El tema de la existencia de Dios es un tema
muy complicado, ya que existen varias formas de enfocarlo y distintas teorías
teológicas, como la científica, católica, metafísica, psicológicas etc. La
teología se basa en el estudio de los hechos relacionados con Dios.
La palabra ciencia no implica la no existencia de un dios, aunque parece un
poco incoherente hablar de ciencia y de Dios a la vez, porque la existencia de
Dios no se puede demostrar, es indemostrable ya que la ciencia no puede ir más
allá, pero puede demostrar cómo el cerebro produce una experiencia mística o lo
que es mas conocido como una alucinación. La ciencia sólo piensa que la gente
tiene que creer en algo para poder afrontarla mejor la vida y sin ningún
problema y, puede que al creer en un dios o en una fuerza superior nos ayude
algo.
En Canadá se hicieron unas investigaciones neuroteológicas guiadas por Michael
Persinger. Éste sostiene un casco lleno de electroimanes sobre la cabeza de un
voluntario. Persinger observa que se produce una actividad eléctrica en los
lóbulos temporales creando sensaciones que los voluntarios describen como sobrenaturales
o espirituales: una sensación de lo divino. Él cree que las experiencias
religiosas son producidas por “mini tormentas eléctricas en los lóbulos
temporales”, y que estas pueden ser llevadas a cabo por la ansiedad,
crisis personales, falta de oxígeno etc.¿Por qué los lóbulos temporales?
Persinger especula que el lóbulo temporal izquierdo mantiene nuestro sentido,
pero cuando esta parte está estimulada y la derecha no, la izquierda lo
interpreta como al yo dejando al cuerpo, o como a Dios. Un 80% de los
voluntarios sufrían una actividad eléctrica no muy normal de la parte del
cerebro donde se “esconde” la función espiritual (el lóbulo temporal
izquierdo). Entonces dedujeron que las experiencias religiosas se producen por
la actividad de las neuronas y los químicos cerebrales. Las personas que
probaron este aparato denominan la presencia que sintieron durante la investigación
según el tipo de cultura y religión de la que pertenecen, como, por ejemplo,
Jesús, Alá, Dios, la
Virgen María.
Mucha gente cree en Dios por la incertidumbre que le produce
el no saber que hay después de la muerte, ya que es el único ser en esta tierra
que sabe que se va a morir algún día y que de momento nadie ha sabido contestar
a la pregunta. ¿Qué hay detrás de esta vida?, entonces de ahí proviene la función
espiritual, que se trata de creer por ejemplo en un dios, que éste cuando nos
muramos nos va a llevar a un cielo y que va a ser el paraíso donde siempre
vamos a ser felices y no va a haber tristeza. Ese es el consuelo que le queda a
la gente que cree en Dios. La fe es lo contrario de la razón. La fe es la
creencia en algo que no sea evidente, por ejemplo, que nunca hayas visto a
Dios, que es algo que de momento no es evidente, y que creas que existe y que
un día nos salvará y nos llevará al cielo. La fe puede llegar a sacar lo mejor
de las personas como el amor, la generosidad o por el contrario, lo peor, como
el odio, la violencia. Por el otro lado esta la razón que se basa en cosas
evidentes, como que la Tierra
se formó a través de Big Ban. Puede ser que los científicos nunca resuelvan la
pregunta más importante de todas: ¿Nuestros circuitos cerebrales crearon a
Dios? o ¿Dios creó nuestros circuitos? Finalmente es una cuestión de fe.
Un profesor británico y, declarado ateo, Richard Darwins, dijo: “La
religión facilita la adaptación del individuo, porque se ha demostrado que las
personas religiosas estimulan las regiones afectivas y emocionales y generan un
estado de relajación y bienestar”* ya que el propuso que la gente que
creía en Dios, que era religiosa, tenía una vida mas larga que la de los que no
son religiosos. Se ha demostrado que la meditación o la oración reducen la
ansiedad, la depresión incluso el estrés.
En conclusión, no se puede demostrar la existencia de Dios, porque las personas
religiosas se basan en la fe hacia éste y en las cosas que no tienen porqué ser
evidente, es la atracción y el sentimiento hacia él. Pero, sin embargo, para
otras personas, no les vale sólo el hecho de la fe y entonces se conforman con
la razón y las cosas evidentes. Estas personas no tienen porqué ser ateos,
pueden ser agnósticos, que quiere decir que reconocen a un Dios pero no tienen fe
hacia él.
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