Las estrellas

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Las estrellas son como motores productores de energía cósmica y debido a ello luz, calor y otras formas de radiación. Se componen de gas y plasma.

A pesar de que la estrella más conocida como es el Sol, está sola en su órbita, la gran mayoría de estrellas forman parte de un conjunto en el que las estrellas orbitan alrededor de las otras.

Las estrellas pueden ser múltiples, esto consiste en una agrupación de tres o más que, vistas desde la Tierra, parecen estar cerca unas de otras. Este suceso junto con las estrellas binarias es muy común en el universo.

Calcular el número de estrellas que existen nos sería imposible. Nuestro universo podría tener más de 100.000 millones de galaxias, y en cada una de estas más de 100.000 millones de estrellas. Tan solo en una noche clara, desde la Tierra se podrían ver unas 3.000 estrellas a simple vista, mediante estas estrellas los humanos hemos ido intentando representar el cielo.

Algunas estrellas destacan de entre las demás. Su brillo dependerá de la energía que desprendan y de la distancia que las separe de la Tierra. También pueden parecer de distintos colores, esto es debido a su temperatura. Las estrellas que se encuentra a mayor temperatura obtienen un color azulado o blanquecino, mientras que las más frías adoptan tonos más anaranjados o rojizos. Las estrellas se diferencian también por los diversos tamaños, desde enanas hasta supergigantes, con radios mil veces mayores que el del Sol.

El hidrógeno es una parte muy importante de las estrellas. Este circula por el espacio en nebulosas. La gravedad hace que las nubes se condensen y se colapsen. Cuanto más pequeñas sean estas nubes, más rápido giran. Cuando la presión se acumula produce un aumento de la presión en el interior de una estrella naciente, y la fusión nuclear comienza cuando la temperatura del núcleo de dicha estrella llega a los 15 millones de grados.

Las protoestrellas (estrellas jóvenes) a medida que se desarrollan acumulan parte de la masa de las nubes que están a su alrededor y van creciendo a lo que se le llama secuencia principal. Las estrellas en esta secuencia, como el Sol, existen en un estado de fusión nuclear y podrán emitir energía durante miles de años, mientras convierten el hidrógeno en helio. Cuando finaliza su fase de secuencia principal pasan a través de otros estados de existencia en función de su tamaño entre otras características. Cuanto mayor sea la masa de una estrella más corta será su vida. A medida que estas avanzan hacia el final de su existencia, el helio producido se hunde en el núcleo aumentando su temperatura y provocando la expansión de su capa exterior. Estas estrellas grandes e hinchadas, se conocen como “gigantes rojas”. Cuando la estrella pasa esta fase se libera de las capas más externas y se vuelve blanca y pequeñita denominadas “enanas blancas”. Una vez en ese estado se van apagando y dejan de producir energía pasan a ser “enanas negras”.

Solo unas pocas estrellas pueden evitar este proceso de evolución cuando surgen como supernovas debido a una gran detonación. Estas agresivas explosiones pueden producir o estrellas o si son lo suficientemente grandes, incluso agujeros negros.

Los llamados agujeros negros son cuerpos con un campo gravitatorio gigantesco. Son negros debido a que no puede escapar ninguna radiación electromagnética ni luminosa. Están rodeados de una especie de frontera que permite que la luz entre pero no salga.

Aunque la mayor parte del espacio que podemos observar está vacío, es inevitable fijarse en esos pequeños puntitos que brillas. No es que el espacio vacío carezca de interés, simplemente las estrellas llaman la atención.

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