En plena revolución tecnológica, los blogs siguen estando de moda, y siguen siendo un medio adecuado de llegar al público y “dar a conocer un proyecto sin comprometer a nadie económicamente”, nos explica Elisa Muñiz, la autora del “El castillo de Antonio y Claudia”, que defiende el papel de estas plataformas como medio de captar la atención de la sociedad sobre muchos ámbitos, uno de ellos, las enfermedades. Elisa es el ejemplo de alguien que, además, sufre en primera persona o a través de alguien de su alrededor, una patología o un grave problema. En su caso, su hijo Antonio, un niño con Síndrome de West, una enfermedad situada en el espectro autista. Elisa descubrió que la enfermedad de su hijo le impedía fijar la vista y su atención, salvo cuando le hacían una foto. Eso llevó a Elisa a iniciarse en la fotografía como un medio para comunicarse con él. Así nació un vínculo muy especial a través de la imagen. “Un hijo con rasgos autistas, cambia tu vida por completo, ya que necesita atención las 24 horas, no son para nada independientes, pero a la vez necesitan a alguien con quien las dificultades de comunicación son enormes”, nos cuenta Elisa.
Hoy Elisa se dedica a la fotografía de moda, una actividad con la obtiene fondos para mantener sus proyectos. Y trabaja con Concha Suárez, la madre de Claudia, en un blog que difunde sus iniciativas y obtiene manos para sostenerlas. Madres como ella no reciben ninguna ayuda de asociaciones ni instituciones, aunque pertenecen a algunas y son fundadores de otras; pero esas ayudas las disfrutan otras familias sin recursos que las necesitan más. Por eso Elisa cree que la fotografía y el autismo pueden ir muy de la mano y conseguir muchos beneficios. De momento sólo es una teoría en la que está trabajando.
El proyecto inicial es construir un centro ocupacional en el colegio de educación especial Molinos de Guadaira, que es el colegio de Antonio, pues a los 21 años termina su etapa escolar y el sueño de su madre es que tanto sus compañeros como él puedan seguir juntos en su camino. Al ser un colegio de educación especial, los profesionales trabajan con ellos desde que entran hasta la hora de salida: pedagogía, fisioterapia, logopedia…
Todos los niños con necesidades especiales necesitan más ayuda, ya que no están integrados en la sociedad. Los tratamientos para sacarlos adelante son muy costosos y es una pena que muchos pequeños se queden en el camino por no obtener las ayudas necesarias. Además, los niños autistas sufren al no relacionarse con el resto de personas, pero esto es lo que piensan sus madres, ya que ellos no expresan lo que sienten. Mientras tanto, Elisa Muñiz vive con su príncipe, su hijo Antonio, y con una princesa, Claudia, la mejor amiga de Antonio. Entre los tres construyen un castillo en el que habitar sus sueños.