“La historia se repite”. Yo añadiría “La historia se repite aunque incluso puede ir a peor”.
Cada día que pasa superamos nuestro propio y lamentable record de cifras en Covid-19. Nuevos positivos, hospitalizados, pacientes en UCI… la situación es ya de nuevo insostenible. Los sanitarios (médicos, enfermeros, ATS, celadores, limpiadoras, personal administrativo…) están saturados. Se encuentran trabajando por encima de sus posibilidades. Las residencias de nuevo vuelven a ser un lugar muy peligroso… en definitiva volvemos de nuevo a marzo.
Pero no nos engañemos desde el principio se habló de la segunda ola cuando regresase el frio. Era de esperar, pero ¿qué hemos hecho para que la nueva ola tenga menos incidencia? Discutir.
Los políticos han convertido el Congreso de los Diputados en un zafio combate de boxeo. Solo importa el zasca, él toma y daca, el postureo y el humillar al otro. La propuesta y el consenso quedaron hace tiempo en una mejor vida. Aunque también es cierto que con cierto grupo político no debe haber ni propuesta ni consenso ni dialogo.
“Debemos reforzar la atención primaria” se decía… ni Gobierno de España ni ningún gobierno autonómico se ha acordado de aquellas palabras y todo sigue igual. Hospitales y Centros de Salud saturados. El cartel reivindicativo de “somos x médicos para x pacientes” se ha convertido ya en un attrezzo habitual y es parte de nuestro día a día.
Se ha hecho tan poco que Díaz Ayuso, ejemplo de nada, alardeaba en TeleMadrid que inauguraban un hospital “al lado del aeropuerto”. La gran Silvia Itxaurrondo –de lo mejor que hay ahora en el periodismo- la preguntaba por los sanitarios, y la respuesta era quitar de un sitio para poner en otro. Resumiendo, un hospital más que atender para el mismo número de sanitarios. Poco que añadir Sra. Ayuso.
Ya nadie recuerda aquellos “Pactos de La Moncloa 2.0” de los que sacaba pecho el presidente Sánchez. Un paripé, de nuevo un postureo. Tal y como se suele decir en Cantabria “mucho de Boó y poco de Guarnizo”.
Vamos del nuevo al confinamiento, es más creo que ya no hay quien lo pare. Pero en los que tienen que tomar decisiones solo vemos discusión, bulla y poco más. Nada de valentía, nada de tomar decisiones. Y por supuesto sin prestar mucha atención a muchos trabajadores y algunos empresarios que estamos dejando en la cuneta. Bien es cierto que desde el primer momento el Gobierno intento mostrar su lado “más social” con medidas nunca antes vistas (ERTES, prohibición de despido, Ingreso Mínimo Vital, cheque resistencia…) pero unas saben a poco y otras se enredan en mil papeleos.
Hace falta más, aunque para ser sinceros el presupuesto de España “da para lo que da” y supongo que el Gobierno no pueda mantener mucho más tiempo el pago de los ERTES. Ahora más que nunca es cuando hay que subir los impuestos a las grandes fortunas, ahora más que nunca es cuando los españoles más pudientes deben arrimar el hombro y dejar de darse golpes en el pecho por donar x dinero o x aparatos. La solidaridad se demuestra defendiendo una subida de impuestos a las rentas más altas. Eso es colaboración y ayudar.
Por supuesto, mención aparte merecemos los ciudadanos. Los que nos repetíamos una y otra vez que “saldremos mejores de esta” pero ahora nos dedicamos a quemar contenedores y hacer una ridícula revolución Cayetana defendiendo la libertad. ¿Qué libertad? La de hacer lo que quiera para contagiar al lado. No. La libertad del egoísmo en hacer lo que yo quiera y cuando yo quiera, aunque fastidie al resto.
Nos sentíamos muy orgullosos de salir a las 20 horas para aplaudir a los trabajadores de servicios esenciales y a los sanitarios… pero todo era postureo. No nos acordamos de ellos y vamos al supermercado sin mascarilla o incumplimos las normas sanitarias pese a riesgo de contagio y de saturar los hospitales. Todo postureo. Y con tanto postureo y poca responsabilidad solo vamos al abismo.