Iñaki Gabilondo

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Se llama José Ignacio Gabilondo Pujol, es vasco, es periodista y ha sido, entre otros menesteres, conductor del programa de radio “Hoy por Hoy”, en la cadena SER, durante más de veinte años, el programa líder y referente de la radio española. Ha sido periodista de COPE, Radio 16, SER o Televisión Española, entre otros medios. Director de informativos, director de programas y de emisoras. Ha sido, y es, no solo un periodista, sino un convincente, sólido y claro comunicador, un hombre de reconocido prestigio a la hora de mostrarnos el mundo. Pero no hemos charlado con él para conocer su biografía, sino para escuchar a un contador de historias, y reflexionar con él, sobre el periodismo y su necesidad.

¿Quien es Iñaki Gabilondo?

A veces me parece que es una persona diferente de mí, porque llevo tantos años pudiendo hablar de mí, que no sé muy bien si soy yo o un personaje. No os podéis imaginar lo que significa la primera vez que ves tu nombre escrito en un periódico con alguien aludiendo a ti para bien o para mal. Si es para bien, te produce una extraña sensación. Si es para mal te produce un efecto muy duro. Pero ya llevo tantos años oyendo hablar de mí o viendo mi nombre escrito, que me parece que es otro distinto a mí. El Iñaki Gabilondo que yo conozco bien es una persona hija de una modesta familia, llena de dificultades, donde había muchos hermanos y donde aprendió cuatro o cinco cosas que le han acompañado siempre, que son el esfuerzo, trabajo, el juego limpio y la dignidad. Luego he descubierto que eso nos lo dijeron nuestros padres sin que nosotros se lo oyéramos nunca. Porque los hermanos, cada uno de los cuales tiene una actividad completamente diferente, tenemos todos rasgos muy parecidos y la gente que ha trabajado con nosotros nos define con rasgos muy parecidos a los que acabo de contar yo. Debió ser que los aprendimos de nuestros padres, aunque nunca nos dijeron ninguna palabra de ello, pero si muchos gestos. Pero, a veces ese Iñaki Gabilondo que yo creo ser o que creen que soy las personas que me quieren, que me conocen, se me parece poco, muy poco o nada con el Iñaki Gabilondo del cual oigo hablar a veces.

¿Usted prepara las preguntas o las va improvisando?

Yo las pienso mucho. Yo las entrevistas las preparo como una cita, preparo mucho las preguntas. Como ya tienes mucha experiencia también dices si le pregunto esto me va a ir por aquí. Además, las entrevistas que yo he hecho en mi vida han sido siempre en directo, no hay posibilidad de repetir, y debes aprovechar lo que te marcan las circunstancias, no sujetarte al corsé de un papel. Pero, yo ya entiendo que quien tiene que hacer entrevistas sin tener mucha experiencia pues tiene que tenerlo apuntado. A mí me gusta mucho mirar a la cara a la gente con la que estoy hablando. Yo he aprendido que la gente solo te responde si sabe que la estas escuchando. Lo malo de hacer una entrevista, a veces, es que uno hace la pregunta y entonces uno ya, ya ha hecho lo suyo, ahora que el otro responda lo que quiera y ahora uno prepara la siguiente pregunta; pero las entrevistas, a mi juicio, lo importante es estar siguiéndolas por donde van, a lo mejor por aquí esperabas que no pasara nada, pero ves que pasa algo y puedes seguir. A lo mejor habías pensado ir por aquí, pero descubres que por ahí te interesa menos porque has visto que por aquí puedo entrar. Pienso mucho en todo, desde que quiero saber, por donde puedo preguntarle, a donde me va a conducir si le voy a preguntar por aquí, incluso si es de un respondedor de respuestas largas o cortas. A mí me gusta mucho mantener la comunicación ágil.

También hago programas de radio, he hecho miles de horas de radio y se ha hecho siempre sin papel. Pero no porque no las haya preparado, sino porque a mí me gusta más la comunicación así. Es, como quien prepara una cita. Un ligue y a ver si por aquí nada por aquí sí. Como una operación de caza.

¿Como se descubre que uno es un contador de historias?

