La obesidad infantil lleva camino de convertirse en una plaga que está movilizando a muchos profesionales de toda España.
Germán Castellanos es un profesional de la pediatría reconocido por su compromiso con los niños y los jóvenes a lo largo de toda su carrera y por haber puesto en marcha múltiples iniciativas, como los centros de orientación y los programas de educación para la salud con los centros de la provincia. En octubre de 2012, creo un equipo de médicos, psicólogos y pedagogos junto a los cuales ha iniciado una lucha decidida contra la obesidad infantil. El objetivo es intentar prevenir y tratar el sobrepeso, en una sociedad en la que 23% de los niños tienen sobrepeso y un 12% obesidad, con lo que 1 de cada 3 están afectados por una epidemia silenciosa de graves consecuencias.
El problema es tan serio que, según castellanos, está empezando a superar en importancia a la bulimia y la anorexia, dos problemas estabilizados entorno al 3-4% de chicos y chicas adolescentes. Lo que hay que tomar conciencia es que nos encontramos, en ambos casos, ante un problema es formativo-educativo de los adolescentes y de las familias, y que igual que estudiamos filosofía o matemáticas deberíamos formarnos en salud.
La lucha contra la obesidad parte del estudio de las circunstancias personales y familiares. Una vez diagnosticada la situación es preciso plantear una psicoterapia, una terapia de mucho tiempo unido a un control médico.
Para Castellanos, el problema es complejo, pero existen evidencias de que las cosas están cambiando. Un ejemplo son las cadenas de comida rápida, en las que se están retirando los menús XXL. “es un paso importante porque las dietas hipercalóricas, no aportan todos los nutrientes y producen desequilibrios nutricionales, acabando con sobrepeso, obesidad y cifras de colesterol altas”. Frente a ese modelo importado en los últimos años hay que fomentar una dieta en la que haya más pescado que carne, muchas fruta, verduras y hortalizas, también legumbres y no grasas saturadas que son las que dañan las arterias del organismo. Pocas grasas, pocos dulces y además todo eso debe estar bien repartido a lo largo del día. Pero España está en crisis, y en ocasiones una dieta sana no es barata. Además, en España pecamos de un desayuno insuficiente porque la gente se acuesta tarde viendo la tele, se levanta justo para ir al colegio y entonces desayuna poco y hay que estar en el colegio 4 o 6 horas con una comida insuficiente.
Un aspecto importante para el doctor Castellanos es la relación entre padres obesos e hijos obesos. “hay que tener en cuenta que hay un factor genético, de predisposición. Y hay un factor de imitación en la familia. Si los chicos y adolescentes ven que sus padres no consumen verdura, ni fruta ni hortalizas y que todo es a base de grasas o de comidas muy calóricas abusando de la sal y de los dulces, eso influirá en los hábitos del adolescente. De ahí la importancia de una campaña que también actué sobre las familias, y que estamos desarrollando a través de las asociaciones de padres de los colegios, formando a las familias sobre alimentación y sobre la actividad física”.
Pero si las familias influyen, la sociedad también. “Hay factores emocionales. La ansiedad lleva a comportamientos compulsivos. Y la situación laboral y económica de muchas familias, incluso el clima general de preocupación está generando mucha ansiedad en los jóvenes.
También hay un lado educativo en la propuesta. Está demostrado que a más obesidad menos actividad física y también que los que más actividad física realizan y de una forma arreglada y continuada tienen mejores calificaciones.
Castellanos está también preocupado por una estadística abrumadora. La mayoría de los niños con obesidad de Cantabria viven en la zona de Torrelavega, una de las comarcas con mayores índices de accidente vascular o cerebral de la región. Datos que para el doctor no son casuales. Los niños obesos suelen, además, desarrollar personalidades con baja autoestima, que les lleva a veces a iniciar tratamiento de adelgazamiento inadecuados con consecuencias muy lesivas para la salud.
Todo ello hace que “Ponte sano” haya recibido ya el apoyo de la Consejeria de Sanidad y de los sistemas educativos y sanitario. La conciencia ante el problema está creciendo y la voluntad de seguir este camino es clara. Pero mucho por hacer, para convertir en cotidiana la salud y el cuidado de nuestro cuerpo, para ponernos sano.
