Desglobalización, ¿hay otras formas de fabricar?

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“Se va a necesitar comprender que la gloria de la globalización podría significar también su caída” Ian Goldin, Universidad de Oxford 2010.

De repente, España y Europa, se encontraron con que no sabían hacer mascarillas, ni respiradores. Bueno no es que no los supiera hacer, porque son tecnologías de los 70’ y 80’, sino que no había suficiente tejido industrial para fabricarlas con la suficiente rapidez y volumen una vez los mercados asiáticos colapsaron o simplemente bloquearon las ventas para su propio consumo. Antibióticos, analgésicos y otras medicinas básicas para la pandemia sufrieron el mismo calvario… Las empresas que las hubieran podido hacer o bien habían cerrado en los primeros 2000, debido a la competencia asiática, o bien habían deslocalizado su producción a Asia, llevándose maquinaria y el know how.

Es cierto, que en los últimos años mantener un mínimo inventario, elegir proveedores de bajo coste o deslocalizar grandes empresas ha traído muchos beneficios, pero en momentos de estrés como el que vivimos actualmente hace falta algo más que una cadena que funcione bien cuando la economía es estable. El problema principal de esta crisis sanitaria ha sido el desabastecimiento de material de protección sanitario, porque la mayoría de empresas dependían de cadenas de suministro largas en las que uno de los eslabones falló (la producción China), lo que provocó el parón de toda la producción, dejando a países como España sin mascarillas. La industria textil es una de las más arraigadas en China, cabe recordar que las mascarillas son un producto sanitario, pero son las empresas textiles las que las fabrican. Veamos cómo funcionan las cadenas de suministro en la industria textil:

  • Cadena corta (España-España): Esta opción ya no sería válida una vez que España, Italia y Francia, deslocalizaron su tejido industrial de confección a principios de los 2000. Pero básicamente seria la producción del tejido y la pasamanería (cremalleras, botones…)  en España, confección en el Sur de España, y entrega de las prendas  o mascarillas en los centros logísticos de la farmacéutica o Mango, Inditex, El corte Ingles…en España, y de ahí a las tiendas. Total  6 semanas aprox. Y todo bajo el control de una misma empresa.
  • Cadena media (cuenca del Mediterráneo): fabrica la tela en España, pasamanería en Italia, envíos a marruecos o Túnez y retorno a Barcelona o Algeciras Total de 2 meses.
  • Cadena larga (Europa-Asia): fabrica la tela en China, pasamanería en Corea y confección en Vietnam, esto es un proceso de 8  semanas, al cual hay que sumarle las 4-5 semanas de barco a Barcelona, más 1 semana de aduana, centro logístico y distribución en tiendas. En total 4 meses. Cualquier mínimo problema en uno de estos países, un golpe de Estado, un tifón, un colapso en los puertos, una guerra, o ,en este caso, una pandemia… deriva en otro mayor afectando a todos los siguientes.

La crisis sanitaria ha tenido un efecto inmediato en el comercio internacional, además de haber servido de toque de atención para advertir a las empresas que depender al 100% de proveedores con cadenas de suministro largas para productos sanitarios y básicos es muy peligroso. Hemos visto que en España nos faltan recursos y tenemos una fuerte dependencia de países como China e India. Si, y solo si, hay un tejido industrial local se garantizara su suministro. Las cadenas de suministro serán más cortas y por lo tanto, menos globalizadas. Por esta razón, la situación que vivimos actualmente va a acelerar el proceso de desglobalización.

La desglobalización es el proceso en el que la economía, pero también la sociedad, la política y la cultura, tras una etapa de interacción e interdependencia mundial, se vuelven más regionales que nunca. Esta situación implica un cambio en el modo de consumo y producción, obligando a reconstruir sectores estratégicos nacionales esenciales, recuperando parte de la producción industrial perdida en su momento por la deslocalización. La desglobalización es un proceso ya iniciado unos años atrás, en la siguiente grafica podemos observar el peso de las exportaciones e importaciones sobre el PIB. Desde los años 60 esta grafica ha tenido una tendencia ascendente que se ha frenado en el último año y medio. Durante este periodo ha pasado a estabilizarse en torno a un 60%, y desde 2010 no ha dejado de caer.

Avanzamos hacia un escenario contrario a la globalización acelerado por la crisis sanitaria la cual es probable que lleve a replantear el ecosistema empresarial tal y como le conocemos. La relocalización de las empresas españoles coge fuerza. Europa tiene que buscar una solución, como por ejemplo defender productos y empresas estratégicas. Pero… cuando todo esto acabe, ¿será competitivo fabricar mascarillas en España?

Bibliografía:

  • FERNANDEZ, María, (17/05/2020). El mundo ensaya nuevas formas de fabricar, EL PAIS
  • Torres, Raymond, (12/03/2020). Des-globalización, Madrid, EL PAIS.
  • SALVADOR, Rosa, (13/04/2020). Los laboratorios reconvierten sus fábricas para combatir el coronavirus, Barcelona, LA VANGUARDIA.
  • LLOPART, Elvira, (23/04/2020). Como el coronavirus está acelerando el proceso de desglobalización, LA VANGUARDIA.
  • GOLDIN, Ian, (22/08/2009), Navegando por nuestro futuro global, TED TALK

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