Imprimir PDFSi hay algo con mala fama en este país, al margen de Koldo, es la comida de los nodos de transportes. Y es que la comida en lugares de paso como aeropuertos, trenes o gasolineras es cara, mala y escasa. Y ¿Por qué?
Las empresas que operan restaurantes en estos lugares pagan altos alquileres y tasas a las entidades gestoras. Para compensar estos costes, a menudo recurren a productos de menor calidad o precios más altos.
En muchos casos, la oferta de comida en estos lugares es limitada, lo que reduce la competencia y limita las opciones para los viajeros. Esto puede llevar a una situación de monopolio donde la calidad no es una prioridad.
Los viajeros, especialmente en aeropuertos, son un público cautivo que, por la premura del viaje, no siempre tiene tiempo de buscar alternativas fuera del recinto. Esto permite a los restaurantes ofrecer una calidad inferior a la que se encontraría en un restaurante tradicional.
En estos lugares, la rapidez del servicio suele ser más importante que la calidad de la comida. Esto puede llevar a que se sacrifiquen aspectos como la elaboración artesanal o la frescura de los ingredientes.
Existe una percepción generalizada de que la comida en estos lugares es mala, lo que puede llevar a los viajeros a tener expectativas bajas y no exigir una mejor calidad.
No todos los establecimientos en estos lugares ofrecen comida de baja calidad. Cada vez hay más restaurantes que apuestan por productos frescos, elaboraciones cuidadas y una atención al cliente de calidad.
Y ahora que tenemos claro por que nos clavan, veamos qué podemos hacer
Buscar información online sobre las opciones disponibles en el lugar de paso elegido puede ayudarnos a encontrar restaurantes con mejor. Si el tiempo lo permite, preparar comida en casa puede ser una alternativa económica y saludable a la comida de los restaurantes. No conformarse con una mala experiencia y expresar nuestra opinión a los responsables del establecimiento puede contribuir a mejorar la calidad en el futuro. Apoyar a los restaurantes de calidad: Elegir los restaurantes que apuestan por productos frescos y elaboraciones cuidadas es la mejor manera de fomentar un cambio positivo en la oferta gastronómica de estos lugares.
Come sano, y viaja mucho