Desde hace décadas, Gaza vive bajo un asedio permanente. Sin embargo, en los últimos meses, la situación ha alcanzado niveles insoportables, que muchos organismos humanitarios califican como una catástrofe humanitaria sin precedentes. En esta franja de tierra de apenas 365 km², donde viven más de dos millones de palestinos, Israel ha llevado a cabo bombardeos masivos, ataques selectivos, y una campaña de estrangulamiento económico y sanitario que ha puesto en jaque la supervivencia misma de la población civil.
Uno de los crímenes más atroces, documentado por medios internacionales y denunciado por organizaciones como Human Rights Watch y Naciones Unidas, es el ataque directo contra civiles en contextos de necesidad extrema. Se han producido disparos contra personas que hacían cola para obtener pan, agua o ayuda humanitaria. Las imágenes son desoladoras: hombres, mujeres y niños esperando bolsas de harina en medio de los escombros, cayendo abatidos por francotiradores o por disparos de drones. No es un daño colateral, sino un acto calculado: desmoralizar, aterrorizar, romper la dignidad de un pueblo que ya no tiene nada.
Los hospitales, lejos de ser lugares protegidos como exige el Derecho Internacional Humanitario, se han convertido en blancos estratégicos. El hospital Al-Shifa, el mayor centro médico de Gaza, ha sido bombardeado en varias ocasiones, bajo el argumento israelí de que se utilizaba para fines militares. Aunque se han encontrado indicios de actividad armada en algunas instalaciones, los ataques han sido desproporcionados y han dejado cientos de víctimas entre pacientes, médicos y desplazados que buscaban refugio. La destrucción de instalaciones médicas agrava aún más una crisis sanitaria insostenible: escasez de medicamentos, cortes eléctricos, falta de agua potable y hospitales colapsados.
¿Qué busca Israel con esta ofensiva? Desde el punto de vista militar, afirma que su objetivo es destruir a Hamás, tras los atentados del 7 de octubre de 2023. Pero los hechos en el terreno muestran otra cosa: la destrucción sistemática de infraestructuras civiles, la expulsión de miles de gazatíes hacia el sur, y un posible intento de limpieza étnica o desplazamiento forzado. Diversas voces, incluso dentro de Israel, advierten del riesgo de cruzar las líneas del derecho internacional y caer en prácticas que podrían constituir crímenes de guerra.
La pasividad internacional, sin embargo, es alarmante. Las potencias occidentales, especialmente Estados Unidos y algunos países europeos, siguen brindando apoyo diplomático o incluso militar a Israel. Las condenas son tibias, las resoluciones de la ONU se vetan o se diluyen, y la ayuda humanitaria llega a cuentagotas. El doble rasero es evidente: mientras se imponen sanciones inmediatas a ciertos países por violaciones de derechos humanos, Israel goza de una impunidad que desafía toda lógica moral.
Por su parte, el mundo árabe permanece mayoritariamente en silencio o en parálisis diplomática. Los intereses geopolíticos, los acuerdos económicos con Israel —como los Acuerdos de Abraham firmados por Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y otros—, y el miedo a la inestabilidad interna han pesado más que la solidaridad histórica con el pueblo palestino. Egipto mantiene su frontera con Gaza cerrada en gran parte del tiempo, y otros países árabes emiten comunicados sin consecuencias prácticas.
Mientras tanto, en Gaza, la vida se apaga entre los escombros. Cada ataque, cada niño muerto, cada cola de pan que termina en tragedia, es una herida más en la conciencia de una humanidad que parece haber olvidado los principios básicos del derecho a la vida y a la dignidad.
Fuentes:
Human Rights Watch. “Israel: Unlawful Israeli Attacks in Gaza”.
Naciones Unidas (OCHA). “Hostilities in the Gaza Strip and Israel”, Informes 2023–2025.
Al Jazeera. “Israel bombs Al-Shifa Hospital as humanitarian crisis deepens”, 2024.
The Guardian. “Civilians killed while queuing for food in Gaza”, marzo 2024.
Médicos Sin Fronteras. “Ataques a hospitales en Gaza: una línea roja cruzada”, noviembre 2024.
Middle East Monitor. “Why the Arab world remains silent on Gaza”, diciembre 2024.