Las SS reclutaron hombres de otras nacionalidades en la Segunda Guerra Mundial por varias razones. En primer lugar, la Alemania nazi necesitaba aumentar sus fuerzas armadas para hacer frente a la creciente resistencia de los Aliados. En segundo lugar, las SS buscaban crear un ejército multinacional que representara el nuevo orden europeo que Hitler pretendía establecer. En tercer lugar, las SS buscaban reclutar hombres de otros países que estuvieran dispuestos a participar en acciones criminales, como la persecución de los judíos y otros grupos considerados “inferiores” por el nazismo.
Los primeros reclutas extranjeros de las SS fueron voluntarios de países europeos ocupados por Alemania. Estos voluntarios eran a menudo miembros de movimientos fascistas o nacionalistas que compartían los objetivos de la Alemania nazi. A medida que la guerra avanzaba, las SS comenzaron a reclutar a hombres de otros países, incluso de países que no estaban ocupados por Alemania.
Entre los países que proporcionaron más reclutas extranjeros a las SS se encontraban:
- Bélgica: la Legión Valona, compuesta por voluntarios belgas, fue una de las unidades más destacadas de las SS.
- Francia: la Legión Francesa de las SS, compuesta por voluntarios franceses, también fue una unidad importante de las SS.
- Noruega: el Regimiento de Voluntarios Noruegos de las SS, compuesto por voluntarios noruegos, participó en la invasión de la Unión Soviética.
- Dinamarca: el Batallón de Voluntarios Daneses de las SS, compuesto por voluntarios daneses, participó en la invasión de la Unión Soviética.
- Finlandia: el Regimiento de Voluntarios Finlandeses de las SS, compuesto por voluntarios finlandeses, participó en la lucha contra la Unión Soviética en el frente finlandés.
Las unidades de las SS formadas por reclutas extranjeros tenían una reputación de ser más brutales que las unidades alemanas. Esto se debió en parte a que los hombres de estas unidades estaban más motivados por el odio y el racismo que los hombres alemanes.
Tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, los hombres que habían servido en las SS fueron juzgados por crímenes de guerra. Muchos de ellos fueron condenados y ejecutados.