Euskadi, el otro process

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Llevamos tantos meses pendientes de la situación catalana y del laberinto en que se ha sumido su política, perdiendo de vista lo que ocurre en otros lugares del país, pendientes de la evolución de esos procesos para actuar.

Uno de esos lugares es el País Vasco (y Navarra), donde una aparente normalidad en la convivencia (salpicada de vez en cuando por algún recibimiento apoteósico a ex etarras condenados o algún conato de violencia callejera contra los “españolistas” no esconde un proceso político aparcado de momento.
Una de las protagonistas de ese intenso rescoldo soberanista es Marian Betialarrangoitia, periodista, ex alcaldesa de Hernán y con varios años de brega política tras las distintas siglas que en estos años han escudado a los independentistas vascos. Marian es la voz de EH Bildu en las Cortes, púlpito desde el cual reparte críticas con igual intensidad a los nacionalistas del PNV (que según ella solo se dedican a pactar para mejorar el estatus actual y satisfacer a sus votantes) que a los partidos constitucionalistas, sordos y mudos ante las demandas de la sociedad vasca.

Algo ha cambiado en Marian (al menos en estas declaraciones) frente a aquella alcaldesa que negaba que la “guerra hubiera terminado”, como explicaba el periodista de El País Mikel Asurmendi en 2007 en su “El silencio de Hernáni”. Hoy paz y perdón comienzan a aflorar en sus palabras, aunque siguen muy abajo en su discurso.

¿Quién es Marian Betialarrangoitia y cuáles son sus sueños?

Soy una mujer, de lo cual me siento muy orgullosa, pese a los malos tiempos que corren para las mujeres. Soy una  independentista vasca que sueña con vivir en una Euskal Herria independiente que tenga buena relación con sus territorios afines y cercanos sin que nadie nos obligue a ser lo que no queremos ser, es decir, a ser españoles porque nos sentimos únicamente vascos y lo que queremos es que eso se respete

¿Cómo definirías a EH Bildu y que tipo de votantes crees que atrae la coalición?

Bueno EH Bildu es una coalición que reúne cuatro formaciones de trayectoria muy diferente pero que tiene dos cosas que les unen; una es el independentismo y soberanismo y la otra es querer hacer política de izquierda en el ámbito social. Y por tanto, yo podría definir Euskal Herria Bildu como una coalición soberanista y de izquierdas

¿Cómo se vivió la ilegalización de los partidos independentistas vascos en el pasado?

Yo pertenezco a la izquierda abertzale en el País Vasco que hemos tenido un periodo de ilegalización bastante largo y hemos tenido que sobrevivir detrás de muchas siglas, por ejemplo ANV, de donde yo procedo. No poder actuar en política en igualdad de condiciones comparado con el resto y que una opción política como la tuya no se pueda defender democráticamente es un problema.
La memoria es frágil y se nos olvidan las cosas, pero yo he vivido momentos muy duros siendo alcaldesa. Momentos en los que no sabias si por dar una rueda de prensa acabarías ante un juez o en la cárcel, y eso te impide cumplir con los compromisos con tu gente y con las necesidades de tu pueblo.
La situación ha mejorado pero todavía queda mucho camino por andar hasta llegar a una  situación en la que el marco sea aceptable para todos. Pero todavía queda

En su despacho del Congreso

Cuándo fue alcaldesa de Hernani con la condena que recibió que después fue resuelta ¿sintió como que su libertad de expresión fue coartada?

Totalmente. Yo que, además, soy periodista sigo sin entender como alguien por denunciar la violación de los derechos humanos, por denunciar torturas para conseguir por la policía declaraciones autoinculpatorios, puede ser procesado. Y entendamos que no es solo una opinión, varias instituciones internacionales han denunciado esta situación en Euskadi, hay informes forenses que avalan esas acusaciones, e incluso ha habido sentencias en el estado español que lo confirman y en las cuales, para más escarnio los culpables han sido indultados o promocionados, en lugar de investigar y depurar responsabilidades. Eso no es propio de un estado que quiere denominarse democrático y de derecho y que en los últimos años, añado, han empeorado en la defensa del derecho de la libertad de expresión, y ahí está la ley mordaza y las actuaciones de los jueces.

¿Has sentido que con esa condena has sido rechazada por la sociedad al hablar del terrorismo, ya que es un delito grave; has sentido que la gente te podía mirar con miedo?

No, en absoluto de hecho yo en mi tierra me he sentido muy protegida y yo creo que cada vez más gente es consciente, por las leyes que mencionaba, de que las libertades de los derechos políticos de la ciudadanía se defienden en la práctica, no se defienden en el papel solamente.

