Al igual que hace casi doscientos años en el Salvaje Oeste, hay una nueva fiebre del oro, pero esta no es amarilla si no de muchos colores, pero sobre todo negra ya, como creo que sepáis, las reservas mundiales de petróleo se agotan y cada vez hay más demanda.
Se desarrolla en los lugares más duros y complicados del mundo, como la selva, los hielos polares y todos los lugares de los Tierra donde nadie ha buscado antes. Uno de los ejemplos más extremos lo encontramos en Canadá, cerca de Inuvik. Donde un equipo de perforación trabaja durante el breve periodo invernal, en el que las aguas del ártico se congelan lo suficiente para que el peso de la estructura de perforación no rompa el hielo y caiga al mar con sus ocupantes.
Además los trabajadores tienen que soportar temperaturas por debajo de los cuarenta grados bajo cero. A este tenor le sumamos otro, que los materiales de la torre perforadora tienen que ser transportados por camiones sobre el hielo, ya que son muy pesados para ser transportadas por pequeñas avionetas y los barcos romperían la vital capa de hielo que sostiene al ingenio, a si se acorta aun más la estancia de estos buscadores. Que como veis ya no están en un rio con un tamiz buscando pepitas.
También aquellas rudimentarias herramientas se han sustituido por la más alta tecnología en escáneres que muestran al mundo las entrañas de la Tierra y numerosos estudios que aseguran al buscador o a la empresa que lo contrata que el mineral anhelado por el buscador se podría encontrar en la zona antes de gastarse un solo céntimo en un terreno sin ningún tipo de valor. Aparte, los métodos de extracción han cambiado ahora lo normal no es ir extrayendo oro del rio e ir vendiéndolo poco a poco para poder vivir. Ahora lo normal es que una gran multinacional te contrate y busques lo que ellos quieren. Y luego ellos se encargan de explotar el yacimiento y tú vas a otro lugar a buscar nuevos yacimientos.
Además del petróleo, hay otros minerales como el litio y el manganeso. Que son aun más buscados porque las principales reservas de estos minerales se encuentran en Afganistán en manos de los Talibanes. Y el mundo no está dispuesto a comprar estos recursos para seguir con la lucha armada en este país. Pero también hay otro problema, las baterías que son el futuro energético, necesitan estos materiales para su fabricación. Así que por eso estos materiales son tan buscados. Pero no solo se busca debajo de la tierra. También se indaga en el los bosques tropicales. Donde los nativos de estas selvas han vivido durante cientos de años, con remedios naturales contra el dolor a base de plantas y animales que viven en la selva y posiblemente se hallan a lo largo del tiempo. Entonces los investigadores buscan esas plantas, para poder investigarlas y dar uso a estas nuevas “sustancias” en la medicina moderna y desarrollar nuevos medicamentos contra el cáncer por ejemplo.
Estos remedios también se buscan en el mar. Pero son más difíciles de encontrar, por los motivos logísticos. Dos empresas españolas se dedican a esto. Se llaman PharmaMar que investiga y desarrolla nuevos medicamentos contra el cáncer por medio de organismos marinos, y NeuroPharma que destina estos organismos para la investigación de tratamientos para enfermedades nerviosas, se especializa en el tratado del Alzheimer. En conclusión, los buscadores siempre estarán para buscar recursos escasos y de gran importancia para la humanidad.