Heraclio fue el emperador romano de Oriente desde el 5 de octubre de 610 hasta su muerte el 11 de febrero de 641. Es considerado uno de los emperadores más importantes de la historia bizantina, ya que salvó al imperio de la conquista árabe.
Heraclio nació en Capadocia, en el seno de una familia armenia. Su padre, Heraclio el Viejo, era un general bizantino que había servido bajo el emperador Mauricio. Heraclio se casó con Eudoxia, la hija de Mauricio, y fue nombrado coemperador en 608.
En 610, Heraclio se rebeló contra el emperador Focas, que había asesinado a Mauricio. Heraclio derrotó a Focas y se convirtió en emperador.
Al principio de su reinado, Heraclio se enfrentó a una amenaza seria por parte de los árabes. Los árabes habían conquistado gran parte del Imperio bizantino, incluyendo Jerusalén y Egipto. Heraclio decidió contraatacar y recuperar los territorios perdidos.
En 622, Heraclio lanzó una campaña contra los árabes. La campaña fue larga y difícil, pero Heraclio finalmente logró derrotar a los árabes en la Batalla de Nínive en 627.
La victoria de Heraclio en Nínive fue un punto de inflexión en la historia del Imperio bizantino. Los árabes fueron expulsados de gran parte del territorio bizantino y el imperio recuperó su fuerza.
Heraclio también llevó a cabo una serie de reformas religiosas durante su reinado. En 630, Heraclio introdujo el monotelismo, una doctrina que sostenía que Cristo tenía una sola voluntad. Esta doctrina fue rechazada por muchos cristianos, pero Heraclio la mantuvo hasta su muerte.
Heraclio murió en 641. Fue sucedido por su hijo Constantino III.
El reinado de Heraclio fue un período de gran importancia para el Imperio bizantino. Heraclio salvó al imperio de la conquista árabe y lo revitalizó. También llevó a cabo una serie de reformas religiosas que tuvieron un impacto duradero en el imperio.