Imprimir PDFLa coalición de centroderecha Alianza Democrática (AD) ha obtenido una ajustada victoria en las elecciones portuguesas celebradas este domingo, según los resultados provisionales. El Partido Socialista (PS), liderado por António Costa, ha experimentado un notable retroceso, mientras que el partido ultraderechista Chega ha experimentado un crecimiento exponencial, cuadruplicando su número de escaños en comparación con las elecciones de 2022.
La AD, liderada por Luís Montenegro, ha logrado 117 escaños en el Parlamento, a solo tres de la mayoría absoluta. El PS, que ha gobernado Portugal durante los últimos ocho años, ha obtenido 107 escaños, una pérdida significativa de 40 escaños desde 2022. El partido Chega, liderado por André Ventura, ha obtenido 12 escaños, convirtiéndose en la tercera fuerza política del país.
Montenegro ha declarado su intención de formar gobierno, aunque no ha descartado la posibilidad de buscar un acuerdo con el PS. Sin embargo, la entrada de Chega en el gobierno parece improbable, ya que tanto el PS como la AD han rechazado cualquier tipo de pacto con la ultraderecha.
Los resultados electorales han sido recibidos con reacciones dispares. Los líderes de la AD han celebrado la victoria, mientras que los socialistas han expresado su decepción por la pérdida de escaños. Por su parte, Ventura ha calificado los resultados como una “victoria histórica” para Chega y ha exigido su participación en el gobierno.
El panorama político portugués se ha vuelto más complejo tras estas elecciones. La fragmentación del voto y el auge de la ultraderecha hacen que la formación de un gobierno estable sea un desafío. Las próximas semanas serán cruciales para determinar el futuro político del país.
Claves del resultado:
- Retroceso del Partido Socialista: El PS ha perdido 40 escaños desde 2022, lo que se atribuye a la gestión de la pandemia, la crisis económica y el descontento con algunos miembros del gobierno por casos de corrupción
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- Ascenso de la ultraderecha: Chega ha cuadruplicado su número de escaños, capitalizando el descontento con la clase política y la inmigración.
- Incertidumbre política: La fragmentación del voto y el rechazo a la ultraderecha dificultan la formación de un gobierno estable.