Muy buena pregunta. En mi caso no sé cómo se descubre. Yo aprendí a amar la fascinación de los relatos, de las historias, a través de la imaginación que yo desarrollé oyendo la radio Porque, os he de decir que, aunque os puede resultar muy difícil de entender, yo vi la tele por primera vez cuando tenía veinte años y cuando estaba en la universidad. Hasta entonces no había televisión. Entonces nos criábamos alrededor de la radio. La radio era un magnífico excitante de la imaginación. Estaba en la cocina de nuestra casa, pues había un mueble ahí, y decía cosas, hablaba de países y de personas. Yo creo que me fascinó el relato a través de la imaginación que yo desarrollé oyendo la radio. Porque oyendo la radio se desarrolla mucho más la imaginación que viendo la televisión, y los niños de mi generación, que no teníamos televisión ninguna, en un país que además vivía una situación política muy cerrada, la ventana abierta al mundo era la radio. Entonces por la radio desarrollábamos muchísimo la imaginación.

Manuel Gozalo decía que en su infancia se sentaba a narrar partidos de futbol. ¿Ud., antes de llegar a la universidad tenía ese juego de contador de historias antes de serlo realmente?

No exactamente como dice Gonzalo que hacía, yo no narraba partidos, pero los veía con gran calidad. Enseguida aprendí que la radio era un fabricante de imágenes mentales. Yo tenía ya las imágenes. Lo que pasaba es que no tenía necesidad de contar nada porque era una familia muy grande la mía. En las familias muy grandes, no sé si es el caso de las vuestras, no hay una persona que hable, sino que hablan muchas a la vez, hay un pulso muy grande para encontrar la posición. Tal es así, que yo siempre he dicho en bromas, que aprendí antes a dividir que, a sumar, sobre todo cuando salía la primera fuente grande croquetas, pues sabias que te tocaban cuatro. Entonces la historia del que relata frente a otros no se daba en nuestro caso, porque ahí cada cual se buscaba un hueco para hacerse oír.

Estos días en Libia, como en cualquier guerra, se vive una contradicción de la información que ofrece cada bando. ¿Saben los periodistas la responsabilidad que asumen al decir que y como y como contarlo, realmente cuando la información es hoy tan fugaz, intermitente y a la vez confusa?

Me gustan muchísimo las preguntas que hacéis. Pero he de deciros que, por un lado, está la manipulación de la información, pero por otro lado está la subjetividad.

Mira, estamos celebrando aquí un acto, estamos seis personas. Solo es un acto. Pero si ahora cuando se acabara el acto, si cada uno en una habitación por su lado señalara lo más destacado, destacaría cosas que a lo mejor no destacarían los demás, y el acto era uno. La perspectiva es clave y determina que se selecciona, y eso, aunque sea inconscientemente es parcialidad. Esto es así, y eso ya lo sabemos y lo consignamos y lo denunciamos. Pero hay otros muchos elementos que no consignamos, que están dentro de nosotros, como consecuencia de tu manera de ser, de tu familia, de tu vida, de tu pensamiento de tu ideología, te impactan más unas cosas que otras. Te llaman más la atención unas cosas que otras, y a ti unas y a ti otras y a nosotros otras. El testigo de un mismo acontecimiento cuenta el acontecimiento de una manera que es la suma de lo ocurrido más las emociones que eso suscita en él, que son suyas y que proceden de su visión de las cosas.

Luego está la manipulación. Yo solo quería responder a esa pregunta así: Está por un lado la manipulación, que hay que tratar de denunciar, pero está por otro lado también esa subjetividad, que nos cuesta creer que exista pero que existe. Cada cual es hijo de su subjetividad y con su subjetividad, que es legítima, se acerca a la realidad. Su pensamiento, su vida, su visión de las cosas les destacan unos elementos más que otros. Por eso la información es muy complicada, el destinatario quiere que la información sea limpia como el cristal, pero ha de saber que se acerca a ella con toda su parcialidad puesta. Ningún espectador diría: yo renuncio a mi condición de seguidor del Oviedo o de seguidor del Racing para ver la información deportiva. No , él va a ver la información deportiva con su forofismo racinguista o su odio al futbol, pero exige al que informa una enorme limpieza. Pero también el que informa tiene un corazón y un alma, entonces eso es lo que hace muy difícil la perfecta comunicación.

