Las llamadas guerras púnicas hacen referencia a los tres conflictos armados que tuvieron lugar entre los años 264 a.C. y 146 a.C. entre las dos potencias económicas que dominaban el Mar Mediterráneo entonces: Roma y Cartago.
La República de Roma, fundada en el siglo VIII a.C. controlaba la totalidad de lo que es la actual Italia y pretendía su extensión hacia Sicilia, en el sur, y hacia las tierras transalpinas, en el norte.
Cartago, fundada en el siglo IX a.C. por los fenicios, se situaba en la costa del actual Túnez, era un gran imperio comercial y contaba con un ejército naval muy potente.
Estas guerras denominadas púnicas por los romanos, en referencia a los antiguos cartagineses – punicus – fueron llamadas por los cartagineses guerras romanas.
Entre los años 264 a.C. y 241 a.C tuvo lugar la primera guerra púnica, que comenzó como un conflicto local en la isla de Sicilia, entre las localidades de Siracusa, que se encontraba liderada por Hierón II, y la localidad de Mesina, que estaba bajo el control de los Mamertinos, mercenarios que unos años antes de comenzar esta primera batalla púnica, habían tomado a traición el pueblo de Mesina, matando a la mayoría de la población y adueñándose de sus propiedades.
Durante más de dos décadas los Mamertinos convirtieron Mesina en una base permanente para sus expediciones de saqueo y piratería, que llevaban a cabo tanto por el interior de Sicilia como por su costa.
Hierón II se enfrentó a los Mamertinos para frenar sus actividades piratas y en el año 265 a.C. el ejército de Siracusa asedió Mesina venciendo a los Mamertinos en diversas ocasiones. Ante esta situación, los Mamertinos solicitaron ayuda a los cartagineses, si bien, después les traicionaron pidiendo ayuda a los romanos para defenderse de la supuesta agresión de Cartago. Roma entonces envió a su ejército para controlar Mesina, provocando con ello que los cartagineses decidieran ayudar militarmente a Siracusa. Con ambas potencias, Roma y Cartago, involucradas en lo que inicialmente fue un conflicto local, se pasó a una guerra a gran escala para poder controlar Sicilia.
Los cartagineses sufrieron una importantísima derrota en Agrigento, lo que les llevó a evitar confrontaciones directas en tierra con las expertas legiones romanas concentrándose en el mar, ya que la armada de Cartago era muy superior a la armada romana. Las tripulaciones militares cartaginesas tenían mayor experiencia en guerra naval, era más numerosa y disponía de mejores avances técnicos, siendo sus barcos más rápidos y maniobrables.
La diferencia entre las armadas cartaginesa y romana quedó demostrada en la batalla de las Islas Eolias donde las naves cartaginesas fueron muy superiores a los buques romanos.
Sin embargo, los romanos reaccionaron con prontitud, consiguieron planos detallados e información sobre la fabricación de naves que utilizaba Cartago y en cuestión de meses, con una impresionante capacidad de producción, los romanos tuvieron ya una flota de más de cien barcos, superando en poco tiempo al número de naves que poseían los cartagineses, que además tenían sus flotas separadas ante la necesidad de defender sus amplias rutas comerciales.
Los romanos introdujeron además mejoras técnicas, como el llamado “corvus”, un puente de asedio en la proa de los buques que se extendía sobre los barcos enemigos, de modo que los abordajes cada vez se hicieron más frecuentes. Por esos “corvus” podían pasar los legionarios romanos completamente armados y acorazados a las naves enemigas, masacrando así a las tripulaciones cartaginesas y haciéndose con las naves.
Se puede decir, que salvo la batalla de Los Llanos del Bragadas y las batallas navales de Islas Eolias y Drépano, la Primera Guerra Púnica fue una constante victoria de Roma sobre Cartago.
En el año 241 a.C. los cartagineses firmaron un tratado de paz con los romanos, cediéndoles el control absoluto de la isla de Sicilia.
En los años siguientes a la primera guerra púnica, Cartago aprovechó para mejorar su economía expandiendo su imperio colonial a Hispania, mientras que Roma se centró primero en las llamadas guerras Ilíricas y después, en expansionarse también hacia Hispania aliándose con enemigos locales de Cartago.
En el año 219 a.C. los cartagineses atacaron la ciudad de Sagunto, que era aliada de Roma, iniciándose así la Segunda Guerra Púnica, siendo ésta la más famosa de las tres guerras púnicas, por producirse la expedición militar de Aníbal contra Roma cruzando los Alpes.
Bibliografía:
.- Wikipedia
.- Real Academia de Historia