La República Centroafricana es un país sin litoral, pero con abundantes reservas minerales como, por ejemplo, petróleo, diamantes o uranio.
El territorio de República Centroafricana ha estado habitado durante milenios, sin embargo, las fronteras actuales del país fueron establecidas por Francia, que a finales del siglo xix estableció una colonia llamada Oubangui-Chari, dado que la mayor parte de su territorio se encontraba entre las cuencas de los ríos Ubangi y Chari. Se convirtió en una nación independiente en 1960. Después de la independencia, República Centroafricana fue liderada por una serie de gobiernos autocráticos hasta 1993, cuando se dieron las primeras elecciones democráticas multipartidistas y donde Ange-Félix Patassé fue elegido presidente. Patassé fue destituido en un golpe de Estado liderado por el general François Bozizé en 2003. La primera guerra civil centroafricana estalló en 2004 y, a pesar de un tratado de paz en 2007 y otro en 2011, una segunda guerra civil comenzó en 2012.
Desde 2013 vive una guerra intermitente en la que destaca la intervención de ejércitos privados como los famosos rusos de Wagener y los estadounidenses de Bancroft.
Las causas de la situación actual son múltiples. La RCA ha sido históricamente un país con un estado débil e instituciones corruptas. Existe una profunda desigualdad entre diferentes grupos étnicos y religiosos en la RCA. La riqueza en diamantes y otros recursos naturales ha sido un factor importante en el conflicto. Grupos armados de países vecinos, como Chad y Sudán, han participado en el conflicto, alimentámdole.
La cosa se complica por el gran número de bandos:
El gobierno de la RCA, liderado por el presidente Faustin-Archange Touadéra, cuenta con el apoyo de las fuerzas armadas nacionales y de la misión de paz de la ONU (MINUSCA). Existen diversos grupos armados rebeldes, siendo los más prominentes:
Coalición Seleka: Formada principalmente por musulmanes del norte del país.
Anti-Balaka: Milicias cristianas de autodefensa.
UPC (Unión para la Paz en Centroáfrica): Grupo rebelde principalmente musulmán.
La consecuencia de esta espiral de violencia es evidente. Violaciones de derechos humanos: Se han documentado graves abusos contra la población civil, incluyendo asesinatos, violaciones y saqueos.
Millones de personas necesitan asistencia humanitaria, con miles de desplazados internos y refugiados en países vecinos. El conflicto ha frenado el desarrollo económico y social del país.
En febrero de 2019, el gobierno y los grupos armados firmaron un acuerdo de paz. Sin embargo, el acuerdo aún no se ha implementado completamente y la violencia continúa en algunas zonas del país. En diciembre de 2020 se celebraron elecciones presidenciales y legislativas. Touadéra fue reelegido como presidente. Sin embargo, la actividad de los ejércitos privados de Wagener y Bancroft y la falta de efectividad de la fuerza de la ONU (MINUSCA) dejan en el aire la posibilidad de una paz prolongada.