¿Y, cómo se puede compaginar el perfecto periodismo, por llamarlo así, y la subjetividad? ¿Es imposible ser perfecto?

¿Cómo se puede compatibilizar el sueño de tu ideal de vida con tu vida? Es que de pronto hemos decidido, que, puesto que estamos hablando de periodismo, le vamos a pedir la perfección. ¿Por qué le vamos a pedir al periodismo la perfección? ¿Por qué no se lo pides a los demás? ¿por qué la gente se casa con una persona que no es exactamente su ideal, por qué no viven en esa casa que es su ideal de casa. Porque una cosa es que tu tengas un rumbo o un ideal que hay que tenerlo y otra cosa que vivas como se puede vivir. Pues en el periodismo es exactamente igual. Hay que tener muy claro el rumbo. Él método debe ser honesto, limpio, pero, como en el resto de las cosas de la vida, no le va a resultar fácil redondear la perfección, como no le va a resultar a ninguna persona redondear la perfección. Entonces es imposible lograr ese periodismo modélico, en el que un ser, sin cuerpo y sin alma, de repente aporte una neutral información, porque va a proceder de alguien que está temblando, suspirando, temiendo y con sus fobias y la va a recibir alguien que está a su vez emocionado, temblando. Eso va a tener unas interferencias que van a hacer muy difícil esa perfecta comunicación.

El periodismo es exactamente como es la vida. El periodismo no tiene de repente una barita mágica para lograr una comunicación perfecta que no logra un hombre y una mujer, una chica con su madre, un hombre con su hijo. La comunicación es muy difícil. Es extremadamente difícil. Lo que hay que tener en cuenta es que el mensaje nace en el destino. El mensaje no es el que brota es el que llega. Tu escribes una carta con destino a tu madre llena de emoción que la recibe cuando tu madre está en un momento frío, distraído y en vez de recibirla como tu hubieras necesitado que la recibiera, sentada, tranquila, calmosamente.

La comunicación es un problema muy grande. Pero como tiene tanta importancia, pues la analizamos como estamos haciendo, exigiéndole una perfección que no puede tener. Y siendo así que, la imperfección produce tal cantidad de estragos, lo único que se le pude pedir, dado que no va a poder ser perfecta, que sea honesta, que sea limpia, que se haga con la mejor voluntad, que se haga con la más limpia mirada. Pero no se va a poder hacer sin una mirada, pero esa mirada va a ser de alguien que está vivo, y la va a recibir alguien que a su vez está vivo también.

Por lo tanto, se ven imperfecciones, y es así, y es muy amargo. Y tú no sabes lo duro que es haber establecido una comunicación y descubrir luego que se ha entendido todo al revés de lo que has dicho. Y a lo mejor es que porque has cometido un error al decirlo o a lo mejor no has cometido un error al decirlo, pero se ha interpretado mal. Y eso genera inmensos problemas. Pero es la historia de la humanidad. Es la historia de la comunicación difícil. Es muy difícil la comunicación perfecta. ¿Nos ha dado muchas veces la impresión de que no os están entendiendo? Y os esforzáis, pero si te lo dije bien claro, y que ha pasado que te lo dije bien claro y no me has entendido. Porqués os creéis que, de repente siendo periodistas, eso que os ha pasado con vuestro padre, vuestro amigo, vuestra novia, de repente se va resolver porque estáis hablando con vuestro lector o espectadores. Os va a pasar lo mismo. Es complicado. Es un negocio curioso que cuenta cosas que son importantes, que pueden ser mal contadas, mal interpretadas. Por eso es un negocio en el que solamente es muy prescindible aplicar todas las técnicas de narración hasta el máximo. Dominar bien el idioma. Que no vaya a ser que por un manejo equivocado de las palabras induzcamos a la confusión. Es importantísimo dominar el idioma. Y después, como ha sido habrá errores, incorporar la mayor decencia, la mayor honestidad, la mayor limpieza posible, sabiendo que cuando todo esté perfecto, la comunicación será imperfecta.

¿Qué tiene de información de las cadenas públicas que no tengan las privadas?