Lo que si sentí fue que uno condicionaba mi actividad política porque en la medida en la que estas siendo procesado por lo que dices eso es que te condiciona en tu actividad política.
Lo que me demostró aquel entonces y me ha demostrado sobre todo en los últimos seis años, una vez de que la actividad de ETA ha parado, es aquello que se decía a los independentistas vascos de que sin violencia cualquier proyecto político se podría defender. Y es lo que estamos viviendo ahora en Cataluña, donde es aun más evidente que no hay violencia.
Estamos en un Estado en el cual no todos los proyectos se pueden defender ni llevar a la práctica. En un estado democrático no se debería permitir que se imponga a la mayoría de la ciudadanía porque tipo de proyecto tiene que optar, y que por tanto ser la población o la voluntad mayoritaria de la población el único límite que tú le pongas a un proyecto político. Y lo que se está viendo es que eso no es así en la práctica y Cataluña es un ejemplo evidente porque en Cataluña no ha habido violencia. Allí se vive un movimiento independentista cívico y pacífico y, sin embargo no se le da cauce a sus reivindicaciones. De hecho creo que hay una agresión de los derechos políticos de gran calado en el estado español actualmente.

Hace unos años tuvimos la oportunidad de hablar con Patxi López cuando era el presidente del Congreso y nos contó que desde su punto de vista fue difícil para él vivir en Euskadi en la segunda mitad del siglo XX y nos gustaría, si nos pudiese contar desde su punto de vista, esa tensión, esa situación

Yo entiendo la tensión de Patxi López porque es un persona que ha vivido escoltada, que ha vivido con el miedo de ser víctima de un atentado por lo tanto yo no puedo restarle nada de la gravedad de lo que vivió. Le conozco personalmente hemos sido parlamentarios en el Parlamento de Vitoria, nos hemos sentados juntos durante 3 años, nos conocemos yo sé perfectamente cuando él dice eso que lo que quiere decir. Lo que lamento de Patxi López es que llegó a ser lehandakari precisamente gracias a la ilegalización de muchos nacionalistas, hecho sin el cual él no habría llegado a ser lo que fue. Y creo que eso tampoco es bueno, es decir, no le resto nada a lo que se ha vivido; se han vivido décadas muy duras en  Euskal Herria, eso es una realidad que no podemos ocultar. Ha vivido la violencia de ETA por una parte, se ha vivido la violencia del estado por otra, se ha vivido una fuerte represión, ha habido mucho sufrimiento por muchas partes y todavía entre los capítulos que yo decía que nos quedan por escribir esta como hacemos un futuro de convivencia en el que no olvidemos lo que ha pasado. Yo no le pido a nadie que olvide lo que ha pasado pero debemos ser capaces de crear algunas bases en las que de alguna forma consigamos garantías de que no se repita. Los estándares internacionales en conflicto suelen decir que hay que reconocer a las víctimas, que hay que evidentemente repararlas, que hay que hacerles justicia, pero que además hay que darles garantías de que no se va a repetir, lo cual es muy importante para el que ha sido víctima para no generar nuevas víctimas en un futuro cercano o lejano. Y yo creo que en ese empeño tenemos que estar todos, yo creo que cada vez se están dando más pasos sobre todo en el País Vasco, a nivel del estado ya lo veo más complicado, más difícil, cuesta más allí desde el momento que se ha vivido más cerca también superarlo está siendo más fácil o hay mayor voluntad por decirlo de alguna manera, de dar pasos.

Yo entiendo perfectamente lo que dice Patxi López, además lo he hablado muchas veces con ellos y ellos han vivido una situación dura y difícil. A mí no me suele gustar hacer equiparaciones porque parece que intentas poner a la par realidades diferentes y yo creo que cuando uno vive una situación difícil nunca es comparable con la de otra persona, la vivencia de cada uno es propia y ponerle calificativos nunca es bueno. Yo prefiero decir que ha habido muchos sufrimientos de intensidades diferentes, sufrimientos de muchos tipos y que deberíamos de buscar la forma de cicatrizar esas heridas, seguramente no desaparecerán pero si de cicatrizarlas entre todos y todas y evidentemente partiendo de esa concepción y de ese reconocimiento de que hemos vivido épocas muy duras, de que queremos un futuro diferente para todos y todas.

¿Qué opinión tiene su partido del proceso que esta viviendo Cataluña y de la respuesta del gobierno español?

Desde Euskal Herria vemos la situación catalana como un dejavú. Cuando tu intentas hacer algo el Estado te contesta con represión y con la imposición de su realidad. No hay posibilidad de dialogar ni de buscar un cauce a un sentir mayoritario de la población.
Pero se olvidan de que en el 78 se aprobó una constitución sin romper con el franquismo, sin crear unas bases democráticas sólidas, sin dar cauce a una demanda nacional, al menos en Galicia, Cataluña y Euskal Herria y por tanto yo diría que se cerraron heridas en falso y ahora se reabren, se vuelve a poner en evidencia que ese régimen esta en crisis y que como se construyó el estado español, hay quienes lo cuestionamos. Y en la medida en la que el proceso de Cataluña esta poniendo eso en evidencia nos veamos en un espejo, con el añadido de que como en Cataluña no hay violencia todavía ese espejo te da una imagen mucho mas grande, más evidente de como se comporta el Estado.

