Las derrotas que acabaron con el Imperio Napoleónico

Imprimir PDF

La caída del imperio Napoleónico tuvo lugar sobre todo por tres derrotas: la primera fue la batalla de Trafalgar en 1805, después contra España por la independencia de ésta, entre los años 1808 – 1814 y la última y definitiva la batalla de Waterloo en 1815.

La batalla de Trafalgar, también conocida como combate de Trafalgar, fue una batalla naval iniciada por Reino Unido, Austria, Rusia, Nápoles y Suecia para intentar derrotar a Napoleón. Se enfrentaron los aliados Francia y España contra la armada británica la cual salió victoriosa. Los británicos querían disgregar la influencia francesa en el ámbito militar en Europa. La flota combinada franco-española estaba dirigida por Pierre Villenueve y Nelson comandaba la armada británica. Se pensaba que Francia iba a ganar la batalla naval porque España tenía la tercera mejor flota naval después de la inglesa y la francesa. Pero uno de los factores que ganara Reino Unido era que la flota británica se componía de marineros profesionales y amplia experiencia de combate frente a una flota francesa más inexperta y una flota española menguada por la fiebre amarilla. Además, Pierre era un comandante de tierra. A pesar de tener un número inferior de navíos, Nelson consiguió aplastar al ejército franco-español con muy buenas maniobras en poco más de 6 horas de combate. La victoria entregó a los británicos el dominio completo de los mares en todo el siglo XIX.

A pesar de esta derrota, Napoleón acumula en esta etapa numerosos triunfos en tierra, aunque siempre se le resistieron los triunfos en el mar. Era el amo de medio mundo y el impulsor de reformas.

Las cosas empiezan a torcerse en 1808, en la guerra de la independencia española. Esta batalla fue un conflicto bélico que enfrentó a las potencias aliadas de España, Reino Unido y Portugal contra Francia donde salieron derrotados los franceses. Esta guerra comenzó porque los franceses intentaron conquistar toda la península ibérica y apoderarse del trono español y del trono portugués. Napoleón quería instaurar y consolidar en el trono español a su hermano José Bonaparte y que renunciase Fernando VII de España.  

La batalla de Waterloo fue la última batalla de las guerras napoleónicas. Tuvo lugar el 18 de junio de 1815 en las proximidades de Waterloo, Bélgica. En esta batalla se enfrentaron dos bandos: Francia, bajo el mando de Napoleón Bonaparte y la Séptima coalición, alianza formada entre Gran Bretaña, Suecia, Holanda, Prusia, Rusia, España y Alemania bajo el mando de Arthur Wellesley. Ésta se formó con el objetivo de derrotar al Imperio napoleónico, terminar con sus conquistas y las guerras que provocaban y restablecer las fronteras europeas y organizar políticamente todo el continente.  Napoleón había conquistado territorios por todo el continente y su intención era seguir agrandando su Imperio. Pero no pudo evitar la unión de los ejércitos aliados y fue derrotado por esta alianza, hecho que marcó el fin de su imperio y se restauró la monarquía francesa a la cual Napoleón había derrotado. La derrota acabó con la guerra de 23 años entre Francia y los estados aliados europeos. Napoleón fue enviado al exilio a la isla Santa Elena en el atlántico sur, donde luego moriría en 1821. Las fronteras conquistadas por Napoleón Bonaparte volvieron a ser como antes, a muchos países de Europa se les devolvieron territorios que les habían sido arrebatados.

Esta batalla puso fin al período de conflictos bélicos iniciados por la Revolución Francesa en 1789. Se finalizaron las guerras napoleónicas y esto trajo una época de paz a Europa.

Bibliografía