La voz de Televisión española en el mundo, es una de las periodistas más experimentadas de España, una gran conocedora del arte de la comunicación, de la sociedad y del panorama internacional. Esta es su historía, contada en la UIMP de Santander para eolapaz.
¿Cómo y cuándo descubre Rosa María Calaf su vocación comunicativa y decide dedicarse de lleno a este difícil oficio de contar las cosas?
Yo primero estudie Derecho porque quería hacer carrera diplomática. Tuve la oportunidad desde muy pequeña -que en aquel entonces era muy difícil- de vivir con una familia muy viajera. Veía que el exterior era muy diferente del interior de España, era una España muy cerrada. Entonces pensé que había que hacer algo, pensé en hacer derecho y una carrera diplomática, pero en el camino me gustaba siempre mucho escribir, hablar. Mi padre era un gran lector, una persona que me hablaba muchísimo desde pequeña, era muy melómano. En mi casa había tertulias de gente que venía y le gustaba hablar. Es así como yo desde muy pequeña empecé a darme cuenta de que había que contar las cosas a los demás que no tenían la oportunidad. Primero, ya digo, pensé hacerlo como diplomática pero luego me di cuenta de que me gustaba mucho más y de que iba a poder ser más libre como periodista que en una jerarquía. Enseguida empecé a hacer periodismo en cuanto se abrió la Escuela de Periodismo en Barcelona. Termine Derecho pero enseguida empecé a darme cuenta que como periodista podría realmente hacer más la labor.
Usted aboga por la mayor especialización en la profesión, ¿Qué se debe hacer para producir mejores periodistas?
Para empezar, creer en el periodismo, creer en la necesidad del periodismo y creer que no se puede tener una sociedad sana que sea capaz de tomar decisiones, que la afectan con conocimiento, si no está informada. Si no partimos de esa base, ¿qué periodismo vamos a hacer? El periodismo no es un negocio, el periodismo no es una mercancía, el periodismo es un servicio. Eso es lo que hay que enseñarles a todo el mundo, por supuesto a los periodistas jóvenes pero también al ciudadano. El ciudadano debe exigir información veraz y de calidad y tiene que ser consciente de que, si no está informado, va en su propio perjuicio.
Más de 25 años en la televisión pública avalan su trayectoria y profesionalidad ¿Díganos algo de la televisión española de ayer, de hoy y del futuro?
Siempre la televisión ha sido un vehículo muy eficaz. Al principio debía ser y era bastante un vehículo de conocimiento, sin entrar en la etapa franquista en la que era un vehículo de la dictadura. En principio, la televisión nació como una herramienta de conocimiento. Con todos los cambios tecnológicos significaba que ese conocimiento iba poder llegar a más gente y que por tanto nos íbamos a conocer mejor, íbamos a saber mejor como eran los demás e íbamos a acércanos a realidades más distantes y más distintas. Algo que uno conoce puede comprenderlo más fácilmente y algo que uno comprende pues evidentemente no va a pelear contra él, es decir que iba a haber una mejoría en la cohesión social. Eso era todo lo que pensábamos que iba a dar todos estos cambios tecnológicos. Pues no los ha dado ya que la televisión, por contrario, se ha convertido en un instrumento más de espectáculo, en casi casi socia del desconocimiento. Por tanto, la televisión al inicio era mucho más tímida, una herramienta poderosa pero más contenida, seguía la línea general de los medios de transmitir información al ciudadano y servirle, y después se ha convertido en todo lo contrario. Y la del futuro, no tengo ni idea pero si sigue este camino mal va. Yo creo que lo que va a pasar es que van a acabar quedando en todo caso, canales temáticos y puntuales en los que sí se va a hacer buenos programas, y una televisión generalista basura.
¿Qué papel tiene el periodista hoy en día en esta revolución tecnológica en la que cualquier ciudadano con un blog gratuito es capaz de crear y difundir opinión e información? En definitiva, ¿Qué opina del periodismo ciudadano?
Es muy importante que los ciudadanos puedan expresarse, pero eso no es más que la libertad de expresión de los ciudadanos, eso no es periodismo. El periodista debe filtrar y elaborar información. Por ejemplo, en la medicina puede haber mucha gente que diga remedios para el dolor de cabeza pero al final quien sabe es el médico. Lo que no puede ser es una sociedad sin periodismo y no puede haber un periodismo sin periodistas.
¿Qué debe imperar en un periodista para diferenciarse de los demás?
