La venus del espejo

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Hoy ha vuelto a ser el centro de atención cultural, y no por su calidad, que le sobra, sino por el ataque de unos activistas medioambientales. Por ese motivo hoy te explicamos “la venus del espejo” de Diego Velazquez

Tema: Recostada en unas sábanas de color gris, una mujer desnuda, de espaldas, se observa en un espejo. El espejo es sostenido por un niño desnudo, apoyado en la misma cama.

Los personajes son Venus, diosa de la belleza, y su hijo Cupido, dios del amor. El espejo nos permite contemplar el rostro de la diosa que en un principio estaba oculto.
Espacio: Como todas las pinturas desde el Renacimiento hasta el siglo XIX, el espacio ilusorio que se encuentra más allá del plano del lienzo está configurado mediante la perspectiva: el espectador ve lo que ocurre como si estuviera al otro lado del cuadro.
Velázquez, además, juega con la perspectiva aérea, difuminando los-perfiles e iluminando los primeros planos (como el cuerpo de la mujer) para que parezcan más cercanos, mientras lo que está al fondo es más oscuro e indefinido.
Luz y color: La luz es cálida y luminosa. Respecto a los colores, predominan el blanco, el negro y el rojo aunque también podemos apreciar algún toque de ocre y rosa en las cintas que se posan sobre el espejo.
Simbolismo: El cuadro representa a Venus, que es la diosa de la belleza. Se mira en un espejo, que es símbolo, por una parte, de la verdad; y, por otra, de la vanidad.


Frente a ella está Cupido, que encarna la pasión amorosa. El gesto de Cupido es melancólico: se siente como preso, como resignado. La cinta que está sobre el espejo representa el lazo de unión entre el amor y la belleza. Es como si el amor se rindiese ante la belleza, como si se sintiese prisionero de la belleza.
En consecuencia, el cuadro se ha interpretado como una derrota del amor por el poder que tiene la belleza.
Pero, también, el rostro que se ve en el espejo, el que nos enseña Cupido, es un rostro vulgar. Por eso, el cuadro podría ser interpretado como una moraleja: nos advierte del peligro de quedar seducidos por la belleza del cuerpo, como si fuera el de una diosa, cuando, en realidad, es el de una mujer cualquiera.

El estilo

Explicación del estilo: En el estilo maduro de Velázquez, al que pertenece esta obra, hay que fijarse, sobre todo, en:
• La fluidez de la pincelada, que parece diluirse suavemente por el lienzo, como si captase la atmósfera, el aire.
• Los contrastes luminosos y de colores, que son limpios y claros, como si reflejasen algo visto de forma inmediata.
• La sencillez compositiva, que traduce una sensación de realidad, de ausencia de complejidad.

Explicación del autor: Fue uno de los mayores exponentes de la pintura española, ya no sólo en su período barroco, sino a lo largo de toda su historia. De hecho, Velázquez está actualmente considerado como uno de los mayores pintores de la Historia.
A los once años inicia su aprendizaje en el taller de Francisco Pacheco donde permanecerá hasta 1617, cuando ya es pintor independiente. Al año siguiente, con 19 años, se casa con Juana Pacheco, hija de su maestro, hecho habitual en aquella época, con quien tendrá dos hijas.
Cuando todavía era un adolescente, pintó algunas obras religiosas (La Inmaculada Concepción, La Adoración de los Reyes Magos) con un realismo inusual y pronunciados efectos de claroscuro.
Relación con su época: A finales del siglo XVI se habían producido dos hechos claves para la Historia de España: la unificación territorial y el descubrimiento de América. En el año 1516 murió Fernando “el Católico”.
Carlos I llegó a España. Poco después, y pese a la oposición castellana, se coronó emperador de Alemania con la idea de unificar Europa en un solo imperio cristiano, es decir, restaurar el Sacro Imperio Romano.
Carlos I abdicó el imperio en favor de su hermano Fernando y el reino de España en su hijo Felipe II, quien prosiguió el empeño de su padre. Tampoco pudo realizarlo debido a la oposición europea a la hegemonía española. Logró una breve unión con Portugal. La economía española se encontraba en un estado lamentable, y la primera muestra de ello fue la rebelión de los comuneros, opuestos a las ideas imperiales de Carlos I. A mediados de siglo la deuda ascendía a siete millones. La potencia española era ya un espejismo y el imperio se desmoronó en el siglo siguiente. Cisneros fue el fundador de la Universidad de Alcalá, pronto famosa en toda Europa. El período entre el Renacimiento y el Barroco, la “Edad Dorada” de España realmente se extendió durante dos siglos (el XVI y el XVII) y es la etapa más fecunda y gloriosa de las Artes y las Letras españolas. Entre los primeros pintores del siglo XVII que practicaron el realismo figuran Ribalta y Rivera pero este estilo alcanzó su esplendor con Diego de Velázquez.

La venus del espejo (1647-51)

Diego Velazquez (1599-1660)

Pintura barroca española
Museo National Gallery de Londres
Oleo sobre lienzo (122×177 cm)

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