Actualmente la mayoría de la población compra por internet, ya bien sea por comodidad o por el precio. Esto afecta directamente a las tiendas físicas ya que al no vender tantos productos no pueden cubrir los costes.
En España el 58% de la población compra productos a través de internet, siendo los libros, la música, las películas y los videojuegos los que más triunfan a la hora de comprar en esta plataforma. Sin embargo, la población española prefiere las tiendas tradicionales.
Gran cantidad de consumidores online aseguran que llegan a comprar por internet cuando a la hora de informarse sobre un producto descubre grandes ofertas y comodidades siendo junto con el stock y la capacidad de devolución de algunas tiendas sus principales argumentos.
Sin embargo, el e-commerce tiene desventajas como la imposibilidad de ver el artículo antes de la compra, posibles problemas de envío y la incertidumbre de como llegará el producto.
En el mundo el porcentaje de población que participa en el e-commerce ha alcanzado el 22%. Los países donde más se compra por internet son China, Reino Unido, Italia, Polonia y Alemania. España no superaría la media mundial.
Aunque el e-commerce está creciendo cada vez más todavía hay gente en todo el mundo que prefiere comprar en las tiendas físicas. El principal motivo es que las personas prefieren poder tocar y probar el producto antes de comprarlo, una característica que mucha gente aprecia y que la compra por internet no ofrece.
Por otro lado muchas personas se echan atrás a la hora de comprar en tiendas físicas sobre todo por la cantidad de gente y las largas colas. Otro factor seria la diferencia de precio entre ambas plataformas.
En un estudio reciente se descubrió que siete de cada diez personas en España utilizan el dispositivo móvil mientras compran en tiendas físicas para, por ejemplo, buscar información o pedir opinión a familiares o amigos.
Con estos datos podemos entender que las tiendas físicas se ven afectadas por la compra online de la siguiente manera: Cada vez más gente compra por internet por lo que los ingresos de las tiendas físicas son cada vez menores lo que produce que no puedan cubrir los costes.
Esta situación produce una caída de los beneficios por lo que para poder solucionarlo las tiendas físicas aumentan el precio de venta al público. Mucha gente se percata de esto cuando compara precios con tiendas online y cree que es menos rentable. En este momento es cuando las tiendas físicas comienzan a perder clientes lo que puede llegar a producir el cierre de las mismas.