La batalla de los Cuernos de Hattin se produjo el 4 de julio de 1187 en Palestina, al oeste del mar de Galilea. Fue una batalla decisiva en la que el ejército musulmán, liderado por el sultán Saladino, derrotó al ejército cruzado, liderado por el rey Guido de Lusignan, rey de Jerusalén.
La batalla se produjo en el contexto de la Tercera Cruzada, que había comenzado en 1189. Los cruzados habían logrado recuperar Jerusalén en 1187, pero Saladino estaba decidido a recuperarla.
Saladino había lanzado una serie de ofensivas contra los cruzados, y en mayo de 1187 había derrotado a las tropas de Gérard de Ridefort en la batalla de Seforia. Tras esta victoria, Saladino sitió Tiberíades, una ciudad importante para los cruzados.
El rey Guido de Lusignan y Reinaldo de Châtillon, el señor de Kerak, decidieron acudir en ayuda de Tiberíades. Sin embargo, Saladino les atrajo a una trampa, conduciéndolos a un desfiladero estrecho conocido como los Cuernos de Hattin.
Los cruzados estaban exhaustos por el viaje y la falta de agua. Saladino, por el contrario, había preparado cuidadosamente su posición y contaba con una gran superioridad numérica.
La batalla duró todo el día. Los cruzados fueron finalmente derrotados y capturados. El rey Guido de Lusignan y Reinaldo de Châtillon fueron llevados ante Saladino, quien los hizo decapitar.
Las consecuencias de la batalla de los Cuernos de Hattin fueron de gran importancia para la historia de Tierra Santa. La derrota de los cruzados supuso un punto de inflexión en la Reconquista cristiana de la región.
Entre las consecuencias más inmediatas de la batalla se encuentran las siguientes:
- La caída de Jerusalén: Saladino conquistó Jerusalén el 2 de octubre de 1187, tras un asedio de cinco semanas. La caída de Jerusalén fue un golpe devastador para los cruzados y para el cristianismo en general.
- La pérdida de otros territorios cruzados: Saladino conquistó o sitió otras importantes ciudades de Tierra Santa, como Acre, Nablus, Jaffa y Tiro. La pérdida de estos territorios supuso una importante reducción del poder de los cruzados en la región.
- La Tercera Cruzada: La derrota de los cruzados en los Cuernos de Hattin desencadenó la Tercera Cruzada, una gran expedición militar que contó con la participación de los reyes de Francia, Inglaterra y Alemania. Sin embargo, la Tercera Cruzada no logró recuperar Jerusalén y terminó en fracaso.
En el medio y largo plazo, las consecuencias de la batalla de los Cuernos de Hattin fueron las siguientes:
- El debilitamiento de los estados cruzados: La derrota en los Cuernos de Hattin marcó el comienzo del declive de los estados cruzados en Tierra Santa. Los cruzados conservaron algunos territorios, pero su poder nunca volvió a ser el mismo.
- El fortalecimiento del poder musulmán: La victoria de Saladino en los Cuernos de Hattin supuso un fortalecimiento del poder musulmán en la región. Saladino se convirtió en un héroe para el mundo musulmán y su victoria se celebró como una gran victoria de la fe.
La batalla de los Cuernos de Hattin es considerada una de las batallas más importantes de la historia de Tierra Santa. La derrota de los cruzados en esta batalla marcó un punto de inflexión en la Reconquista cristiana de la región y tuvo un impacto significativo en la historia del mundo.