No tengo fama de ser políticamente correcta, así que no vamos a defraudar al público a estas alturas. Estoy casi totalmente de acuerdo en lo dicho en la Universidad de Columbia, por el expresidente Aznar. Y digo casi, porque lo normal, lo propio de alguien que tenga hombría y coraje es decirlo en casa, en una plaza de toros, o en “Sálvame de luxe”, y en castellano, para que todo chichi lo entienda, y no halla lugar a dudas. Hay dos aspectos relevantes, o sea, que han llegado a España, una vez pasado el tamiz de los medios y la necesidad de carne fresca. La opinión sobre Libia y la opinión sobre la deuda. Que Gaddafi es un cabrón, un déspota y un mal bicho lo saben hasta las moscas. Y lo sabe Berlusconi, y Bush, y Cameron y Zapatero y Merkel y Sarkozy, por solo citar a unos pocos de los dirigentes europeos que en los últimos meses se reconciliaron con el dictador, firmaron negocios con él y le dijeron que guapo era y que bien olía su tienda de campaña. Pero ahora eso queda mal, claro, y hasta le bombardeamos. Nadie duda, ni yo, que se merezca un buen castigo, y la necesidad de sacar del poder a un miserable como ese coronel. Fuera de eso todo son contradicciones e incógnitas. No tenemos ni idea porque le atacamos ahora y no hace seis meses, porque habíamos firmado contratos con él un mes antes de las revueltas, porque esta revuelta esta apoyada por Europa y no la noviembre de 2009 o quienes son los rebeldes, que intenciones tienen y cual es su calaña moral. Tampoco tenemos ni idea porque la OTAN bombardea a ratos Libia, y aprieta a Gaddafi, pero no le ahoga, manteniendo un quiero y no puedo que no sabemos, los ciudadanos normales, que intenciones tiene. Yo tampoco se las intenciones de Aznar al decir lo que ha dicho, pero las mías si. ¿Por qué atacamos a Gaddafi, que era amigo de Occidente hasta navidades, y no al sirio Assad que ha sido nuestro enemigo, desde que los Reyes Magos compraban en ToysRus? ¿Por que nos reunimos para decidir la estrategia contra el dictador en Catar, la casa de otro dictador? No se si era esa su intención denunciarlo, pero lo cierto es que la política exterior de la UE, y la aplicación de nuestros archi defendidos valores es un desastre. Lo que ocurre es que somos muy hipócritas y muy ignorantes, lo digo por nosotros, el pueblo llano. Y ahora, cuando venga a España, pondremos a parir a Aznar. Sus amigos porque en plena campaña ya son ganas de joder, cuando hay voto de por medio la verdad no se dice. Sus enemigos, porque tendrán munición para disparar contra el partido de josemari, curiosamente, lo mismo que ellos piensan, que esto de Libia, no hay por donde cogerlo. Como tampoco la gestión de la deuda nacional. En este terreno, la gira de Zapatero por esos mundos de Dios, pidiendo limosnitas a gobiernos amigos como en de Bahrein, el de China o el de Singapur, es para poner los pelos como escarpias. España está desarrollando una intensa política de colocación de deuda en fondos soberanos, esto es, pidiendo dinero a gobiernos de catadura moral cuestionable, que en la actualidad poseen economías emergentes, pero no sabemos por cuanto tiempo (Emiratos es un ejemplo), de ética política dudosa (Singapur o China) y de recorrido político, tal como se las gastan los pueblos de Oriente, impredecible (cualquiera de los estados del Golfo). A ello se une una situación de subida de tipos que encarecerá los costes de esa deuda y el hecho de que estamos pidiendo favores, políticos en su mayoría, a países con los que vamos a entrar en colisión de intereses comerciales muy pronto, China, sin ir más lejos. Y cuando ellos nos pidan que les devolvamos el favor, político por supuesto, ¿que haremos?
Imagen ElPaís