El nacionalismo es una idea heredada de la revolución francesa en el siglo XIX dirigida a potenciar la idea de nación y la defensa de esta.
Tradicionalmente, el concepto de nación significaba la obligación de la sociedad a compartir unos elementos comunes como la lengua, cultura y costumbres. Este comportamiento generaba cierta conexión y afinidad entre los ciudadanos de un mismo país. Cada territorio asume como valores propios y exclusivos estas características diferenciándolos del resto de comunidades. En sus orígenes fue utilizado para desprestigiar a las clases más bajas, enfrentándose a las costumbres de la época de utilizar lenguas cultas y hábitos cosmopolitas.
Por otra parte, el nacionalismo chocaba con el Antiguo Régimen, ya que según esta ideología la nación sería libre, independiente y la soberanía residía, al contrario qué en el Antiguo Régimen, en la propia nación.
Esta ideología fue evolucionando hasta consolidarse como dos teorías que, partiendo del mismo origen, se manifestaban contrarias: el nacionalismo liberal, y el conservador.
El nacionalismo liberal se encuentra dentro de las tradiciones del liberalismo y racionalismo. También se conoce como nacionalismo civil o voluntarista. Considera que una nación surge de la voluntad de los individuos que la componen. Esos adquieren el compromiso de vivir en armonía y gobernarse por medio de unas instituciones comunes. Según esta teoría cualquier individuo podía cambiar de nacionalidad si así lo deseaba, al igual que cualquier comunidad podría convertirse en una nación o unirse a otra ya creada. Este tipo de nacionalismo se desarrolló en Francia e Italia como causa de las ideas de la Ilustración.
Por lo tanto, el nacionalismo se basa en la voluntad del individuo de forma subjetiva. Sus principales defensores eran los revolucionarios franceses y Jean Michelet un importante historiador francés, aunque su máximo defensor fue Giuseppe Mazzini, político, periodista y activista italiano que batalló por la unificación del país transalpino.
“Una nación es la asociación de todos los hombres que, agrupados por la lengua, por ciertas condiciones geográficas o por el papel desempeñado en la historia, reconocen un mismo principio y marchan, bajo el impulso de un derecho unificado, a la conquista de un mismo objetivo definido. La patria es, ante todo, la conciencia de patria”, consideraba Mazzini.
El nacionalismo conservador, también llamado nacionalismo orgánico o tradicional, trata a la nación como un órgano vivo, el cual muestra unos rasgos comunes: lengua, cultura, territorio, tradiciones e historia y carácter objetivo por encima de los deseos propios de los individuos. Una comunidad se consideraba nación si estos derechos se cumplian y estaba obligado a creer en esos rasgos nacionales. Este nacionalismo pensaba que la nación no se fundamenta en la decisión o voluntad como el nacionalismo liberal, sino que se encontraban como existencias objetivas inevitables. Los orígenes de este nacionalismo se encuentran en el Romanticismo Alemán gracias a la idea de Volkgeist, que pretendía asignar a cada nación unos rasgos comunes comunes y necesarios a lo largo de la historia.
Los comienzos se hallan en el Discurso a la nación Alemana, 1807 , escrito por Johann Gottlieb Fitche, uno de los principales defensores junto a Johann Gottfried Herder. Fitche pensaba que los individuos con mismos rasgos comunes están unidos entre sí. “Todos los que hablan un mismo idioma (…) hállanse unidos entre sí desde el principio por un cúmulo de lazos invisibles (…) Así la nación alemana, gracias a poseer un idioma y una manera de pensar comunes, hallábase suficientemente unida y se distinguía con claridad de los demás pueblos de la vieja Europa…”.
Las fuentes de empleadas, autores y títulos:
Título: Los inicios del nacionalismo en el siglo XIX
Autor: Eduardo Montagut Contreras
Título: Significado del Nacionalismo
Autor: Anónimo
Título: Nacionalismo
Autor: Jorge Juan Lozano