Noche es uno de los testimonios humanos más desgarradores sobre el Holocausto. Elie Wiesel, su autor y protagonista, publicó esta obra en 1958, gracias al trabajo editorial de la Unión Central Israelita Polaca, quien logró una primera edición en Argentina.
En los años 30, en la Alemania nazi se desarrolló una persecución a las personas de religión judía. Les culpabilizaban de la crisis económica y de no ser alemanes “leales” al estado alemán. Todo esto desembocó en racismo, ser incluidos en guetos, incautaciones de bienes y finalmente en campos de concentración y ejecuciones masivas. Los nazis exterminaron un total de 6 millones judíos procedentes de Alemania, Francia, Polonia, Hungría y Checoslovaquia. También exterminaron personas de raza gitana y adversarios políticos.
Wiesel recoge todos estos acontecimientos visto desde los ojos del pequeño Elie, a sus 13 años de edad. La novela comienza presentando a su protagonista, un joven entregado a su fe judía, quien dedicaba horas a leer el Talmud, mientras que no había día que no faltara a la sinagoga. Todo sucede en Hungría, donde la historia da un giro, cuando el gobierno lanza un decreto en el que ordena que todos los que no pudiesen probar su ciudadanía, deberían abandonar el país. Es así como de la noche a la mañana Moshe- Shames, el conserje de la sinagoga con quien Elie tiene una estrecha relación, tiene que abandonar el país. Este fue trasladado a un tren de ganado con dirección a Polonia. Después de vivir el horror, Moshe logra escapar del campo de concentración y regresa a casa para contar todo lo que ha visto y vivido. Sin embargo, para su sorpresa nadie le creía, por el contrario pensaban que había enloquecido.
Pero la historia siguió su curso, y poco después, todo lo que Moshe les había contado se hizo realidad, dando paso a una época de terror, marcando para siempre la vida de la familia de Elie, donde lo que parecía ser una noche cualquiera, se convirtió en la mayor de sus pesadillas. En fila, comenzó una procesión hacia unos trenes infrahumanos, que daban comienzo a la pesadilla que les acompañaría por los próximos años. Elie y su padre se despidieron de su madre y hermanas, ya que les esperaban caminos separados, que nunca se volverían a juntar. Ellos fueron destinados a un campo de concentración de trabajos forzados, Auschwitch y Buchenwald, ya que eran jóvenes y cumplían el perfil necesario. En estos campos de concentración, la comida y la sanidad escaseaban, y el trabajo era abundante y exigente, estos fueron los factores principales por los que el padre de Elie fallece, aparte de que el padre de Elie siempre priorizaba la salud de su hijo, antes que la suya. El libro concluye, con lo que se llamó “la marcha de la muerte”. Los rusos se acercaban para liberar el campo y lo alemanes decidieron evacuarlo y emprender una marcha, en la que murieron la mayor parte de los prisioneros.
Elie Wiesel fue uno de los pocos supervivientes del Holocausto. Después de la guerra mundial, decidió mudarse a Francia para intentar procesar todo lo que le había ocurrido. Nunca volvió a saber nada de su madre o hermanas ya que él fue el único superviviente de su familia. Poco tiempo después, escribió esta autobiografía, y la completó con otras dos novelas que terminan con esta pesadilla que nunca ha superado. El propio autor afirma que él no la volvería a publicar, ya que ninguna palabra podrá describir lo que sufrió y vivió, aunque no se arrepiente de haberlo hecho.
Wiesel recibió el Premio Novel de la Paz en 1986 por su labor dedicada a la defensa de los derechos humanos y la tolerancia entre los hombres.
Falleció el 2 de julio de 2016 en su casa de Nueva York, a la edad de 87 años.
“el enemigo ha ganado, ya que cada vez que hablo de aquella noche el miedo se apodera de mí.” MGFRcTF2MEZoczJJaEUyU1FULXVsN1E%3D