Un poco de mito, es lo que tiene. Las cadenas privadas pasan por ser prisioneras de los intereses de su empresa. Bueno, en líneas generales es así, pero no es exactamente así. Mira, los grupos privados se reúnen por ideología digamos. El ABC es un periódico monárquico, la gente que trabaja allí es monárquica porque si fuera un republicano radical estaría muy incómodo ahí, y eso hace que cuenten una visión de las cosas. Otro periódico tiene otra visión de las cosas. Si tú sabes cual es esa visión de las cosas, no es perfecta, pero es la que conoces. La que te está contando la vecina del sexto, que es católica apostólica, que va a siete misas diarias. Tu ya la conoces. La vida está llena de señales en cierto sentido matizadas. Eso es lo que hay. Las empresas públicas por el hecho de que no tengan un titular detrás no constituyen de hecho la limpieza por antonomasia. Puede que no les salgan bien. Evidentemente tienen en principio las empresas públicas una menor necesidad de ir pensando en otras cosas, pero yo he conocido empresas públicas que lo han hecho muy mal y empresas privadas muy bien. En esto momento la televisión pública es modélica en su trabajo. No creo que esté exactamente ahí el tema.

En España nos gusta pensar que las cosas son como las películas, en el cual lo que sale por EL PAIS es el resultado de una reunión en la que diez personas se han reunido a las siete de la mañana en una sala de mapas, han desplegado los mapas y han decidido la estrategia para engañar a la nación. Las cosas no son así. Que un periódico tenga una ideología quiere decir que tiene ideología y eso más o menos se transmite por ahí, pero de ahí se suele derivar que hay una especie de central. Cuando yo trabajaba en la Cadena Ser durante tantos años mis enemigos solían ironizar sobre mi como si yo fuera un señor que llegara por la mañana y me tomaba un café, esperando que me pasaran como una papilla lo que un concierto de sabios que habían dado una especie de croqueta de la actualidad y me la habían dado, y yo como un muñeco ventrílocuo hablar.

En el fondo todo es muy relativo, porque en España la televisión pública es “de todos” desde hace poco. Antes ha sido la Tv privada de Aznar, la TV privada de Felipe, la de Suárez, ahora es la tv pública porque les han dado libertad de vuelo. Pero antes venían las cosas mucho más apretadas también. En fin, en general los medios públicos tienen una posibilidad de circulación mayor que los privados, pero eso no tiene nada que ver. Yo he estado trabajando en La Ser muchos años con total libertad y ha habido muchísima gente que ha trabajado en la TV española sin ninguna libertad durante muchos años.

¿Y eso duele como periodista?

Duelo las 5000 primeras veces. Luego sabes que no es así, que forma parte de las significaciones de la vida. Pues sí, duele mucho, duele muchísimo, sobre todo cuando tú no has replicado igual. Yo no le he replicado a mis rivales. Tú también sabes que es mentira. Pero lo dices y a fuerza de decirlo la gente se cree que tú eres un tío que va por ahí a repetir como un papagayo lo que te cuentan. Eso termina cuajando en la sociedad y la gente al final se cree lo que la pregunta induce. Más o menos ¿Qué hace un medio de comunicación privado sino trasladar una especie de papilla ideológica que ha sido claramente construida? Pero eso es una perfecta simplificación. Una cosa es que yo tenga una ideología y que la gente que trabaje allí respire una ideología y que más o menos eso se manifieste. Es muy diferente que estemos leyendo el resultado de la página 14 como resultado de una refinada operación estratégica. Eso no es así. Nos gustaría que las cosas fuesen muy simples y sencillas, pero no es así. Como tú eres catalán eres una rata, como eres vasco eres de la ETA, como eres andaluz cantas flamenco. Nos gustaría que fuera así, es más sencillo. Pero no eso no es así. Es más complicado.

¿Qué papel tiene el periodista hoy en día cuando ahora todo el mundo con un blog gratuito se cree periodista y cuenta, difunde y crea opinión?

