La guerra de los Ochenta años, más conocida como Guerra de Flandes en España o Guerra de La Independencia holandesa en los países bajos, fue una guerra en la que 17 provincias de los Países Bajos se enfrentaron al soberano Felipe II de España. La rebelión contra el monarca comenzó en 1568 durante el reinado de Margarita de Parma y terminó en 1648, reconociendo la independencia de las siete provincias ahora conocidas como Países Bajos. Como excusa, la relación entre Margaret y la aristocracia protestante holandesa nunca fue fácil. Este hecho, unido a su ineficacia y la distancia entre los dos países, los alejó cada vez más de la política española y estos persiguieron sus intereses económicos y políticos, y comenzó a desarrollarse un ambiente de independencia. Los países ahora conocidos como Bélgica y Luxemburgo formaban parte de las 17 provincias, pero permanecieron leales a la corona, los territorios bajo el dominio del Obispado de Lieja formaban parte del Sacro Imperio Romano Germánico no de las Diecisiete provincias.
El resultado final de la Guerra de Flandes fue la independencia de los Países Bajos tras el Tratado de Westfalia, aunque no está tan claro si esta fue la causa principal de la guerra. Este fue el resultado final de una discrepancia entre la monarquía hispánica y la parte del súbdito que había que gobernar en esas provincias.
Las Provincias Unidas salieron de esta guerra como una potencial mundial debido a su poderosa armada y flota mercante, esto conllevo un gran auge económico y cultural.
La independencia de las Provincias Unidas significó un gran desprestigio para la Corona Española. La prosperidad económica de una guerra tan prolongada fue la principal causa de la continua bancarrota de la Corona Española en los siglos XVI y XVII, y del hundimiento de la economía española.
Lejos de resolver el conflicto, la llegada del Duque de Alba y su ejército a tierras flamencas aumentó las tensiones y amenazó al tráfico comercial de Amberes. Los países vecinos, Francia y Gran Bretaña, no quisieron perderse el festín y aprovecharon la situación para apoyar a los rebeldes. El Duque de Alba fue sustituido, pero su sustitución tampoco mejoró la situación. De hecho, su muerte creó un vacío en el poder que provocó una revuelta católica y protestante contra el ejército español.
Felipe II confió en su hermano Juan de Austria, este último tuvo que aceptar las condiciones que le impusieron los rebeldes durante los dos años que duró su misión en Flandes. Alejandro de Farnesio, diplomático y militar, lo destituyó aprovechando las divisiones entre los católicos del sur (que aún esperaban llegar a un acuerdo con el rey español) y los protestantes del norte (todavía dirigidos por Guillermo de Orange).
En 1579, las provincias rebeldes firmaron la Unión de Utrecht en respuesta a la Unión de Arras, que los estados del sur firmaron con el Rey de España. De esta manera invalidó el acuerdo entre los católicos y el Reino de España. La unión de Utrecht ha incluido la tolerancia religiosa para no perder el apoyo a la región católica. Este acuerdo, que luego se consideró la base de la independencia holandesa, no fue aprobado formalmente hasta 1648 por el Tratado Westfalia.
A partir de este momento, la guerra se concentrará en los estados del norte y será fundamentalmente una guerra por mar. En los Acuerdos de Greenwich Inglaterra y Francia volvieron a unirse contra los españoles.
En respuesta, el monarca entregó el gobierno del estado a su hija Isabel Clara Eugenia y a su marido Alberto Habsburgo. Como ya era habitual, los estados católicos aceptaron este régimen de mayor autonomía, pero los estados del norte continuaron luchando. Es Felipe ll quien firmará la Tregua de los 12 años cuando se conceda la independencia de los estados del norte.
El ascenso al poder de Felipe IV coincidió con el fin de la Tregua de los Doce Años. Su valido, el conde de olivares, estaba interesado en reanudar el conflicto. Ambrosio de Spínola logró tomar Breda en 1625, debido a los recursos traídos de las Indias.
Sin embargo, fue un golpe de fortuna que no continuó al año siguiente, cuando empezó un proceso de muerte anunciada para el gobierno español en Flandes. El Tratado de Münster, que también forma parte de los documentos de la Paz de Westfalia, pondrá fin a esta larga guerra entre la Corona Española y las Provincias Unidas.
BIBLIOGRAFÍA:
Conocido, A. n. (s.f.). Guerra de Flandes. Obtenido de
https://www.ecured.cu/Guerra_de_Flandes
Conocido, A. n. (s.f.). Guerra de los Ochenta Años. Obtenido de