La palabra es muy importante en nuestras vidas. Da forma a nuestros sentimientos y nos permite transmitir lo que nos hace humanos. Pero hay veces que los hechso son tan abrumadores, que sobran.
Una palabra muy manoseada en nuestros dias es la de genocidio, la eliminación deliberada y sistemática de un grupo humano por su nacionalidad, etnia, religión o identidad, con la intención de destruirlo total o parcialmente. Este concepto fue acuñado por Raphael Lemkin tras presenciar los horrores del Holocausto, y está contemplado en el Derecho internacional desde la Convención para la Prevención y la Sanción del Genocidio de 1948.
En la actualidad, algunos gobiernos y partidos políticos en España y Europa se resisten a calificar la violencia en Gaza como genocidio. Este rechazo puede deberse a varias razones:
- Falta de prueba de intención genocida, un requisito legal muy exigente. Por ejemplo, Reino Unido ha señalado que no detecta esa “intención específica” por parte del Estado israelí, aspecto clave para aplicar la definición legal de genocidio. De igual forma, Francia ha advertido que acusar de genocidio a Israel “cruza un umbral moral”, sugiriendo que el término no puede usarse con frivolidad o fines políticos.
- Consideraciones diplomáticas y de estabilidad. Algunos países optan por un enfoque legalista, recordando que son los tribunales internacionales, y no la opinión política, quienes deben determinar legalmente si existe genocidio. Esto coincide con la postura histórica de mantener la objetividad y no comprometer relaciones diplomáticas.
- Discrepancias internas en los gobiernos y partidos. En España, por ejemplo, mientras partidos como Sumar o Podemos presionan para calificar los hechos como genocidio y actuar en consecuencia (embargos, sanciones), el PSOE ha mostrado cautela o retraso. Esto genera tensiones dentro de la coalición.
En contraste, organizaciones como Amnesty International han concluido que las acciones israelíes podrían constituir genocidio: hay evidencia de matanzas, daño físico y mental, imposición de condiciones de vida diseñadas para aniquilar a un grupo, y obstáculos sistemáticos a la ayuda humanitaria.
Estas divergencias reflejan un choque entre criterios estrictamente legales, sensibilidades políticas y denuncias éticas conmovedoras.
Finalmente, cabe considerar el trauma histórico del Holocausto: tras haber sido objeto de un genocidio, Israel afirma actuar en defensa propia ante amenazas extremas como las de Hamas. No obstante, esa historia no debería legitimar acciones que puedan reproducir ciclos de violencia. Esta dinámica psicológica y política complica aún más la discusión: el recuerdo del pasado no puede justificar posibles crímenes presentes.
Fuentes
- Definición de genocidio y origen del término: Raphael Lemkin, Convención de la ONU (1948) Encyclopedia BritannicaHISTORY CHANNEL ITALIA.
- Postura británica sobre la ausencia de “intención específica” en Gaza Reuters.
- Comentario del ministro francés sobre el “umbral moral” al acusar de genocidio Reddit.
- Tensiones internas del PSOE frente a Sumar/Podemos en España EL PAÍS EnglishWorld Socialist Web SiteEuractivAnadolu Ajansı.
- Informe de Amnesty International que concluye posible genocidio Amnesty InternationalThe Guardian.