El jesuita chileno Felipe, analiza la crisis humanitaria en el norte de su país que protagonizan miles de emigrantes sudamericanos que llegan a tierras chilenas por pasos no habilitados de la frontera y se instalan como pueden en el espacio público de da las uves, lo que ha generado una gran tensión local. Entre los principales motivos esta la búsqueda de oportunidades laborales, teniendo en cuenta la demanda de fuerza de trabajo poco calificada en los países desarrollados y el afecto de la globalización sobre el aumento de fuerza de trabajo que busca una mayor remuneración en los países desarrollados. Hace 1 semana se ha producido una avalancha migratoria como la que se está produciendo en el norte de Chile, obliga a la aplicación de normas humanitarias, además de medidas de orden público efectivas, junto con un control riguroso de pasos fronterizos, se deben habilitar centros de acogida transitorios dignos, para concentrar y atender lo inmediato la situación y así evitar que los inmigrantes deambulen por los pueblos y ciudades. Lo peor es que como su tienen que ver esas personas para irse de su país con lo puesto y dejar todo atrás, es una pena ver como las familias con los niños tengan que pasar los mares nadando o en débiles balsas, cuando esos niños tienen toda una vida por delante y mucho que aprender y que trabajar. Además, la UE ha observado en 2015 y en 2016 que el record de flujo migratorio había disminuido: 120.000 personas llegaron a Europa por el mar en 2019, en comparación con más de un millón en 2015. Sin embargo, la travesía por el Mediterráneo siguió dejando balance de 1.319 personas fallecidas o desaparecidas en 2019.La afluencia de inmigrantes solicitantes de asilo a Europa ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con políticas europeas de asilo y migración más justas y efectivas. El parlamento ha tratado de corregir esta situación poniendo reformas de reglamento en Dublín, que determina el país de la UE responsable de tramitar las solicitudes de protección internacional. Dado que la reforma común de asilo se había estancado, en septiembre de 2020 la comisión propuso un nuevo pacto que incluye una revisión del reglamento de Dublín y ofrece nuevas opciones sobre como los estados miembros pueden ser mas solidarios. El parlamento también ha participado en la preparación de nuevas medidas para la gestión de la inmigración ilegal, en un control más estricto de las fronteras y con un sistema más eficaz de recogida de información sobre las personas que entran a la UE, que son similares a las que anteriormente hablábamos de Chile. También algunos países han venido acordando controles temporales de fronteras, que este año han venido acordando los países de Suecia y Dinamarca, también sumándose algunos como Alemania, Austria y Noruega. Todos estos países defienden la importancia de garantizar el “Espacio Schengen” y los valores que entraña para el conjunto de países que lo componen, especialmente en lo que se refiere a la libertad de circulación dentro de este entorno. La media de edad establecida en Europa de los inmigrantes en de entre 20 y 64 años. Estos últimos años con el covid-19 la inmigración y la movilidad humana también ha sido afectada dado que algunos países han restringido los cruces internacionales y los movimientos internos, para minimizar la desimanación y el impacto de la pandemia. Aun así, las emigraciones están súper revueltas y la gente sigue huyendo de su país, porque este año, aunque la pandemia ya más controlada se han registrado el aumento de 149.011 inmigrantes hasta llegar a las 5.375.971.
Bibliografía:
https://elpais.com/noticias/crisis-migratoria-europa/
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-85972015000400001