La Segunda Guerra Púnica

  La Segunda Guerra Púnica también llamada “la Guerra de Aníbal” o para los romanos “la Guerra Contra Aníbal” comenzó en el año 218 a.C y finalizó en el 201 a.C.

   La guerra estaba formada por dos ejércitos, uno eran los cartagineses, cuyo líder era el general Aníbal, y el otro ejército, era el impero romano, liderado por Escipión “el Africano”, los cuales no podían derrotar a Aníbal por falta de caballería. Aníbal tenía un gran ejército compuesto de 50.000 hombres, 8.000 caballos y 37 elefantes.

  La segunda guerra púnica comenzó cuando Roma (situado al este del mar Adriático y al oeste del rio Tirreno) infringió el tratado que decía que el norte del rio Ebro sería territorio del imperio romano y que el sur, sería para los cartagineses. El tratado se infringió en el 219 a.C. cuando la ciudad  de Sagunto se alió con el imperio romano.

  Cuando Aníbal se enteró, atacó  Sagunto, para después poder atacar Roma que era lo que él quería. Para llegar a Roma fue por los Pirineos, los cuales se encuentran al norte de España y al sur de Francia (Andorra se encuentra en el centro de la cordillera), y llego por los Alpes (situados al norte de Italia), hizo esto por falta de poder naval y porque tenía elefantes de guerra los cuales no podían ir en barco. Su hermano Asdrúbal se quedó en el sur de los Alpes con un segundo ejército.

  Aníbal prosiguió su viaje y cuando llego a las puertas de Roma no pudo atacar, por falta de maquinaria de asedio y de víveres para cuidar a todo su ejército, si ese día hubiera atacado Roma la historia hubiera cambiado para siempre, porque en aquel momento no había soldados en Roma ya que estaban en Sicilia, en Cerdeña y en Cartago. Tampoco podía llamar a sus soldados que se encontraban en Cartago por falta de poder naval y su hermano Asdrúbal había sido derrotado por los romanos (dirigidos por Marco Livio) en la batalla del Metauro (rio que va desde los Apeninos hasta el mar Adriático) en 207 a.C. murió con todo su ejército. Esta batalla fue una batalla decisiva.

  En ese mismo momento, Escipión estaba devastando Cartago (situado en el norte África, bañado por el mar mediterráneo), y cuando Aníbal se dio cuenta, volvió a Cartago cruzando los Alpes de nuevo y pasando los Pirineos. Cuando llegó a Cartago, Escipión y su ejército seguían luchando y Aníbal defendió la ciudad, pero Roma les derrotó.

  En el 205 a.C. Escipión decidió definitivamente atacar Cartago, la cual no estaba bien defendida porque Aníbal tenía la mayor parte de su ejército en los Alpes (en los cuales había perdido muchas tropas, perdió 34 elefantes, muchos hombres y bastante caballería). Escipión consiguió un aliado “Masinisa”, primer rey de Númida (que hoy en día ocuparía Argelia y parte de Túnez), que les proporciono 4.000 jinetes y 6.000 infantes. Esta vez Escipión tenía ventaja, ya que había reunido más caballería. Cartago lo intentó contrarrestar poniendo sus 80 elefantes de guerra en primera fila de ejército, pero la táctica de Escipión estaba pensada para poder ganar contra muchos elefantes usando trompetas para espantarles, haciendo que aplastaran a una parte del ejercito cartaginense. Los jinetes romanos hicieron que la caballería de Cartago hullera en una persecución y así se quedaron solo los hombres romanos y la infantería de Cartago, los cuales resistieron hasta que la caballería romana regreso de la persecución y les derroto por la retaguardia. Esta fue la gran derrota de Aníbal, la primera desde su  gobierno en Cartago. Esta batalla se llamo la batalla de “Zama”.

  Por derrotar a Aníbal en esta batalla, Escipión empezó a llamarse “El Africano”.

  Para que no hubiera más guerras, Aníbal propuso la paz entre Roma y Cartago, ya que se dio cuenta que era imposible seguir defendiendo el país. Roma aceptó, pero puso unas condiciones muy duras para Cartago, las cuales decían que Cartago perdería todas sus posesiones que se encontraran fuera de África y tampoco podrían declarar guerras sin permiso de Roma. Tendría que entregar toda su flota militar, mantener a los soldados de Roma que ocuparon África y entregar 100 rehenes romanos elegidos por Escipión. Aníbal acepto por muy duras que fueran las condiciones y le pidió una sola cosa a Escipión, que les dejara reconstruir la ciudad y que no le molestaran más.

Bibliografía:

• Wikipedia      
• La segunda guerra púnica/Historia universal.