Este libro es la cuarta novela y última obra juvenil del escritor español Carlos Ruiz Zafón. Fue publicada en 1999 por editorial Edebé y reeditada en febrero de 2007.
En septiembre de 1979, Óscar salió del internado después de las clases a explorar Barcelona. Entró en la casa y cuando cogió un reloj para verlo mejor, descubrió que no estaba solo y huyó asustado con el reloj en la mano. Intentó volver con su amigo JF para devolverlo, pero les entró miedo y se escaparon de allí. Quedó con Marina para el día siguiente, domingo, y ella le llevó hasta un cementerio en el que había una lápida sin nombre con el dibujo de una mariposa negra.
Una misteriosa mujer solía ir una vez al mes a
dejar sobre la tumba una rosa roja. Otro día en que Óscar fue a casa de
Marina, la encontró vacía y al rato volvió a notar el olor a
podrido. Cuando llegó a la dirección encontró a un hombre llamado Benjamín
Sentís que le dijo que Mijail había muerto en un incendio con su esposa Eva
Irinova. Pocos días después, Óscar leyó en el periódico la noticia de
la muerte de Sentís, que había aparecido en un túnel de alcantarillado con
las manos amputadas.
Marina y él decidieron volver al invernadero de
las figuras. Al huir de ellas se dieron cuenta de que tenían vida y que
estaban hechas con piel y hueso humanos. Ese médico aún vivía y fueron a
verle para hablar de Mijail. Después fueron a hablar con un policía
jubilado y tras seguir diversas pistas supieron la verdadera historia de
Mijail.
Cuando el doctor murió, Mijail experimentó
con cuerpos humanos y lo siguió haciendo durante toda su vida intentando buscar
una solución para la enfermedad que sabía que llevaba dentro. Cuando
desfiguraron a Eva con un ácido, Mijail la reconstruyó en parte para que
pudiera comer y hablar. Eva se dio cuenta de que Mijail se estaba
volviendo loco y pensó que dándole un hijo dejaría de experimentar con su
cuerpo que ya mostraba el avance de la enfermedad, pero no fue
así. Mijail se había reconstruido casi todo el cuerpo y era un ser deforme
y loco, por lo que lo encerraron en una torre de la casa.
La fue convirtiendo en una especie de máquina
como él y al final fue Eva la que provocó un incendio en el antiguo teatro para
acabar con todos y consigo misma. Durante la última semana de vida de
Marina estuvo con ella las veinticuatro horas, sin volver al colegio.