sus investigaciones y aprovechó sus conocimientos en el tratamiento de cristales para realizar una fotografía de una estructura molecular, la foto tuvo tal calidad que fue el detonante para conseguir descubrir la estructura del ADN.

La mala relación de Franklin con Wilkins llego a su punto álgido cuando este la traicionó enseñando la fotografía que nació en el laboratorio de la química a otro par de investigadores que se habían sumado a la carrera por descubrir la estructura del ADN: James Watson y Francis Crick. Todo ello sin el permiso ni el conocimiento de Rosalind. Los cálculos de la cristalografía de Franklin les permitieron conocer las medidas exactas para poder modelar con precisión la estructura atómicas del ADN.

Sin su investigación no sabríamos nada sobre cómo combatir un virus de no conocer su estructura interna y su forma de atacar a las células de nuestro organismo. El trabajo de Rosalind Franklin en la investigación sobre la estructura de los virus ha sido crucial y los resultados de sus investigaciones han servido a otros científicos para elaborar vacunas efectivas contra algunos de ellos y cambiar el rumbo de las epidemias.

Hay infinidad de tipos de virus, pero la estructura de muchos de ellos es parecida: están encapsulados en una envoltura de proteínas que protege su interior, formado normalmente de material genético en forma de ADN o ARN.

Diagnosticada con cáncer de ovario en 1956, Rosalind continuó trabajando y explorando nuevas vías de investigación. Murió dos años después, a la edad de 37 años.

Si bien fue reconocida en los círculos académicos por sus muchos logros, la magnitud de su trabajo en la investigación del ADN, y las luchas que soportó en el camino, no se hicieron conocidas hasta décadas después de su fallecimiento. Desde entonces, los honores han llovido de todo el mundo.

Fuentes:

1º Revista Vanity Fair, 24/05/2020 Autor: Paula Peña.

2º www-rosalindfranklin-edu.

3º Revista National Geografic, 12/04/2021 Autor: Guiomar Huguet Pané.

4º Blog: Mujeres con ciencia, 09/05/2014  Autor: Eduardo Angulo.

5º Wilkipedia