Depende de qué creamos que es un periodista. Yo lo suelo contar esto de una forma bastante gráfica, para entender lo que es un periodista. Mirad: Yo discutía cuando estaba en CNN plus y canal plus, y yo anunciaba: “lo estás viendo, está pasando”, era una forma de decir que el periodismo ya no puede decir más. Ver la actualidad en directo es el último grito. Si tú estás viendo lo que pasa, ya, es lo más que se puede ofrecer. Y eso mismo hace un ciudadano cualquiera. Saca una foto con su móvil y la muestra, ¿qué más se puede ofrecer. Pero yo os voy a explicar para qué hacen falta los periodistas: Lo estás viendo, ahí tienes la pantalla, y ves cómo está cayendo una enorme tromba de agua sobre una tierra. Y yo te pregunto, ¿esa es la lluvia que por fin cae en la tierra sedienta desde hace quince años? ¿o es el vigésimo quinto día de agua que cae en la tierra de anegada por las inundaciones? Ni siquiera el ver es suficiente si no se contextualiza, se explica, ordena y racionaliza. Esa es la acción del periodista. A esa imagen que tú ves y por lo tanto ya no cabe más en la vida que ver. Se puede hacer algo más que ver, que es entender lo que estás viendo. Porque lo que estás viendo puede ser 50.000 cosas como alguien no te lo contextualice, y no te diga esto que veis ahora es el follón máximo de ayer, que fue la cuarta parte que el follón de ayer, osea, que va menguando. El periodista, ordena, coloca, cataloga, explica las cosas y sobre todo te dice quién te lo cuenta.

Pero os quiero recordar que estamos viviendo un momento que estoy con vencido de que no siempre será así. Es el momento más prosaico que hay. Los chicos solo quieren triunfar. Las familias solo quieren su peseta. Estamos viviendo un momento muy pequeñito, derivado de la época de la prosperidad más el susto que se ha producido ahora y cada una de las preguntas que traen un poco de aliento pues pasan por encima como pasa una nube por encima de la ciudad. Que pasa en la memoria histórica, a la gente la memoria histórica la da igual. La importa un pito que el concejal sea un corrupto. La casa se ha encerrado en su caja. Todas las preguntas que hagáis de cualquier tipo que tengan un mínimo de nobleza alrededor van a chocarse con esta realidad, pero no son mentiras estas preguntas, son verdad y son necesarias, y esto va a pasar y la verdad va a regresar.

Si un grupo de amigos os atrevéis a expresar unos ideales, la gente se va a reír, si estáis en una mesa con veinte amigos hablando de cualquier cosa y dos estáis en una esquina hablando de un tema trascendente el grupo os va a sorprender como si estuvieras robando, ¡Mira esos dos, pesaos’’! No esta tocando un tiempo light, banal, superficial. Pero hacéis bien en plantearlo. Hay que saberlo así. España tiene un problema con su memoria, que ahora mismo no parece el mejor momento para afrontar, pero que lo tiene. El periodismo tiene un problema de ideales y objetivos que ahora mismo no parece el momento, pero lo tiene. Y solamente por ahí saldrá.

El cierre de CNN Plus, puede suponer el ejemplo de que una cadena plural, de veracidad informativa no tiene cabida, ¿es una señal de desaliento para los estudiantes de periodismo?

Todas las indicaciones que le están llegando a la gente joven son bastante desesperanzadoras, solo que yo no os animaría en esa dirección, porque las cosas luego cambian. Nosotros en el tiempo de nuestra vida, en los cincuenta o sesenta años, esta etapa va a ser sustituida por otra que a su vez es sustituida por otra y por otra. O sea, que uno se cree que el tiempo que vive va a ser siempre igual y no es así y esto cambiará. Pero, efectivamente, si es una mala señal. Que un informativo como CNN Plus no se haya podido sostener mientras se han podido sostener otras cosas, es muy mala señal para los que estamos aquí dentro. Yo a fin de cuentas ya tengo la vida resuelta pero mis jóvenes compañeros están pasándolo muy mal, sobre todo viendo como ese espacio de verdad es sustituido por un reality. Lo único que ocurre es que no va a ser así siempre, y yo no lo digo esto para animar, sino porque es mi experiencia. Mira, yo ya tengo 68 años he vivido 45 o 50 años en esta profesión, durante muchos años de mi vida yo creía que el mundo era como yo lo estaba haciendo. Pero luego no es así, luego cambia. Ha habido cambios. Cuando yo estudiaba periodismo, nadie quería ser periodista y diez años después todos querían ser periodistas. Y otros diez años después no había trabajo para periodistas. Y Por lo tanto hay que vivir en la coyuntura, pero no hay que vivir para la coyuntura. Hay que vivir de los anhelos internos. Todas estas preguntas que más o menos expresan los nobles ideales, no son mentiras son verdad. Son verdades que ahora parecen estar derrotadas, pero no son verdades derrotadas, son verdades que reaparecerán como verdades. Sin la más mínima duda.

