En los últimos años, la sociedad ha experimentado una evolución en materia de diversidad familiar, dando paso a un panorama más amplio de modelos familiares. En este sentido, las familias homoparentales, monoparentales y otras configuraciones familiares se han sumado al modelo más tradicional del concepto familia.
Sin embargo, en el contexto del próximo Día del Padre, es posible que surjan sentimientos para las personas que no tengan presente esta figura en sus vidas, ya sea por su modelo de familia o porque no cuentan con esta figura (fallecimiento, abandono, mala relación, etc.).
La psicóloga Conchita Sisí, directora de la clínica Salud en Mente, especializada en bienestar emocional, ofrece unos interesantes consejos para entender la complejidad de estas emociones y abordarlas de manera consciente y saludable.
La validación, clave en el proceso: Aunque los sentimientos predominantes de estos días son la felicidad y la unión, es importante entender que hay personas que pueden experimentar sentimientos negativos durante el Día del Padre. “La ausencia de esta figura también puede acarrear emociones como la tristeza o agobio por los constantes estímulos positivistas en torno a esta celebración. Por ello, es fundamental propiciar un ambiente libre para expresar estas emociones y buscar apoyo y validación, o bien dentro del propio entorno familiar o buscando asistencia externa”, comenta la psicóloga.
El autocuidado, un aspecto crucial. Comercios online, marcas y tiendas físicas ejercen un bombardeo masivo de mensajes y publicidad que hacen referencia a este día y pueden influir en el ánimo de las personas más aprensivas a este día. Cuando este tipo de sentimientos de “rechazo” surge, es importante saber regular el acceso a estímulos que puedan generar malestar y, así, cuidar el bienestar emocional.
Creación de rituales como forma de conectar con la persona que ya no está. En los casos en los que la ausencia se produce por una pérdida, se propone realizar actividades y convertirlos en pequeños rituales u homenajes hacia la otra persona. “Dedicar momentos para recordar experiencias felices, escribir una carta, plantar un árbol en honor a la persona ausente y visitarlo cada año son formas de conectar con la memoria y pueden ser especialmente útiles, incluso para niños”, sugiere Sisí.
En la consulta, además, se recomienda complementar este proceso mediante el uso de un diario emocional, que ayudará a procesar y reflexionar sobre cada experiencia.
El objetivo principal de estos consejos es ayudar a las personas a procesar sus emociones de manera saludable y encontrar formas significativas de conectar con la persona que no está presente, siempre poniendo énfasis en el autocuidado emocional.