El golpe del 23 de febrero de 1981 fue la tarde del 23 de febrero a las 18:23 en el Palacio de las Cortes Generales (Madrid), cuando unos guardias civiles al mando del teniente coronel Antonio Tejero irrumpieron en el Palacio y secuestraron a los diputados presentes allí.
El golpe de Estado llegaba en un momento clave ya que se producía una votación para elegir al futuro presidente del Gobierno Español. Leopoldo Calvo-Sotelo, que era vicepresidente segundo del Ejecutivo y diputado de la desaparecida Unión de Centro Democrático. Todo ello después de la dimisión de Adolfo Suárez.
Gritaron: “¡Quieto todo el mundo!”, Tejero les ordenó a que se tirasen al suelo, llegaron a lanzar disparos al aire con pistolas y subfusiles…, por las calles de Valencia se desplegaron más de 2.000 hombres y 50 coches de combate.
El teniente general Jaime Milans del Bosch, había declarado el estado de excepción
que es una situación excepcional de la ida social y política de un estado en la cual la autoridad civil suspende o altera algunos derechos constitucionales.
Tres horas después el Diario publicó un articulo poniéndose en contra del golpe de estado que marcó un antes y después en la historia del periodismo español
En la mañana del día siguiente, el rey Juan Carlos I, vestido con uniforme de capitán general de los Ejércitos, se puso en contra de los golpistas y en defensa de la Constitución Española. El golpe afortunadamente había fracasado. Milans del Bosch dio la orden de regresar a sus unidades y el secuestro del congreso terminó al día siguiente, sin ningún hombre y mujer heridos.
Las condenas fueron bastantes, con un total de 33 personas arrestadas, todos militares menos Juan García Carrés (que fue un amigo íntimo de Antonio Tejero, abogado de un sindicato franquista implicado en la matanza de los abogados de Atocha y único civil condenado por el golpe) fueron acusados de un delito de rebelión militar, según el Código de Justicia Militar, órgano creado durante la dictadura
Franquista y que formaba parte del Ministerio de Defensa. Esas funciones las tiene hoy en día por la sala Quinta del Tribunal Supremo.
Tejero y Milans del Bosch fueron condenados también a 30 años de cárcel y también acusados por un delito de rebelión militar, la pena máxima. Además, por si fuera poco Tejero tuvo que pagar una multa de 1.000.000 de pesetas la moneda actual en aquellos tiempos hasta el 1 de enero de 2002. Lo hicieron porque Antonio Tejero quería hacer o tener una dictadura
El Tribunal Supremo revisó la sentencia al año siguiente y aumentó la pena hasta los 30 años, y también elevo la pena de Pardo Zancada que fue un comandante del general Torres Rojas y también elevó 10 años la pena de los coroneles Ibáñez
Inglés y San Martín. En total el Tribunal elevó la condena de 22 procesados y absolvió a 3.
No obstante, los tres principales implicados en el golpe fueron absueltos por motivos que desconozco, Milans del Bosch en 1991 y Tejero en 1996.
Y por último unas frases de personas que vivieron este suceso:
“Informé, obedecí y resolví”. (Alfonso Armada, 1920-2013).
Tejero entro en la habitación que Adolfo Suárez estaba retenido, “Los tres guardias civiles que me custodiaban se pusieron en pie. Tejero se aproximó a mí, que me quedé sentado y me puso la pistola que empuñaba en el pecho. Yo le miré a los ojos al tiempo que le gritaba “¡cuádrese!”, no sé si desconcertado o sorprendido, dio media vuelta y abandonó la habitación”, (Adolfo Suárez contó un mes después en una entrevista).
FUENTES DE LAS QUE HE SACADO ESTA INFORMACION:
as.com
cope.es
asexta.com.
Buen trabajo César,muy bien explicado un día muy difícil que se vivió en España