Hablando de sexo

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Muchas son las preguntas, y pocas generalmente las respuestas, que recibimos cuando pretendemos ahondar en el campo de la sexualidad. Un aspecto de la vida del ser humano indispensable para la vida en plenitud y la relación con nuestro entorno, y que muchos veces aparece como prohibido, y en otras como banalizado. Para reflexionar sobre este tema nos hemos puesto en contacto con el sexologo Carlos San Martín.


¿Que es la sexologia?

Es una rama de las ciencias biosanitarias con vocación por la medicina y la salud. Cuando acabe la carrera opte por especializarme en ella por el interñés que despertaba en mi la sexualidad y la psicoterapia. La sexología sigue siendo hoy una vertiente de la medicina muy desconocida, de la que, en mis 18 años de trabajo y estudio, he descubierto múltiples factores humanistas, científicos, sociales y multidisciplinar. Para mí, sigue siendo hoy un campo de la ciencia apasionante, donde la relación con el paciente te abre caminos de entendimiento sobre la salud mental y el humanismo.

¿Sexualidad es solo concepción?

No, ese era el planteamiento que se transmitía a los jóvenes en el franquismo, que comenzó a evolucionar con la transición y que tachaba de escándalo cualquier indicio de sexualidad. Ahora nos hemos ido a otro extremo de la visión de la sexualidad, con una información, incluso excesiva, aunque el acceso a la información siempre debería ser bueno, pero que resulta, por su volumen y tratamiento difícil de asimilar por una parte de la jóvenes. Nos hemos acercado a una concepción más europeísta, en la que existe una normalización de la sexualidad, educando para vivirla con naturalidad y actitud positiva. Antes todo era culpa, represión, desinformación, mitos. Ahora la información se ha convertido en un bombardeo mediático, del que esta ausente su valoración y la educación. Porque tengamos en cuenta que más importante que saber algo, es saber que hacer con ese algo, saber autogestionar, en este caso, la propia sexualidad.
El tema toma importancia si consideramos que los jóvenes sois el espejo de la sociedad, que tendemos a proyectar toda la problemática social sobre éstos. Pero quienes ofrecen modelos de conducta y quienes organizan las parrillas de televisión son gente de mi edad, los mayores.
Tenemos, por tanto, camino por recorrer. Hemos mejorado, pero queda la educación en la autorresponsabilidad, en la prudencia, queda afrontar problemas como la disminución de uso de preservativos o la relajación en el tema sanitario y preventivo. Nos queda desarrollar la capacidad de administrarse uno mismo su propia sexualidad.

¿La sobreinformación favorece la promiscuidad?

Totalmente. Ése es el mensaje al fin y al cabo: consume cosas, consume sexo. Estamos creando una percepción social muy mercantilista del sexo. Tienes que ser muy activo, muy promiscuo porque eso significa que vives tu sexualidad de una manera libre y abierta. Se puede tener una pareja estable y ser también abierto, positivo y satisfecho sexualmente. Me parecen perfectas tanto la monogamia como la promiscuidad siempre desde la propia libertad personal siempre que tú lo elijas, y teniendo en cuenta los condicionantes que limitan nuestra libertad.
Además, vivimos la sexualidad de forma adaptativa. En productos televisivos cono “Física o Química”, el mensaje es tener relaciones, ser promiscuo, creándose una presión social en esa dirección. No en la dirección de sé feliz, ser responsable, ser libre. Esta presión hace que algunas personas se sientan raras, reprimidas, al no gustarles determinadas prácticas sexuales. ¿Por qué? . Porque la libertad sexual esta hoy en día disminuida por los condicionantes sociales, cuando lo normal del sexo empieza y acaba en la libertad de cada uno, simplemente.

¿Esta convirtiéndose en un problema el uso de la sexualidad como elemento del marketing?

Si. Anuncios navideños, de colonias o de cualquier producto aparecen ahora disfrazados de erotismo y sexualidad: El sexo vende. El mensaje es ése, consume sexo, ese es el principal, y casi único cambio que hemos vivido desde el franquismo a la actualidad. Estamos en una sociedad en la que el objetivo es vender. Hay anuncios, Axe, por ejemplo, que son sexistas, que instrumentalizan la figura de la mujer, y ante eso no hay control ni vigilancia. Contrasta esto con el mensaje científico de libertad responsable e igualdad que queremos dar nosotros. Me parece estupendo el erotismo, pero no para vender un perfume a una persona cualquiera, eso es instrumentalización de la sexualidad.

¿Es la familia un medio de instrucción en este campo?

No mucho, y si ellos escurren el bulto, lo harán los amigos, los medios de comunicación, o Internet. No sólo es su obligación, sino que asumen un riesgo importante si no cogen el guante. El problema es que esta capacidad instructiva de la familia depende de la naturalidad sexual parental, de la transmisión vertical. Los padres son una figura esencial, un modelo de referencia, y por ello deben tratar el asunto con normalidad y naturalidad desde que se es pequeño, no evitar en todo momento cualquier indicio sexual, el típico beso de película, o cualquier conversación relacionada. Si se evita, se dan mensajes negativos, de represión con respecto a la sexualidad.

Algunas formas de sexualidad estan estigmatizadas, como la homosexualidad, a la que se acusa de trasmisora de enfermedades. ¿hemos avanzado en esta problemática?

