Anton Bruckner fue un compositor y organista austriaco, considerado uno de los últimos representantes del Romanticismo austroalemán. Su obra se caracteriza por su gran tamaño, su complejidad y su uso de la polifonía.
Bruckner nació en Ansfelden, Austria, el 4 de septiembre de 1824. Su padre fue maestro de escuela y organista, y Bruckner recibió sus primeras lecciones de música de él. A los 11 años, Bruckner fue nombrado organista asistente en la iglesia de su pueblo.
En 1845, Bruckner se trasladó a Viena para estudiar música. Allí, estudió con Simon Sechter, un destacado teórico musical. Sechter le enseñó a Bruckner la importancia de la armonía y la contrapunto, dos elementos que serían fundamentales en su obra.
Bruckner comenzó a componer a una edad temprana, pero sus primeras obras no fueron publicadas hasta la década de 1860. En 1868, Bruckner estrenó su Primera Sinfonía en Viena. La Sinfonía fue un éxito de crítica, y Bruckner comenzó a ganar reconocimiento como compositor.
Bruckner compuso nueve sinfonías, así como misas, motetes y otras obras religiosas. Sus sinfonías son sus obras más importantes, y se consideran algunas de las obras maestras del Romanticismo.
Bruckner murió en Viena el 11 de octubre de 1896. Su obra fue durante mucho tiempo controvertida, pero en las últimas décadas ha sido objeto de un renovado interés y reconocimiento.
Las principales características de la música de Bruckner son:
- Su gran tamaño: Las sinfonías de Bruckner suelen tener entre 60 y 70 minutos de duración.
- Su complejidad: La música de Bruckner es a menudo compleja y difícil de interpretar.
- Su uso de la polifonía: Bruckner fue un maestro de la polifonía, y su música suele estar llena de voces interconectadas.
Bruckner fue una figura importante en la historia de la música, y su obra ha influido en muchos compositores posteriores.