Yo le suelo decir muchas veces a los catalanes que durante años quizás ellos han estado anestesiados por la violencia, el hecho de que había violencia en el País Vasco hacia de alguna forma entender lo que estaba pasando o que el Estado no dejará a los vascos hacer nuestro propio camino. Ahora ellos ven que sin violencia les ocurre lo mismo y se dan cuenta de que la respuesta del Estado viene a ser la misma aunque los momentos, las circunstancias sean completamente diferentes. Por tanto estamos viviendo desde el punto de la respuesta del Estado con cierta frustración pero desde el punto de vista de los pasos que están dando con mucha ilusión porque han conseguido llegar a donde nosotros hubiésemos querido llegar y no hemos llegado.

Dicho eso, creo que siempre son preferibles las vías de dialogo y de la multi lateralidad y si tu no tienes alguien con quien sentarte pues difícilmente vas a poder acordar.

¿y cree que se podría hacer algún tipo de referéndum no vinculante o cree que si en el momento en el que se haga un referéndum el resultado se va a llevar a cabo el resultado que salga, aunque sea estipulado que no es vinculante?

Si el referéndum se hace con garantías tiene que ser vinculante, no puedes pedir opinión a la población para luego hacer lo contrario a lo que dicen y que supuestamente tú defiendes. Euskal Herria Bildu si hiciera un referéndum daría el resultado, trabajaría para que el resultado sea favorable a sus postulados. La base de la democracia es preguntar a la gente y que eso sea un mandato en política y lo que estamos viendo aquí es que no se puede preguntar.

¿Cree que Euskadi hoy estaría dispuesto a iniciar un proceso de autodeterminación o finalmente acabar en la independencia?

Ahora mismo en Euskal Herria se debate, al menos en lo que es en el Parlamento Vasco, sobre cual es el nuevo estatus. Creo que cada vez hay más población que es consciente de que la realidad que se constituyó en el 78 no les satisface. Llevamos casi 40 años y el estatuto a penas se ha desarrollado, con casi competencias en las que el gobierno tiene nula voluntad de transferir. El gobierno español solo se aviene a negociar sobre esas cuestiones cuando necesita sacar los presupuestos y no porque el estado de las autonomías así lo requiera.
Yo creo que cada vez mas gente es consciente de que ese periodo y este estatuto se ha agotado. Es más, lejos de cumplir con los anhelos de la sociedad en los últimos años el PP esta recentralizando, eso se ha visto con la LOMCE, se ha visto con muchas otras cuestiones que lo que quiere es y se apunta a una posible reforma en la que la educación y otros servicios retornen al estado. Ahora mismo no creo que la mayoría de la gente apueste por una vía unilateral, pero lo cierto es que el estado sigue desoyendo el debate que se esta dando en el Parlamento Vasco y que se va a dar también en el navarro sobre cual es ese estatus que queremos.

Y si volvemos a recibir del estado un portazo como el que dieron en su día al plan Ibarretxe eso nos abocará a un proceso unilateral. No se cuando pasará, porque se plantea que se lleve a Madrid un plan que tenga el respaldo de la población vasca vía referéndum. No se como influirá en esto la evolución del proceso catalán.

Las últimas encuestas hablan de un empate técnico. Ahora mismo el 33% votaría independencia y el 33% no la votaría. Yo quiero recordar que en Cataluña hace 5 años los independentistas eran el 25%. Hay veces que un detonante hace que, de repente, las cosas varíen para un lado o para otro. Podría ocurrir algo similar en Euskal Herria.

¿Crees que la huella que ha dejado ETA en la sociedad vasca es un lastre para la izquierda abertzale?

Yo creo que es algo de nuestro pasado que nos lastra a todos y que tenemos que superar, seguramente hay quien quiere el poner sobre nosotros un precio mayor a esa etapa de Euskal  Herria, más en la sociedad española  que en la vasca. Pero el mayor lastre no es ese, si no que no avanzamos. No me preocupa tanto eso, me preocupa que eso se utilice como excusa para no avanzar que es lo que se hace hoy en día. Cada uno tendremos una responsabilidad en lo que hemos vivido. Cincuenta años de violencia no se superan en 10 días, yo creo que esa es otra de las cosas que la mayoría de los vascos tenemos claro también, seguramente sea cuestión de una generación. Hoy ya hay mucha gente que tiene 18 años ahora y no sabe lo que fue ETA

Imagen de portada El confidencial

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