Un punto de inflexión (tipping point en inglés) se refiere a un umbral crítico que, cuando se cruza, desencadena un cambio grande, abrupto e irreversible en un sistema. Los puntos de inflexión suelen asociarse con sistemas complejos como el clima, los ecosistemas y los sistemas sociales. Serían, por ejemplo
La fusión de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida: Si estas capas de hielo continúan derritiéndose a su ritmo actual, podrían liberar suficiente agua para elevar el nivel del mar varios metros, lo que podría provocar inundaciones generalizadas y desplazamiento de personas.
El colapso del Amazonas: La selva amazónica desempeña un papel vital en la regulación del clima de la Tierra al absorber dióxido de carbono de la atmósfera. Si la deforestación continúa a su ritmo actual, el Amazonas podría colapsarse, liberando grandes cantidades de dióxido de carbono y acelerando aún más el cambio climático.
El colapso de los sistemas sociales: Los sistemas sociales también pueden exhibir puntos de inflexión. Por ejemplo, si una sociedad se polariza demasiado o si la desigualdad se vuelve demasiado severa, podría conducir a disturbios sociales, violencia o incluso al colapso del Estado.
A menudo es difícil predecir cuándo se alcanzarán los puntos de inflexión. Sin embargo, los científicos están trabajando en el desarrollo de herramientas para identificar y monitorear puntos de inflexión en sistemas complejos. Estas herramientas podrían ayudarnos a anticipar y mitigar las posibles consecuencias de los puntos de inflexión.
Hay una serie de cosas que se pueden hacer para mitigar el riesgo de puntos de inflexión. Estas incluyen:
Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para prevenir que el cambio climático alcance puntos de inflexión
Proteger los ecosistemas naturales para garantizar que puedan seguir brindando los servicios que brindan a los humanos
Atender las desigualdades sociales y promover la cohesión social para prevenir el disturbios sociales.
Los puntos de inflexión son un problema crítico que podría tener un gran impacto en el futuro del planeta. Al comprender y mitigar el riesgo de los puntos de inflexión, podemos ayudar a garantizar un futuro más sostenible y equitativo para todos.
Los puntos de inflexión influyen en el cambio climático de varias maneras. En primer lugar, pueden amplificar los efectos del cambio climático. Por ejemplo, si la capa de hielo de Groenlandia se derrite por completo, liberaría una gran cantidad de agua al océano, lo que provocaría un aumento del nivel del mar de varios metros. Esto, a su vez, podría provocar inundaciones generalizadas, desplazamiento de personas y daños a la infraestructura.
En segundo lugar, los puntos de inflexión pueden hacer que el cambio climático sea más difícil de predecir. Esto se debe a que los puntos de inflexión pueden desencadenar cambios abruptos e irreversibles en el sistema climático. Como resultado, es difícil predecir con precisión cómo se desarrollará el cambio climático en el futuro.
En tercer lugar, los puntos de inflexión pueden dificultar la mitigación del cambio climático. Esto se debe a que los puntos de inflexión pueden ser desencadenados por factores que no están bajo nuestro control, como el aumento de las temperaturas globales. Como resultado, incluso si logramos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, es posible que no podamos evitar que se alcancen algunos puntos de inflexión.
Algunos de los puntos de inflexión climáticos más importantes que se han identificado incluyen:
El colapso de la Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico (AMOC): La AMOC es una corriente oceánica que transporta calor desde el ecuador a los polos. Si la AMOC colapsa, podría provocar un enfriamiento significativo en las regiones del norte del Atlántico, así como un aumento del nivel del mar en el sur del Atlántico.
El colapso de la selva amazónica: La selva amazónica desempeña un papel importante en la regulación del clima al absorber dióxido de carbono de la atmósfera. Si la deforestación continúa a su ritmo actual, la selva amazónica podría colapsarse, liberando grandes cantidades de dióxido de carbono y acelerando aún más el cambio climático.
El deshielo del permafrost ártico: El permafrost es un suelo congelado que contiene grandes cantidades de metano, un gas de efecto invernadero. Si el permafrost se derrite, liberaría grandes cantidades de metano a la atmósfera, lo que aceleraría aún más el cambio climático.
Es importante comprender los puntos de inflexión climáticos para poder tomar medidas para mitigar el cambio climático y reducir el riesgo de consecuencias adversas.
Pues en nada de esto se han puesto de acuerdo los miembros de la COP28. Es lo que tiene organizar una cumbre del clima en un petroestado.