Hay quienes se preguntan que el periodismo para qué va a servir. No, el periodismo dentro de poco va a descubrirse como algo necesario para poder ordenar toda esta especie de caos, porque la gente va a sentir vértigo y miedo. ¡Cuidado, que alguien me ordene esto!

De todas estas crisis se saldrá por otro sitio. Porque el mundo no está escrito. El mundo lo vais a escribir vosotros. El libro de la vida está en blanco, y no lo vamos a escribir los mayores, por lo tanto, no os desaniméis. Podéis escribirlo como querías. Ahora mismo es un mal momento, sufrimos una crisis grande, las circunstancias son muy desesperadas, el panorama es fatal, estamos viviendo una crisis grande. Se saldrá, no sé cómo, pero se saldrá.

Disculpe, estaba ahora hablando del tema de la coyuntura y todo eso y antes me estaba acordando de cuando hablaba de las croquetas. Pero en el fondo lo que estoy refiriendo en esta conversación es que como que el periodismo, como un cuerpo social importante, asiste a una situación que de alguna manera le supera. De hecho, hace unos meses en la entrega de un premio que le otorgaron los sindicatos, hablaba de aquella famosa nube que estaba por encima de nosotros y a muchos nos ha dejado desconcertados. Es realmente el periodismo un sujeto pasivo en esta historia que intenta contar lo que ocurre o como muchos piensas es un poder en si mismo. ¿Es una de las patas del banco en las que nos encontramos estamos sentados?

Bueno, todo es cierto, es una de las patas en las que estamos sentados todos. La política es otra pata. Pero por encima de estas patas está flotando un nuevo poder que será el gran desafío de las próximas elecciones. Lo que se ha descubierto es que los países votan, eligen a la que gente que les ha de representar y se supone que le otorgan el poder. Ya tienen ese poder. Obama ha ganado las elecciones, nadie ha tenido tanto poder, por tanto, tú que tienes todo el poder haz lo que has dicho que vas a hacer, y de repente no puede. Por qué no puedes, si tienes el poder. Porque de repente hemos descubierto que no tiene todo el poder.

Hemos descubierto que hay poderes por encima del poder representativo, que siendo poderes legales, no son sin embargo poderes elegidos por nadie y en este momento todo los grandes circuitos de las finanzas internacionales están moviéndose por el mundo sin que nadie las haya elegido y no son ilegales y están imponiendo su Ley, y de repente Obama, que tiene el poder, quiere tomar la decisión de controlar y regular a los bancos que han sido responsables de la hecatombe financiera y resulta que no puede. Este es un descubrimiento muy doloroso. El mundo ha descubierto de pronto que la democracia, que los partidos políticos, tienen mucho poder pero que había flotado por encima de sus cabezas otro poder más fuerte, un poder llamado mercado. Las grandes oleadas financieras que se mueven por el mundo imponiendo su ley sobre las leyes de los que teóricamente mandan.

Este es un descubrimiento muy importante. El mundo tendrá que enfrentarse a eso. A ver como regula ese poder. Ahora mismo esa es una de las primeras grandes novedades de este último tiempo. El poder verdadero.

Que Obama haya fallado sería una cosa, pero es que Obama no ha podido. ¿Y cómo es que no ha podido, que más se puede necesitar?

El poder que necesita es el poder real. Y el poder real que yo tengo es parte del poder real general, el cual está en manos de otras organizaciones que no tienen nada que ver conmigo. Que son grandes poderes financieros. En este momento por encima de nuestra cabeza están flotando miles y miles de millones de dólares viajando de allí para allá y determinando riquezas o pobrezas en el mundo entero, y esto no es una teoría, es una realidad absoluta. Por ejemplo, El Corte Ingles este mes compra y vende por valor de x euros y termina teniendo un saldo, ha ganado 3500 millones de euros, pues va a depender menos de cuanto ha ganado de que ocurra con ese dinero en los circuitos financieros, pues si metes ese dinero en los circuitos financieros, puede ser un mal mes o un buen mes para ti. Ya no está el dinero en los asuntos que antes estaba, que es yo vendo y tu compras. Esa era la economía real. Ahora por encima de esta economía real está la economía financiera y esta economía financiera se ha revelado como un gigantesco poder. Esta es una compleja pero cierta realidad.