Ser periodista, es decir, cumplir el objetivo para el que ha estudiado. Ten en cuenta que una profesión es más que un trabajo, es un compromiso social y una responsabilidad para hacer que las cosas vayan cada vez mejor para todo el mundo. El que haga esto, será mejor periodista que el que no lo haga.
Hablemos de su época como corresponsal… ¿Cómo fueron sus inicios en corresponsalías como Moscú, Pekín o Nueva York?
Tenía poca experiencia cuando empecé en Nueva York por lo que tuve que aprender el ABC, es decir, cómo funciona una corresponsalía: que significa estar en permanente contacto con lo que está sucediendo, buscando fuentes, contrastando, teniendo puntos de referencia a quienes acudir cuando sucede algo para comprobar y para confirmar.
¿Cómo es la vida de un corresponsal?
Eres como un médico de guardia, estas permanentemente al servicio de lo que sucede para tratar de contarlo. Esto es así, lo es desde el principio y lo es ahora lo que pasa es que ahora cada vez se trabajaba más deprisa y con menos profundidad.
Un corresponsal tiene que conocer la zona donde está, y poder ser capaz de reaccionar muy rápidamente y de tener todas aquellas herramientas que le permitan contrastar la información y poder transmitirla lo más adecuadamente posible y con la mayor veracidad posible.
Cuéntenos la anécdota que mejor recuerde de estos años como profesional
Cuento una anécdota que significa muchas cosas. Me rompí el brazo en Timor -una isla pequeña al sur de Indonesia de 750 mil habitantes en la que ha habido conflictos y violencia- y no había un solo médico en todo el país. Estando varias horas con el brazo así, los únicos que me podían atender eran los militares australianos, me atendieron en el hospital de campaña que tenía, me escayolaron, me ingresaron una noche y seguí trabajando. Al cabo de tres semanas, cuando termine de trabajar allí, volví a Hong Kong y fui al traumatólogo a ver si estaba bien el brazo. El traumatólogo me quitó la escayola y cuando me fue a reponer la escayola me dio una carta de colores para que eligiera el color de la escayola -lo pedí azul-. Lo cuento porque creo que significa mucho: un mundo donde hay un lugar en el que no hay un solo médico y a menos de dos horas y hay otro en donde te dan una carta de colores para decir el color de tu escayola significa que algo funciona mal.
Hablando de proyectos de futuro para fortalecer el periodismo… ¿Qué opinas del nacimiento de un periódico constituido solo por periodistas como el caso de “Il Fato Quotidiano” en Italia?
Hay de hecho una experiencia en Barcelona, que es el ARA -significa ahora- pero no es exactamente igual que Il Fato Quotidiano. El periódico italiano es absolutamente independiente, es decir, es solo periodistas y financiado con suscripción, venta en quiosco y con algo de publicidad pero no de empresas que puedan condicionar la línea del periódico. Yo creo que sería fantástico pero que hay pocas posibilidades de encontrar un ambiente y entorno social que fuera suscriptor de un proyecto de periódico que todavía no existe. Creo que sería bueno que se hiciera ese periódico pero eso significa que tiene que haber una sociedad o por lo menos un sector importante de esta que esté interesado en este tipo de prensa, porque si no a quien se lo vas a vender.
¿Qué les diría a los jóvenes que quieren dedicarse al periodismo?
Que lo hagan, que es una profesión maravillosa y absolutamente necesaria sin la que la libertad está en peligro, ya no solo la democracia, se dice mucho “de la prensa fuerte depende una democracia fuerte” pero una democracia fuerte no es solo que se vote cada cuatro años, sino que las personas vivan democráticamente, respeten las opiniones de los demás, acepten el pluralismo. Creo que la libertad va más allá, si no hay un periodismo no puede haber una libertad y los griegos ya lo decían: “hay que elegir entre descansar y no hacer nada o seguir para conseguir la libertad, ya que ser libres cuesta une esfuerzo”. Los jóvenes que quieren ser periodistas se tienen que dar cuenta que tienen esa tarea, ese compromiso de colaborar en el mantenimiento de ciudadanos libres, capaces de ejercer sus derechos y luchar contra los abusos. Ánimo absolutamente a los jóvenes pero ya digo, con ese objetivo de servicio y no de hacerse famoso o rico.
Muchas Gracias y deseamos que el periodismo prevalezca
Pues deseo eso, porque si no nos va a ir muy mal a todos.