El conflicto entre Israel y Hamas tiene raíces históricas profundas, que se remontan a la creación del Estado de Israel en 1948 y la posterior guerra.
Hamas, un grupo islamista palestino, fue fundado en 1987 durante la Primera Intifada, como una respuesta a la ocupación israelí de territorios palestinos. Desde entonces, ha buscado establecer un estado palestino y ha llevado a cabo ataques contra Israel. La organización es considerada terrorista por varios países, incluyendo Estados Unidos y la Unión Europea, debido a sus tácticas violentas y ataques dirigid.
Las tensiones han aumentado con el tiempo, especialmente en relación con cuestiones como los asentamientos israelíes, el estatus de Jerusalén y el derecho de retorno de los refugiados palestinos. Estos factores han llevado a ciclos de violencia que han marcado la historia.
El actual conflicto entre Israel y Hamás, que se intensificó en octubre de 2023, comenzó tras una serie de tensiones acumuladas y una escalada de violencia. El 7 de octubre de 2023, Hamas lanzó un ataque sorpresa contra Israel, con cohetes y asaltos terrestres, que resultó en numerosos secuestros de judíos, muchos aun en cautiverio.
Este ataque fue una respuesta a la creciente frustración palestina por la ocupación, el bloqueo de Gaza y los enfrentamientos en lugares sagrados, especialmente en Jerusalén. Israel respondió con bombardeos masivos en Gaza, intensificando la violencia y causando un alto número de víctimas en ambos lados. Esta situación desató un ciclo de represalias y un conflicto humanitario.
El conflicto actual entre Israel y Hamas ha extendido sus repercusiones a Irán y Líbano por varias razones: 1. **Apoyo de Irán a Hamas**: Irán es un aliado clave de Hamas y proporciona apoyo financiero y militar al grupo. Su participación se basa en su interés en debilitar a Israel y en fortalecer a los movimientos de resistencia en la región.
La extensión del conflicto actual entre Israel y Hamas al Líbano se ha visto impulsada por que Hezbolá (que domina parte del Líbano) es un grupo militante, respaldado por Irán, ha aumentado su actividad en la frontera con Israel, lanzando cohetes y llevando a cabo ataques. Hezbolá se presenta como un defensor de los derechos palestinos y su participación se enmarca dentro de su lucha contra Israel.
En esta guerra Occidente se ha posicionado claramente a favor de Israel, pese a tímidas peticiones de paz en Gaza. Este apoyo de Occidente, en particular de países como Estados Unidos y varios de Europa, a Israel en sus conflictos, incluidos los recientes enfrentamientos, se debe a una combinación de factores históricos, geopolíticos, estratégicos y culturales:
Alianza histórica y estratégica con Estados Unidos: Desde su fundación en 1948, Israel ha sido un aliado cercano de Estados Unidos. Esta alianza se ha profundizado debido a intereses estratégicos comunes en Medio Oriente, donde la estabilidad y el equilibrio de poder son cruciales para las políticas exteriores de Washington. Israel se percibe como un aliado democrático en una región inestable, lo que lo convierte en un socio clave en términos de seguridad.
Intereses de seguridad en Medio Oriente: El conflicto entre Israel y varios grupos militantes o países vecinos tiene implicaciones para la seguridad y estabilidad de todo Medio Oriente, una región estratégica por su posición geográfica y sus reservas de petróleo. Apoyar a Israel es parte de una estrategia más amplia para contener a actores considerados hostiles por Occidente, como Irán o grupos extremistas.
Compromisos diplomáticos y tratados de paz: Israel ha firmado varios acuerdos de paz, como con Egipto y Jordania, que son clave para la estabilidad regional. Estados Unidos y otros países occidentales consideran estos acuerdos fundamentales para reducir los conflictos y, por ende, apoyan a Israel para mantener esos tratados vigentes y evitar una escalada mayor.
Influencia de grupos de interés y lobbies: En países como Estados Unidos, el apoyo a Israel también está impulsado por grupos de interés y lobby pro-Israel, como el American Israel Public Affairs Committee (AIPAC), que tiene una influencia significativa en la política estadounidense. Estos grupos han trabajado para fortalecer los lazos entre ambos países en términos de seguridad y política.
Relación cultural e histórica: En Occidente, particularmente en Europa y Estados Unidos, existe una fuerte empatía hacia Israel debido a la historia del Holocausto y la persecución de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Este trasfondo histórico refuerza la percepción de Israel como un país que necesita defenderse frente a amenazas externas, lo que genera un apoyo político y social significativo.
Apoyo a la lucha contra el terrorismo: Israel se enfrenta a grupos considerados terroristas por Occidente, como Hamás y Hezbolá. El apoyo a Israel se enmarca también dentro de la lucha más amplia contra el extremismo islámico violento, que afecta tanto a países occidentales como a Israel.
Tecnología y cooperación militar: Israel es un líder mundial en tecnología de defensa y ciberseguridad, lo que ha fomentado una relación de cooperación en términos de investigación y desarrollo militar. Occidente también se beneficia de esta cooperación tecnológica.
Aunque este apoyo es firme, no es universal ni sin críticas. Países occidentales, incluso aliados de Israel, a veces critican sus políticas, especialmente en relación con los asentamientos en Cisjordania y las operaciones militares en Gaza, abogando por soluciones diplomáticas y el respeto a los derechos humanos.
Imagen National Geographic