¿Y en ese sobre poder que nos sobrevuela está también el periodismo? Siguiendo por ejemplo de Obama y el mundo financiero

Las finanzas son un poder que se ha cargado a Obama. Hay poderes que ya no están exactamente en las urnas, que son legales, pero que no están en las urnas y que actúan como un verdadero poder. Los más importantes son los financieros. Obama tiene que luchar contra poderes que son más fuertes que él. Y no está pudiendo introducir leyes porque hay poderes que no se lo permiten. Entonces el periodismo vive en la misma situación.

La gente va a tener que decir que a la persona que nosotros elegimos, no la elegimos para que resuelva nuestro problema. Es como si fuese nuestro embajador o nuestro paladín en la lucha con los poderes que están por ahí. Porque no va a poder él hacerlo todo. El porvenir económico por ejemplo de España no está en manos solo de España, ni de nosotros y de nuestro gobierno, y de Francia igual y de Alemania igual. Esta es una nueva realidad

Algo que llama la atención en los periodistas en Ud. es el cuidado de la lengua, la exquisitez y el rigor. ¿Porqué se ha perdido ese amor por el lenguaje? ¿Porque lo recuperan Uds. y solo Uds.?

Me estáis haciendo bastantes preguntas que me gustaría haceros a vosotros. Mi padre no sabía, no había podido ir al colegio porque tuvo que ponerse a trabajar desde niño. Y en mi familia nos inculcó la idea de que había que mejorar, aprender, que intentáramos leer más, estudiar más, hablar mejor. Y nos parecía maravilloso poder mejorar. Ahora, ¿qué es lo que ha pasado para que una persona que hable bien el grupo lo margine? Hace un rato he dicho que si dos personas del grupo son sorprendidas en una conversación trascendental son objeto del pitorreo de la mesa. Si alguien del grupo se pone a hablar correctamente con su sujeto, su verbo y su predicado, corre el riesgo igualmente de ser objeto de pitorreo. ¿Porqué? Por tanto, soy yo el que hace la pregunta. ¿Qué ha pasado? ¿Porqué de pronto ha perdido valor?

Pero nosotros que nos hemos de dedicar al periodismo, que hemos por tanto de comunicar, con lo difícil que ya hemos visto que es, que es extremadamente sutil la comunicación, que por lo menos tengamos capacidad de expresar lo que queremos expresar. Si encima tenemos una pobreza de idioma que nos hace expresarnos de una manera muy imprecisa, encima de lo imprecisa que es la incomunicación, añádele la imprecisión de tu torpe comunicación. Nosotros, aunque nadie quisiera hablar correctamente, nosotros deberíamos tener el máximo interés en hacerlo. Yo a los estudiantes de periodismo les digo, aunque sea entre vosotros cuando no haya nadie, entre vuestra peña de amigos, cultivar el idioma, leer, incorporar nuevos elementos, hacer gimnasia con el idioma, manejarlo correctamente, corregiros unos a otros. A mí me parece muy necesario. Ahora mi pregunta es, porqué de pronto la gente, sobre todo los chicos más jóvenes, han decidido alardear de lo mal que hablan, en vez de alardear de lo bien que hablan. Esa es una cosa que deberían responder los sociólogos, o los profesores o los estudiantes. Pero, a mi parece, que, en todo caso, aunque todo el mundo a la vez decidiera hablar mal, nosotros los periodistas deberíamos intentar hablar bien.

Para terminar, ¿qué tiene en la cabeza Iñaki Gabilondo y qué busca en el futuro?

