Rápida pero letal

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Lo que llamamos comida rápida, es un estilo de alimentación donde el alimento se prepara y se sirve para consumir rápidamente en establecimientos especializados o a pie de calle. El ejemplo Macdonal’s. Ya en la antigua Roma se servia en puestos callejeros panes planos con oliva o en el falafel en Medio Oriente.

En 1912 se abre el primer Automát en Nueva York, un local que ofrecía comida a través de una ventana de vidrio y una ranura para pagar con monedas. El sistema ya existía antes en Berlín y en algunas ciudades de Estados Unidos como Filadelfia.

La firma popularizo la comida para llevar bajo el slogan “menos trabajo para mama “ , más tarde con la llegada de los populares drive-trough en 1940 ´ en Estado Unidos periodo en el que se hace muy popular servir comidas sin necesidad de salir de un coche . A esto se le empieza a denominar “fast-food”.

El concepto de comida rápida apareció en Europa durante las guerras napoleónicas siglos XIX, los mercenarios cosacos del ejército ruso en Francia, solicitaban en los restaurantes que se les sirviera lo antes posible, mencionando repetidas veces la palabra “bistro”, que en ruso significa rápido.

A mediados del siglo 20 un empresario de la alimentación en Estados Unidos comercializa por primera vez lo que se denomina como comida preparada “TV-dinner”, así una persona sin mayores esfuerzos se encuentra en pocos minutos con un plato preparado en casa.

A finales de los años 90 empieza a aparecer movimientos en contra de los fase-food y se denuncian algunos acerca de la poca información, el alto contenido en grasas etc… De alguno de sus alimentos.

A comienzos del siglo 20 aparecen ciertas informaciones contrarias a cerca de la comida rápida algunos como los movimientos “slow-food”, cuyo objetivo principal es luchar en contra de los hábitos que introduce la comida rápida en nuestras vidas.

Hace unos años pareció un documental denominado “Super size me “ en el cual una persona decide alimentarse en los restaurantes Mcdonalds durante un mes entero , como resultado de ello acaba obeso y con graves problemas de salud todo ello provocados por el consumo masivo de comida rápida .

Esto produjo que la presión aumentara por lo tanto algunas cadenas de restaurantes como la citada Mcdonalds empieza a incluir información nutricional en el empaquetamiento de todos sus productos

Pero, ¿Por qué elegimos este tipo de comida? El 70 % de las personas que trabajan comen en restaurantes de comida rápida, todo esto se debe a las largas distancias que existen entre su puesto de trabajo y su hogar, y al poco tiempo que tienen para desplazarse, los restaurantes de comida rápida se adaptan a nuestro bolsillo y a nuestras prisas, 2 buenas razones que impulsaron el despegue del sector en la última década.

Aunque parezca mentira algunos de los alimentos más tradicionales como hamburguesas o bocadillos recaudan en España un total de 880 millones y 335 millones de euros actualmente.

El hecho de que exista el “fast- food” en España ha hecho que las pizzerías (otro negocio rápido) retrocediera bajando mucho su producción.

Al crecimiento también se han unido restaurantes de comida oriental estos han experimentado un crecimiento anual superior al 7%, según dice el director de la cadena de restaurantes orientales instalados en España, estos venden unos 8000 kebabs al día, aparte de que están de moda también su colocación en zonas de amplio transito (restaurantes, centros comerciales) hacen que funcione.

A parte de todo esto también hay que valorar que dentro de la comida rápida el kebab es un producto muy saludable, elaborado con productos caseros, hortalizas frescas y una carne que se derrite la mayor parte de su grasa

De los efectos nocivos de la denominada Fast-food son peores de lo esperado. No solo engorda y aumenta el riesgo de obesidad, sino que su consumo frecuente disminuye la cantidad de fruta, aceite de oliva y de alimentos ricos en agua que se ingieren, en el estudio denominado “internacional journal of obesity “participaron 3000 adultos entre 25 y 74 años residentes en Gerona. El objetivo de todo esto era comprobar como el consumo de la comida rápida afecta a una población que tradicionalmente ha seguido una dieta mediterránea, el 10 % de los participantes consumía este tipo de alimentos una vez al mes, estos consumidores solían ser más jóvenes eran fumadores con mayor frecuencia y tenían estudios de más grado que los demás. Cuanto mayor es la ingesta mayor el desapego por la dieta mediterránea. No sucede, como cabría esperar, que se compense su ingesta con la de otros alimentos más sanos, como aceite de oliva o fruta, sino que por el contrario se tiende a empeorar la calidad de la alimentación con unos riesgos, a estos efectos nocivos de las hamburguesas patatas fritas etc… Hay que sumar otros más conocidos. Los resultados mostraron que a medida que aumenta el consumo de comida basura se incrementa también el consumo de energía incluso después de omitir en el cálculo las calorías de estas raciones.

De hecho, en el estudio quedo patente que el índice de masa corporal aumentaba con la cantidad de comida basura. Más aun esta dieta incrementa el riesgo de obesidad en hasta un 129 % para aquellos que recurren a este tipo de alimentos más de una vez a la semana, aunque el problema en Europa y España dista mucho de la situación que vive Estados Unidos.

Donde el fase-food representa un tercio de la energía diaria que consume un adulto, mientras que en el estudio de la población de Girona se limita a un 1.9 %

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