Trump ataca Europa

Han pasado ya varios años desde que, en 2018, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, iniciara una guerra comercial con la Unión Europea. Lo que en su momento se presentó como una estrategia proteccionista para reducir el déficit comercial estadounidense y “proteger a la industria nacional”, se convirtió en una cadena de tensiones diplomáticas y económicas cuyas consecuencias aún se dejan sentir en 2025, tanto en Europa como en España.

Trump aplicó aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio europeo, bajo el pretexto de “seguridad nacional”. Aunque en aquel momento muchos analistas consideraron que el conflicto se centraría en China, la UE se convirtió en un segundo frente clave. La reacción de Bruselas fue inmediata: impuso aranceles a productos estadounidenses como bourbon, motos Harley-Davidson y pantalones vaqueros. Pero la situación escaló más aún con las amenazas de Trump de imponer aranceles a los automóviles europeos, un sector crítico para economías como la alemana, y con impacto indirecto en toda la cadena de suministro continental, incluida España.

España, aunque no fue un objetivo directo, sufrió daños colaterales considerables. Sectores estratégicos como el agroalimentario vieron cómo sus exportaciones a EE. UU. caían por los aranceles derivados del conflicto entre Boeing y Airbus. El aceite de oliva, el vino, el queso y otros productos españoles se encarecieron para el consumidor estadounidense, reduciendo su competitividad. Entre 2019 y 2021, se estimó que las pérdidas anuales superaron los 1.000 millones de euros. Aunque en 2022 algunos aranceles fueron suspendidos temporalmente tras la llegada de Joe Biden, la desconfianza no desapareció.

A nivel estructural, esta guerra comercial fue una reacción al persistente déficit comercial de Estados Unidos, que en 2018 superaba los 600.000 millones de dólares, y que en 2024, pese a cambios de administración, sigue siendo una preocupación clave de la política económica estadounidense. Trump sostenía que este déficit era resultado de acuerdos comerciales injustos y de un desmantelamiento de la industria nacional. Su política de aranceles pretendía forzar a sus socios a renegociar términos más favorables para EE. UU., pero a costa de debilitar relaciones transatlánticas históricas.

La reacción de la UE fue estratégica: diversificar socios comerciales y reducir la dependencia de Estados Unidos. En este contexto, China emergió como un actor clave. En 2020, en plena escalada de tensiones comerciales, la UE firmó con Pekín el Acuerdo Integral sobre Inversiones (CAI), que aunque se congeló temporalmente en 2021 por tensiones políticas y derechos humanos, sentó las bases para una mayor cooperación económica.

Desde 2023, con el nuevo liderazgo europeo centrado en la autonomía estratégica y la transición verde, el comercio con China ha cobrado una renovada importancia. El comercio bilateral UE-China alcanzó niveles récord en 2024, con inversiones mutuas en sectores como energías renovables, tecnología y transporte. España, por su parte, ha reforzado sus lazos con China en exportaciones agroalimentarias y turismo, como vía para compensar las pérdidas derivadas del enfriamiento comercial con EE. UU.

Esta reconfiguración global ha alterado el equilibrio geopolítico. La política proteccionista de Trump, lejos de reducir la dependencia estadounidense del exterior, contribuyó a fortalecer el papel de China como socio económico clave de Europa. A medio plazo, esto podría debilitar la influencia de Washington sobre Bruselas, justo cuando la geopolítica global entra en una fase de creciente bipolaridad entre EE. UU. y China.

En 2025, con una nueva contienda electoral en EE. UU. en marcha y el debate sobre el papel del país en la economía global aún abierto, muchos analistas reconocen que la guerra comercial con la UE dejó un legado duradero. España, como economía mediana integrada en el tejido europeo, continúa adaptándose a este nuevo orden, buscando equilibrios entre sus aliados históricos y sus nuevos socios estratégicos.


Fuentes:

  • Comisión Europea. “EU-China Comprehensive Agreement on Investment (CAI) – Status Update 2024”.
  • Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España. “Informe de Impacto del Comercio Exterior 2022–2024”.
  • The New York Times. “The Legacy of Trump’s Trade Wars: Allies Lost, China Gained?”, edición especial de 2025.
  • El País. “España busca en China lo que perdió en EE. UU.”, abril 2024.
  • World Bank Data. “U.S. Trade Balance 2018–2024”.
  • Financial Times. “EU Trade Pivot: From Washington to Beijing”, diciembre 2024.
@manuelamartincomercioeconomiaestados unidoseuropatrump
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