Yo toda la vida he tratado de vivir consciente de estar vivo. Yo sé perfectamente que hoy es un día que ya no va a volver, y esta es la primera tarde este martes y la última tarde de este martes. Lo he tenido siempre en la cabeza. Cuando trabajaba en la radio era muy fácil, porque lo veía con claridad. Y les decir a mis compañeros, chicos hoy es 7 de febrero, son las siete de la mañana, es el último 7 de febrero de esta mañana que va a ver. Yo he sido consciente de estar viviendo un tiempo que se va. Por lo tanto, yo no tengo ahora mismo ninguna necesidad de proyecto salvo la lucidez de estar vivo. Porque nunca lo he tenido antes. El único proyecto que tenía es hacer lo mejor posible mi trabajo, siempre me ha gustado, me lo he pasado de cine. Pero no estaba pensando en hacer esto para llegar aquí. Pues no, he ido viviendo así. Igual que ahora, lo que pasa que ahora ya tengo los hijos criados, ya tengo las cosas pagadas, ya tengo dinero ahorrado, ya puedo permitirme el lujo de no trabajar como antes para sacar a mis hijos adelante. Pero la misma actitud, la tengo. Voy a tener un despacho en la Cadena Ser, donde me han hecho miembro del consejo de administración. Además, la Cadena Ser tiene otra empresa o socia que tiene emisoras en toda América Latina, tenemos emisoras en Colombia, Chile, Panamá, Méjico y EEUU, y ahí tengo tarea. Voy a hacer un blog en El País y en La Ser todos los días por la mañana, saldrá un blog con mi opinión del tema del día. Voy a hacer un programa al mes que sea una entrevista un poco larga, y que lo desarrollaremos como un evento en directo, y que posiblemente empiece en San Sebastián. Y tengo un proyecto de comunicación en la Carlos III. He quedado con la Kutxa para hacer un acto con público cada mes para plantear un tema social. Algo muy parecido vamos a hacer con la Cadena Ser. Haremos temas de tipo social que vamos a emitir por la Ser. El paro, las mujeres, los chicos… Temas de tipo social, no políticos.

Quiero decir, que voy a dejar de hacer un programa que me tenga prisionero como he estado toda mi vida, pillado a una hora determinada. Voy a hacer muchas cosas, pero no voy a estar comprometido a un horario que no me permita ir a la música y hacer las cosas que me gusta. Pero haré muchas cosas. Estoy en una etapa estupenda de mi vida, pero ya nunca haré un gran programa. Quiero viajar, y vivir, y hacerlo con la gran pasión de mi vida, con mi chica, a la que tengo deudas que pagar.

No me lo imagino yo a usted aburrido

Es posible que la gente no pueda entender muy bien que significa haber estado 25 años levantándose todos los días a las 3.45 de la mañana, lo peor es a qué hora te tienes que acostar para levantarse a esta hora. Y a la hora que te tienes que acostar, te impide mucha vida social. Por eso digo, he vivido como un monje. Entonces necesitas también hacer cosas que te permita pues esta encontrarte con tu mujer.. Cuando nos veíamos antes ¿Cómo has engordado, como …? Y me gusta mucho viajar, la música, la ópera. Tengo que intentar trabajar, encontrar márgenes para poder respirar un poco. He vivido exactamente como un soldado en un frente. Lo he pasado muy bien pero bueno.

Hace unas semanas entrevistábamos al lehendakari Patxi López, y nos llamó la atención lo mismo que le acabamos de oír, su reverencial pasión por su mujer

Para poder vivir la vida monástica que yo he llevado, levantarme a las 4 de la mañana y volver a las 8 cada día, debes tener un respaldo detrás muy fuerte. Todos aquellos que nos hemos dedicado con pasión a nuestras ilusiones y trabajos, lo hemos podido hacer por contar con un respaldo muy grande detrás. Imaginaros cuando conocí a Lola, yo no era precisamente un chollo. Un hombre que dejaba al cuidado de tres hijos que te llegaban de pronto, pues yo estaba viudo y que aparecía por casa fugazmente. Recuerdo, con menos años, que organizábamos cenas en casa, el grupo de amigos de toda la vida, Víctor Manuel y Ana, Sabina, etc. Yo llegaba a las ocho, tomaba una copa con ellos, y sin cenar me iba a la cama. Y no es solo una cuestión de agradecimiento. Es una cuestión de amor, de necesidad de compartir. Tenemos muchas cosas comunes, nos apasiona viajar, escuchar música, ir a conciertos, y estar juntos.

Para muchos españoles, No ver a Iñaki por la mañana, por la tarde, se nos hace un poco difícil

A mí me halaga, pero ahora necesito vivir

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