Cada vez es menos así. En la década de los 80, 90, el colectivo homosexual quizás era el más promiscuo y más desinformado, también porque se movían muchos en el gueto de la marginalidad. Pero hemos avanzado, de hecho hoy se sabe que una de las primeras causas de la transmisión del sida, son las relaciones heterosexuales, no las homosexuales.
A día de hoy, la comunidad gay está más informada, independientemente de que en general, por múltiples razones, puede ser más promiscua que la heterosexual. Creo que es incluso superior la información en los homosexuales que en otros colectivos.

Esa mercantilziación de la que me hablaba antes ha llevado incluso a la inplantación en nuestra calles de maquinas expendedoras de artículos de sexo. ¿Condicionará a los niños la presencia de éstas?

Yo creo no, si éste lo percibe con naturalidad. Es un material especial, para adultos. Soy muy favorable a la normalización del acceso a juguetes sexuales y preservativos; éstos últimos son una medida de prevención segura y eficaz. Tiene que haber máquinas de preservativos por todos los lados, según mi opinión.
Ahora, hay que buscar el emplazamiento pertinente de estas máquinas de artículos eróticos, al igual que ocurre para las máquinas de tabaco o de alcohol. Exactamente igual. Todos sabemos los lugares adecuados, por ejemplo para los preservativos es a la salida de las farmacias. Hay negocios, estoy seguro, que estarían encantados de ponerlas. Quizás en un espacio muy reservado para niños, no sería pertinente. Todo depende de la pertinencia. Los niños son curiosos y eso provocará una respuesta parental que será determinante. Si se les dice que no miren eso, eso atrae aún más su atención. Es por tanto una cuestión de naturalidad

¿Cree que existe temor a la libertad sexual, a la implantación de estas máquinas fuera de estas tiendas?

Es una cuestión muy ligada a las generaciones. A las educadas en el franquismo les quedan rescoldos de represión, y muchos estigmas sobre la sexualidad. Al desaparecer estos, posiblemente, el avance sea aún mayor. Poco a poco las generaciones jóvenes están aprendiendo a normalizarlo. Aunque de todas maneras, la sexualidad pertenece a la intimidad, y por eso la gente prefiere usar estas máquinas, que garantizan el anonimato, antes que acceder físicamente a esos locales.

¿Se alcanza la felicidad y la plenitud siendo promiscuo?

Exactamente igual que una vida sexual no promiscua. Al final todo es una cuestión de sentirte bien con tu sexualidad. Hay situaciones que al vivirlas te aportan a tu vida, o lo contrario, y debemos rechazarlas. Pero más que promiscuidad, que es algo con una importante carga de negatividad e irresponsabilidad, yo hablaría de huir de la monotonía, deberíamos hablar de la variabilidad, de la diversidad. Y un aspecto que no debemos perder de vista, la estabilidad: cuenta con un ingrediente socio-afectivo, de apego, que no aporta la promiscuidad, favoreciendo la confianza en uno mismo y la responsabilidad. En general, para la construcción de la felicidad entra en juego la libertad responsable de cada uno, esa autogestión de la sexualidad para la construcción de la felicidad.

En España la edad media de inicio en la sexualidad esta cifrada en 16,7. ¿es bueno o malo?

No me parece ni bueno ni malo. Los chicos son un poquito más precoces que ellas. Si se puede gestionar bien, si elige tenerlas desde la responsabilidad e higiene, me parece perfecto. Ahora bien, si hablamos de competición, ya encontramos un condicionante, con ese factor mercantilista abocado al consumo. A veces se mantiene ese patrón de obligatoriedad, sobre todo con relación a las chicas. Creo que no importa tanto propiamente la edad de la pérdida de virginidad, sino la forma en que lo afrontamos y los valores con que nos acercamos a ella. De todas formas nos acercamos a este tema con poco sentido común y muchos prejuicios. ¿Por qué hablamos sólo de los botellones juveniles, y no de los señores y señoras que se inflan a cubas libres todas las tardes?. Porque no es políticamente correcto.

¿Cuales son los problemas típicos en los jóvenes?

Estadísticamente, ellos se enfrentan a la eyaculación precoz, la disfunción eréctil y la reducción de deseo sexual. Ellas al bajo deseo sexual, la anorgasmia y los problemas de vaginismo. Y en común los problemas de pareja motivados por una mala gestión de la sexualidad.

Es cierto que la sexualidad muere con el tiempo

No tiene por qué ser así. Depende de muchos factores: anímicos, incluso físicos. No asumamos que el deseo desaparece, dura toda la vida. Cambia de formato, no se puede pretender vivirla de igual manera a los 18 que a los 68. Es cuestión de naturalidad, como la actitud ante el trabajo. Ahora bien, debemos asumir que sufrirá con el tiempo cambios vitales normales, pero no tenemos por qué renunciar a los deseos sexuales. El sexo es una parte vital, muy importante en el ser humano. A veces hay mensajes mediáticos sobre la mujer con el tema de la menopausia, pero no tiene por qué disminuir el deseo. También depende de tu postura ante la sexualidad: si has sido reprimido sexualmente, cuando seas mayor aún lo serás más.

¿Como han evolucionado los roles sexuales?

Han evolucionado de una manera importante, pero porque veníamos de las “cavernas”: los roles sexuales eran muy rígidos: la figura viril dominante, activa, y la mujer en un papel pasivo. Pero seguimos siendo tremendamente sexistas: un hombre muy activo sexualmente, incluso promiscuo se sigue viendo bien, se admira, sin embargo la mujer muy activa se la ve como a una cualquiera. Hemos evolucionado relativamente; las cosas han cambiado mucho, pero nos queda un largo recorrido aún con respecto a este sexismo del que hablo. Importante la educación, que es más fácil que la reeducación.

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