Ser jugador profesional de cualquier deporte es un trabajo muy difícil, pero a la vez, si lo consigues, muy reconocido. A pesar de ello, con el deporte femenino no pasa lo mismo. Las mujeres, la mayoría de las veces, tienen que sacrificar mucho más que los hombres, por muchísimo menos reconocimiento, aunque alguna de ellas jueguen mejor que alguno de ellos.
Charlando con Laura Nicholls, jugadora de la Selección Española de Baloncesto Femenino, nos pudimos dar cuenta de esta dificultad.
Laura siempre ha sido una persona muy competitiva, la cual se divierte más en un partido de competición, que en un partido con amigos. Esta santanderina, para llegar hasta donde está ahora, ha tenido mucha entrega y esfuerzo desde muy pequeña hacia el baloncesto, sacrificando hacer algunos deportes como por ejemplo el esquí, por riesgo de lesión. Laura es una persona que piensa, que si está en lo más alto del baloncesto femenino español, no es por su altura, sino por su forma de jugar y que si hubiese sido más baja posiblemente sería base, una posición que le encanta.
En el deporte profesional en el que ella se encuentra, la familia pasa a ser las compañeras de equipo, con ellas pasa muchas horas, sobre todo en las concentraciones, marcadas por la rutina, la disciplina y mucho compañerismo. Es necesaria esta sustitución porque dado que tienes que viajar de ciudad en ciudad “dejas a la familia atrás, pero es dejarla por un momento para hacer lo que te gusta; y cuando haces algo que te gusta no te cuesta tanto” nos comentaba esta cántabra.
Ella y todo su equipo está listo para dar un paso más en el baloncesto, después de todas las medallas que ya llevan, están dispuestas a ganar el oro en el europeo de baloncesto femenino y seguir adelante conquistando más títulos y demostrarnos que ellas también pueden.
“Queda mucho camino por recorrer, pero yo creo que se está luchando por una igualdad” nos comentaba refiriéndose a la distancia entre baloncesto femenino y masculino, aunque opina que el baloncesto es uno de los deportes donde este trecho se ha ido acortando más rápidamente que en cualquier otro deporte, aunque no del todo, opina Laura, pero gracias al nuevo presidente con el que cuenta la federación, José Luis Sáez, parece que la distancia se acorta a pasos agigantados. Pero a pesar de esto los chicos siguen recibiendo más presión hacia las victorias, desconociendo Laura si eso es bueno para ellas porque tienen menos presión o malo porque son menospreciadas.
A pesar de esta desigualdad, ella cree que al salir al campo todos, tanto jugadores como jugadoras, al oír su nombre y su número en la presentación, les recorre por todo el cuerpo una sensación de miedo y un escalofrió, esta sensación se pierde en el momento que comienzas a jugar y a hacer lo que te gusta.
Al final de la entrevista ella nos comenta una recomendación para cualquier niña que algún día quiera ser como ella, la clave es la diversión, “divertirte jugando al baloncesto; y si descubres que no te gusta no continúes haciéndolo, porque el baloncesto sino te gusta como deporte, es una actividad demasiado sacrificada”.
Pero Laura no solo representa la lucha de una mujer, y joven, por abrirse camino en el competitivo mundo del deporte, también los frutos de un laborioso trabajo emprendido por la FEB para potenciar el baloncesto femenino. La búsqueda del futuro en este deporte ha llevado a la Federación española a destinar, en la actualidad, un 30% de su presupuesto, lo que significa unos 4,5 millones de euros, empleados, casi en un 75% a la competición de élite, y el resto a las ligas nacionales, a formación y a funcionamiento. Planes que han dado a la FEB el liderazgo del deporte colectivo español en selecciones, en las categorías de formación y en el gran impulso a la presencia de mujeres en los equipos técnicos. Junto al trabajo en la base, uno de cuyos exponentes es Laura Nicholls, la Federación ha puesto en marcha un ambicioso plan de divulgación del baloncesto femenino para, como se dice ahora, hacerle visible, y por tanto susceptible de crecer. Un ejemplo es el acuerdo alcanzado hace unas semanas por el que Rtve y la FEB han establecido una colaboración que permitirá a los aficionados seguir las ligas femeninas de baloncesto en el canal Teledeporte. La exposición mediática de los patrocinadores permitirá, de esta forma, hacer atractivo este deporte para las empresas y atraer recursos que facilitarán el trabajo en el deporte base. Estos ejemplos, y los títulos de club y selección obtenidos en los últimos años (entre ellos la histórica medalla de bronce Mundial) son parte de la punta de lanza del Proyecto Baloncesto Femenino 2014, un programa de desarrollo continuo de jugadoras y técnicos, a lo largo de cuatro años, y con la vista puesta el Campeonato Mundial masculino de España 2014, cuya fuerza influirá en el baloncesto femenino.
Pero la apuesta por el baloncesto femenino, por el deporte femenino en general, no acaba ahi, y afecta a ámbitos como la representación en los organismos internacionales, cuyo máximo exponente es, en la actualidad, la histórica jugadora Betty Cebrián, miembro de las Comisión Femenina de la FIBA y de la FIBA Europa. O participante destacada en la Comisión Mujer y Deporte creada por el Consejo Superior de Deportes para valorar el trabajo de las federaciones deportivas en el ámbito del deporte femenino.
Es un largo recorrido en la lucha por los derechos de la mujer y su igualdad en la sociedad, que comenzó en un lejano 1943, cuando la FEB organizó el primer Campeonato Nacional femenino, hoy conocido como Copa de la Reina, y que sigue apuntando al futuro, en las mujeres como Laura Nicholls.