Las Guerras Dacias fueron una serie de conflictos militares entre el Imperio Romano y el Reino de Dacia, ubicados en la región que hoy en día comprende Rumanía y partes de los países vecinos. Estas guerras se libraron en el siglo II, durante el reinado del emperador Trajano.
La primera Guerra Dacia tuvo lugar entre el 101 y el 102 dC, y fue dirigida por el emperador Trajano contra el rey dacio Decébalo. El conflicto comenzó cuando Decébalo atacó las provincias romanas de Moesia e Iliria y se negó a rendir homenaje a Roma. Trajano respondió liderando una campaña militar exitosa que resultó en la conquista de Dacia. Después de una serie de batallas, la capital dacia, Sarmizegetusa, fue tomada en el año 106 dC, y Dacia se convirtió en una provincia romana.
La segunda Guerra Dacia ocurrió entre el 105 y el 106 dC, cuando Decébalo intentó recuperar la independencia de Dacia. Trajano respondió con una nueva campaña militar, y esta vez la guerra culminó con la derrota de Decébalo y la incorporación definitiva de Dacia al Imperio Romano. Tras la victoria, Trajano erigió la Columna de Trajano en Roma para conmemorar sus éxitos militares en Dacia.
Las Guerras Dacias tuvieron un impacto significativo en la historia de Roma. La adquisición de Dacia proporcionó a Roma acceso a importantes recursos naturales, como oro y plata, y también fue un logro militar destacado para el Imperio. Sin embargo, la expansión territorial también planteó desafíos administrativos y logísticos para Roma. La provincia de Dacia se mantuvo bajo control romano durante varios siglos antes de que, en el siglo III, las presiones bárbaras y otros factores llevaran a la retirada de las legiones romanas de la región.